Enamorado de una plebeya

El baile

Llamadas, noticias, fotografías, huidas de los paparazzis es lo único que he hecho en los últimos días.

Logré rentar un buen departamento con buena vista a la ciudad, el cual está cerca de la casa de Emily.

Me levanto y alistó para salir a correr, en esperanza de encontrarla ahí. Abrocho la última agujeta, tomo mis llaves, el móvil y luego de calentar me dedico a trotar, mi cuerpo me pide que vaya más rápido, pero mi ser pide verla así tenga que ir casi caminando. Paso por las calles con la capucha puesta y a paso lento mientras intento sobre pasar los ventanales de los locales en busca de una melena roja, pero no hay nada.
Me detengo en uno de los parques y me siento bajo un árbol mientras posó mis brazos sobre mis rodillas.

A veces no se lo que hago, incluso la mayor parte del tiempo no se lo que estoy haciendo pues reaccionó y actuo de forma mecánica, todo es conforme a como han querido y desean que me comporte, pero cuando se trata de ella, todo es tan diferente, es como si una oleada de impulsos me abunda y solo soy yo y ella, una pequeña roja de 1.60.

Me pongo de pie y caminando me dirijo a mi departamento nuevamente. Es tan extraño no sentirme apresurado, no sentirme presionado o vigilado, es extraño esto llamado libertad.

Llego y luego de hacer el desayuno y algunas diligencias con respecto a lo de esta noche, por fin estoy acomodando más mangas de mi saco.

Recuerdo cuando ella lo hacía, o se burlaba de mi por lo saber hacer el moño o la corbata, incluso deje que lo hiciera después de haber aprendido, era lindo tenerla cerca, y ahora... ni siqueira sé cómo está.

Me doy un último vistazo en el espejo del lugar y siento una oleada de nervios abundar mi cuerpo. Mi corazón late con fuerza y mi pecho se acalora. Estoy dispuesto a su rechazo aún que sí eso sucede, no se que haré después.

Tomo todo lo necesario y cuando estoy poe abrir la puerta escucho un tenue murmullo.

Me fijo por las cámaras y mis manos s huelan al verla.
Abro de inmediato hasta que sus grande ojos se topan conmigo.

-Majestad- hace una reverencia y yo la devuelvo.

-Princesa, ¿está todo bien?

-Si, bueno, creo, no sé moleste conmigo por favor, solo... estaba preocupada.

-¿Disculpe?- su madre nos comunicó que huyó y nos dijo dónde podría estar, me dio el nombre de un colegio y cuando iba camino a él lo vi a usted, en un parque, entonces lo seguí para ver dónde estaba, lo siento.

-Se trata sobre mi privacidad.

-Lo sé, lo siento.- baja su mirada.- solo estaba preocupada.

-Esta bien, ¿alguien más sabe dónde estoy?

-Supongo que cuando uno huye es para que nadie sepa su paradero ¿no?

Sonrió al sentirme un poco más aliviado, pero no del todo. La reyna me está buscando  y se que la princesa va a ser sus ojos si es que aún no lo son.

-Te ves muy linda.- busco bajar la tensión del lugar.

-Bueno, usted sabe que tenemos que ir formales a donde sea que vayamos, pero no sabia que usted se lo tomaba tan a pecho.- me inspecciona de pies a cabeza con una mirada divertida.

-Estoy por ir a un baile.- la observo.- y tu me vas a acompañar.

-¿Cómo?- sus ojos se agrandan.

-Anda, ve a arreglarte, dame tu dirección y pasaré a recogerte.

-Majestad...

-Ya estos aquí princesa, ¿no le gustaría sentirse libre a un que sea por un momento?

Sus ojos brillan y de inmediato sale de ahí.

Voy en camino al baile, con una princesa a mi lado y los nervios del otro.
Llegamos y de inmediato veo una aglomera con sorprendente en la entrada. Abren la puerta y de inmediato reconozco los flashes y los "¿príncipe podría decirnos que va a suceder con la corona?", "¿es verdad qué la princesa va a renunciar a su trono para casarse con usted?", "¿volverá al palacio?", "¿princesa, harán una alianza o será independiente su unión?".

Pongo a Scarlett detrás de mi mientras tomo su mano para cuidarla hasta que logramos entrar.
La música resuena en todo el lugar, el olor a colonia y perfumes predomina, las risas son atenuadas por la música y un par de personas están bailando al son de la música. Me siento tan libre, tan real.

-Esto es tan bonito.- musita sorprendida.

-Lo sé.

-¿Esto es por lo que pasan todos los años estos chicos?

-Es como los bailes de celebración en el palacio.

-Esto es más cálico.- concuerdo contigo princesa, concuerdo contigo.

-Principe Leopoldo, Princesa Scarlett.- la directora hace una reverencia la cual agradecemos.

-Madam.

-Sean bienvenidos, en unos momentos se mencionará su estancia entre nosotros y...

-Asi estamos bien, hoy queremos pasar desapercibidos.

-¿Está segura princesa?

-Estamos muy seguros.- respondo mientras pongo la mano de Scarlett sobre mi brazo.- le agradecemos mucho su calida invitación y bienvenida, pero hoy solo queremos sentirnos un poco más libres y ser discretos.

-Estan en su colegio, chicos, y a divertirse.- hace un extraño paso de baile y Scarlett busca disimular la risa con una sonrisa.

-Vamos por algo de beber, majestad.

-Yo le sigo mi buen caballero.

Estoy sirviendonos un tipo de coctel que se supone que no tiene alcohol pero es evidente que lo tiene, y ambos hacemos el típico "salud".

Vamos a una de las mesas en lo que llegan más personas para así bailar con mayor comodidad.

Entre risas y experiencias Scarlett se recarga en mi hombro envuelta en carcajadas mientras pone sus manos sobre las mías. Yo solo puedo tensarme ante tanto acercamiento, no he visto a Emily, pero se que no tarda en llegar y si nos ve así, todo se irá a la mierda.

Se escucha una gran bulla y son los chicos del equipo entrando, festejando su merecido triunfo.
Algunos vienen solos los cuales hacen más desorden, otros vienen de la mano de sus compañeras.

Scarlett se pone de pie para ver mejor lo que está sucediendo y yo le sigo. Algunos graban la entrada de estos chicos, otros ni siquiera los miran.

Mi corazón inicia a palpitar con mayor rapidez y eso no me agrada para nada. Me siento nervioso, incluso ansioso. Scarlett entre el asombro y la curiosidad toma mi brazo y bajo la mirada para ver esta acción. Algo parece penetrar la coronilla de mi cabeza y cuando levanto la mirada ahí está.