Capítulo 8

2.4K 270 406
                                    

Saint:

  El día que fui a la clínica parece tan lejano ahora, como si hubiese sido hace meses, pero lo cierto es que sólo han pasado cuatro o cinco días, Li Hai se quedó todo el tiempo a mi lado, pude ver las miradas de odio que le lanzaba a mi amigo, pero nadie dijo nada.

  Earth estuvo la mayor parte del tiempo con nosotros, pero finalmente se tuvo que ir, cuando me dejaron salir, pues no tenía nada realmente de gravedad, iba a pedir un taxi, pero Li Hai fue a dejarme a mi apartamento.

  Quería reírme de su rostro de sorpresa al ver mi apartamento, también sentirme algo insultado, el hombre parece que creía que sería un prostituto barato, nada más lejos de la realidad.

  Creí por un momento que se iría enseguida, pero en cambio se quedó a mi lado, pidió comida y me cuidó por un tiempo, también me besó,  oh sí, él me besó demasiado y yo como idiota lo dejé, mi cabeza me decía que él estaba comprometido, pero la callaba, porque él me besaba y estaba bien por ese momento.

  Debo admitir que estaba más sencible ese día, no es que la escena me traumatizara o algo así, no era la primera que vivía, tal vez si la más ruda, pero nisiquiera eran los golpes los que me tenían de esa manera.

  Fueron las palabras dichas esa noche, a mi cliente no sólo le gustaba infringir dolor físico, la degradación verbal que sufrí, eso fue lo más fuerte, las palabras rodaron por mi cabeza todo ese día, se gritaban con fuerza en mi mente y me permití ser vulnerable por una vez.

  Esa noche Li Hai me dio su número, me dijo que lo llamara si necesitaba algo y luego se fue, una parte de mi creyó que volvería, mi mente racional decía que no sería de esa forma, puedo jurar que sólo cruzando la puerta se cuestionó el estar conmigo, en efecto, mi mente tenía la razón.

  Pero hoy estaba cansado de estar en casa, aunque mis amigos pasan cada noche, aunque me llaman todo el tiempo y Earth siempre está para almorzar conmigo, pero no soy de las personas que pueden estar encerradas y quietas por mucho tiempo.

  Así que esta mañana me arreglé lo más que pude, mejor traje, me peiné y oculté lo mejor que pude mis golpes, era momento de volver, además en la llamada de mi jefe ayer, le juré que estaba bien y que volvería hoy.

  Joss es quien más me llama, me he llegado a preguntar si de verdad trabaja, porque nuestras llamadas pueden durar hasta una hora donde él habla cosas al azar que me hacen reír todo el tiempo, cuando estuve listo subí a mi carro y partí rumbo a la firma.

  Estaba con ánimos renovados, le di punto final a Pruk, en mi mente ya no hay nada, lo alargamos lo que más se podía y era momento de ser realista, así que tenía ese sentimiento cuando las mujeres dejan ir a sus ex novios, ese mismo que las hace teñir su cabello, de verdad incluso pensé en hacerlo, pero al final sólo decidí subir la música de mi radio, cantar a todo pulmón, soy un diamante, soy exclusivo, no me voy a dejar morir por Zee Pruk, un heterosexual con un gusto especial por coger conmigo.

  Que se jodan los heterosexuales con aires de bicuriosos, ahora entendía el fallo en mi sueño, nuestro anhelo es encontrar un hombre lo suficientemente valiente para gritar que te ama, no es el hecho de que le gusten las mujeres y te escoja a ti, es que tenga la valentía de hacerlo, de buscar ser feliz, Pruk no estaba ni cerca de ello, su valor moría cuando alejaba sus labios de los míos y comenzaba a atacar, como si me culpara de su necesidad de besarme y tocarme.

Amando lo ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora