Sin un final feliz

658 52 6
                                    


-Ella... ella es mi sobrian- musita esto último de una manera agria.

-Ahora entiendo el cabello rojo.- miro a los niños.

-Si- finge una sonrisa y un mal presentimiento seinstala en mi.

-Disculpe, una duda más, ¿aquí hay manera de que Emily se comunique?.

-Pues hay un teléfono aquí.- señala el teléfono de línea y me doy cuenta que s algo lellega a pasar o algo le llegan a hacer, ella no podríapedir ayuda.

-Bien, permitame un momento.- salgo y le pido a uno de los choferes que vaya y le compre una laptop a Emily y un celular, que pida que le instalen todas las apps y programas que sean necesarios para que este comunicada y pueda hacer su tarea, de igual forma que ponga mi contacto como contacto de emergencia por si acaso, y que compre una tarjeta de regalo en una buena tienda con alta cantidad para que pueda comprar ropa. Él asiente y a los cortos segundos sale.

Observo a mi alrededor y recuerdo su rosotro, su melena roja desordenada, su sonrisa y el entusiasmo en sus ojos, pero a él también,  a ese rubio que parece tan contento con su presencia.

Aprieto por inercia mi móvil hasta que me doy cuenta de esta acción y lo suelto. Siento una oleada de coraje al imaginarmelos juntos y tengo que respirar ondo para no perder la cordura. No puedo imaginar a ese tipo poniendole una mano encima, no me gusta la idea, y temo que la dañe. En busqueda de respuestas me adentro a la casa nuevamente donde ambas mujeres parecen discutir algo importante entre murmullos.

-Disculpe.- interrumpo y hacen una reverencia.

-Lo siento majestad, ajuste en los horarios de los niños.

-Está bien- me indica que tome asiento y lo hago.

-Veo que tiene preguntas, y estoy a su disposición para resolverlas.- pienso mis palabras y lo escupo.

-Es referente a la vida social de Emily aquí...

-Bueno, hay un vecino que se ofrecio a ayudarla a conocer la ciudad, y él me ayudo con el ingreso de Emily al coleio, su madre es la directora y presidenta de ese colegio, pero prefieren no mencionarlo mucho, no es un mal muchacho.- trago grueso al pensar que es tan cercano a Em.- parece ser muy protector y caritativo con ella.

Le doy un trago al té que la mujer de edad algo avanzada me sirve.

-Me agrada que sean tan buenos con ella.- finjo una sonrisa.- ¿él no es la  clase de persona que le haría daño o sí?.

-No majestad, es un buen chico, ella está en muy buenas manos.

La idea de que Emily lo quiera me atormenta, pero me tranquiliza un poco saber que alguien protege de ella, algo que yo no pude hacer. Tal vez sea momento de soltarte Emily, de dejarte continuar sin tenerte atada a mi. Es momento de afrontar la realidad, tu vas a continuar con tu vida, tus estudios no tendrán que ver con el manejo de cientos de personas, seguro vas a estudiar médicina, recuerdo cuanto te encantaba curar mis heridas, y con el amor con él que cuidabas de tu madre y de todo aquel que enfermara en el palacio. Y yo me tendré que casar con una princesa para extender el territorio.

-Es bueno escuchar eso, Emily es muy importante para mi, y quiero lo mejor para ella.

-Y se nota majestad.- la observo de inmediato.- digo, vino hasta acá para verle.

-No, no vine a verla, vine a asegurarme de que sus condiciones de vida son mejores.

-Lo lamento.

-Está bien, incluso tendré que pedirle un favor.- tocan la puerta y veo al chofer entrar con él teléfono, la lap, y la tarjeta en mano. Voy hacia él para darle las gracias y recibir las cosas.- en realidad serán dos.

-Con gusto lo ayudo majestad.

-Necesito que deje esto en el cuarto de la señorita, en perfectas condiciones e intacto, yo me enterare de inmediato si llego a sus manos o no.- Le entrego las cosas y ella asiente.- y el segundo es que no le diga que estuve aquí, y si pregunta por esos regalos digale que fue usted quien se los compro, no me importa tener el crédito, solo quiero que ella... este bien.

Una extraña melancolía me abunda al decir las últimas palabras y busco la salida de inmediato.

-Será un placer majestad.

-Gracias.- la interrumpo antes de más palabras y de que me detenga más tiempo, no sé si Emily viene hacia acá, si me vio o no, sólo no quiero que me vea aquí, no quiero lastimarla más, solo qiero verla bien, así no sea a mi lado.- por todo, estoy muy agradecido por recibir a Em... ily aquí, brindarle alimento, techo y educación.

-Para eso está la familia.

-Está tal ves sea la última vez que vengo aquí, así que lo voveré a decir una última vez.- me acerco a la puerta con ella detras de mi.- Emily es lo más valioso que tengo, así que cuidela muy bien, porque le estoy dejando en sus manos una gran parte de mi.

Asiente y le doy un último vistazo al lugar para salir de ahí.

Estoy por subirme en el auto cuando la pequeña pelirroja corre hacía mi.

-¡Principe!- Me detengo de inmediato, llega a mi y me pongo en cuclillas para estar a su altura.

-Dime pequeña.

-¿Vendrás por ella no es así?.- su pregunta me deja helado y siento como mi corazón se acelera.

-Tal vez no, tengo muchas que hacer.

-Pero un princípe no puede dejar a su princesa.

-Los principes también estan entre nosotros día a día, y yo no creo ser el principe indicado para ella.

-¿Entonces no habrá final feliz?.- sus ojos me desarman.

-Sí, lo habrá.

-Si tu no vuelves no, ella te ama a ti, tu eres su principe, estoy segura de ello.

-¿Ah si, por qué?

-Emily siempre suspira cuando habla de ti, y parece querer llorar por no estar a tu lado, su historia siempre termina en un final feliz donde tu y ella estan juntos, pero ahora estan separados, eso significa que no es el final y tampoco feliz.

"Eso significa que no es el final y tampoco feliz"

Sus palabras resuenan en mi cabeza y me hacen tragar grueso.

-Tienes razón pequeña princesa.- le giño el ojo con cariño, me subo en el auto y siento algo rigido en el bolsillo interior de mi blazer. Lo saco y es la invitación al baile, la observo pensativo mientras el auto avanza.




Enamorado de una plebeyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora