Capítulo 15

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Zee:

Saint sale de mi oficina sin importar lo que dije, sólo me da la espalda y mi enojo está quemando mi piel justo ahora, él no puede sólo irse tras mi amigo, joder Joss no puede abrazarlo de esa forma frente a mí, es mi Saint, no tiene el maldito derecho de hacerlo.

Destruir mi escritorio no sirve de nada, no quita el enojo, así que sigo con el resto de la oficina, no importa lo que sea, todo cae al suelo y es destrozado con rabia, estoy perdiendo la cabeza y no puede importarme menos, lo único que se repite en mi cabeza es que Saint no puede irse con Joss.

No hay nada más a mi vista para romper, pero mi enojo está en su punto máximo, nunca en mi vida me había sentido de esta forma, tan descontrolado, tan fuera de mi propio ser, siento que puedo explotar en cualquier segundo y necesito liberar toda la rabia, la imagen de Joss abrazando a Saint sólo se repite en mi mente y crea más explosión de energía.

Ni siquiera me interesa cuando comienzo a golpear mi puño contra la pared, necesito que Saint vuelva aquí y no para defender a Joss, no para que me diga como debo tratar a ese maldito traidor hijo de puta, él sabe de Saint y yo, lo noté en el ascensor, sus insinuaciones, pero aún así no hace un paso más atrás, no deja a Saint en paz.

-¡joder Zee!.-

Escucho la voz de alguien pero no me detengo hasta que unos brazos me rodean la cintura y me alejan de la pared, soy arrastrado hasta uno de los sofás y no importa cuanto trate de soltarme, el agarre sólo se vuelve más fuerte, hasta que veo de quien se trata.

Ohm está frente a mí con el rostro marcado por el enojo y la sorpresa, mira toda mi oficina, detalla cada desastre mientras trato de regular mi respiración, ni siquiera me arrepiento de los destrozos, que queden así, era algo que necesitaba.

-¿qué carajos te sucede?, mira este lugar, parece que cruzó un torbellino.-

Tomo una fuerte respiración y paso una mano por mi cabello, una mueca de dolor se forma en mi rostro, Ohm suelta un bufido antes de tomar mi mano para examinarla, en ese momento veo las heridas y la sangre en ella.

- quédate aquí, iré por un botiquín para curar tus heridas.-

No digo nada, no es como que tuviera un lugar a donde ir, sólo miro a Ohm alejarse, pero sólo llega a la puerta y le pide algo a la secretaria, después vuelve para ponerse de pie frente a mí otra vez.

- ahora dime que mierda pasa por tu cabeza.-

Sé que quiere hacer su papel de amigo, pero Ohm es la última persona a la que podría recurrir con este problema, él no entendería, lo conozco demasiado bien como para saber que rechazaría todo esto enseguida.

- problemas.- hablo con los dientes apretados y le veo alzar una ceja.

- priblemas...-

Dice mirándome, esperando a que agregue algo más, pero sólo llevo la mirada a las heridas en mis manos.

- problemas...Zee...¿qué carajos tus problemas?.-

La puerta de la oficina se abre y escucho el jadeo de mi secretaria, pero no la miro, no puedo hacer eso ahora, sólo quiero ir donde Saint, arreglarnos o tan siquiera discutir, pero que esté a mi lado, no de esta manera.

Amando lo ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora