Enamorado de una plebeya

Dos corazones latentes

-E... ¿ella te contó sobre mí?- me inclino hacia ella intrigado, con el corazón desbordado y las manos sudorosas. Tal vez Emily no me odia, tal vez los "te extraño" son mutuos, tal vez no sea el único de los dos que en las noches de insomio busca la compañia del otro, tal vez no sea el único de los dos que sigue latiendo por el otro.

-Sí, nos cuenta cuentos sobre un príncipe y una chica enamorados, ambos se ayudaban mutuamente, nunca se dejaron solos, hasta que en su cumpleaños número dieciocho ambos se dieron cueta del amor que se tienen, pero es un amor imposible ya que él es un príncipe y ella una plebeya, aparte él está comprometido con una "bellaprincesa"- hace las comillas con sus dedos y una mueca de desagrado se plasma e su rostro- que estoy segura queno es másbella que la plebeya.

Una estúpida sonrisa tira de la comisura de mis labios y ese "ambos se dieron cuenta del amor que se tienen" pasea una y otra vez por tod mi ser causando de todo un poco. No soy el unico enamorado, Emily me ama y yo ladeje ir.

-¿Y cómo termina la historia?- cuestiono algo nervioso por su respuesta.

-Emily dijo que abos terminaban separados, pero yo le di un mejor final- hago un ademan para que continue y algo timida lo hace- ella y él terminaban juntos, porque él la buscaba y le demostraba que la única princesa en su vida es ella, y que no necesita corona para tener ese nombre.

Mi nariz iniciá a picar en señal de que las lagrimas se acercan, pero no sé si son de felicidad o tristeza al darme cuenta de las estúpideces que estoy haciendo en no irla a buscar.

-¿Y a tú cómo crees qué termine la historia?- una sonrisa traviesa se dibuja en su rostro y se a que se viene. Se inclina hacia mi hasta llegar a mi oído.

-Sé que la buscaras, y ella será laprincesa con quien te vas a casar- se separa de mi con una postura tan segura y yo la observo con admiración.

-¿Me puedes hacer un favor?- asiente entusiasmada- ¿podrías no hablar de está conversasión con Emily?

-Sólo si me prometes que vendras por ella, no quiero ver a Emily triste ya- asiento e intento ocultar mi preocupación porlo ultimo que dijo, con una sonrisa.

-Te lo prometo- dicho eso corre junto con él pelirrojo por los jardínes hasta que una voz los detiene a ambos.

-Sebastián, Samantha, al auto- corren hacía un lujoso auto y en segudos se introducen en él.- ay estos niñosme van a sacar canas de colores, compermiso joven.

Me hago a un lado para que la mujer pase cuando se detiene atónita.

-Ma.. majestad, que pena, disculpeme- hace una reverencia y rio a lo bajo.

-No se preocupe, puede seguir- va hasta el coche y se despide de los pequeños para luego ver como se retira el auto.

Vuelve hasta donde estoy y me observa asombrada.

-No puedo creer qe tenga aun príncipe frente a mi, por cierto- me extiende su manos- soy Rouse, nana Rouse, pero puedes decirme solo Rouse, estoy a sus ordenes majestad.

-Es un placer, Rouse- tomo su mano y beso el torso en señal de respeto, cosa que parece volverla gelatina.

-¿Rouse que hace esa puerta abier...- una mujer alta, delgada, elegante epero con un aire frío se queda perplejaal verme.- Majestad.

Lleva su mano derecha al hombro izquierdo y hace una reverencia.

-Madam- inclino la cabeza.

-Pase por favor- lo hago e intento disimular la vibra tan extraña que tiene este lugar, es frío y lugubre apesar de la luz que entra por los gigantes ventanales y del tapiz en color claro que tiene, sin emargo es hasta triste el lugar, cosa que no me agrada en lo absoluto para Emily.- ¿gusta un poco de vino majestad?

-No muchas gracias madam, sólo vengo a garadecer por su hospitalidad, por cuidar y tratar bien a Emily.

-Para mí es un placer majestad.

Se forma un silencio incomodo y viene a mi mente el parecido de los pelirrojos con Emily.

-Madam, disculpe la indiscreción de la pregunta que haré, pero... ¿Emily que parentezco tiene dentro de la familia?

Parece tensarse y me abserva mientras frota sus manos en busca de espuesta...