Viaje

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Hoy era un nuevo día, y Rosé comenzaba a despertar algo incomoda por el sonido de la alarma. Parecía que ese sonido no dejaba de moverse, era como si se alejara y luego volviera.

Abrió los ojos con pesadez y observando la habitación, se dio cuenta que Jisoo estaba transformada en lobo y tenía el despertador en su hocico, corriendo de un lado a otro mientras lo sacudía y lo lanzaba en el suelo.

_Hey, hey - se levantó de la cama - deja eso.

Jisoo dejó el aparato en el suelo e inclinando su cabeza, se cubrió una oreja con su pata. Rosé logró comprenderla, era muy fastidioso para ella.

_Ya está - lo había apagado - es un despertador - mostró - me avisa cuando tengo qué despertarme.

Jisoo salió corriendo a la sala, comenzando a jugar con los cojines y rompiendo una que otra cosa.

Rosé estiró su cansado cuerpo, y en un bostezo, se acercó a la cocina. Cuando Jisoo volvió a prestarle atención a otra molestó ruido. Era el teléfono y Rosé no tardó en contestar.

_¿Sí?...Oh, gracias...está bien...no, ya no lo necesito, le pagaré los daños...de acuerdo, gracias - colgó ante la mirada curiosa de Jisoo - era sobre el auto - el lobo inclinó la cabeza sin entender - la cosa de metal que tú destrozaste cuando me perseguiste en el bosque - reprochó.

Jisoo sólo ocultó su rostro tras una almohada y la miraba de reojo.

La rubia retomó su camino e ingresó a la cocina, observando todo el resto de comida y envolturas en el suelo. Cerró los ojos para tranquilizarse, y sonriendo, comenzó a preparar su desayuno con lo único que quedaba.

Un huevo.

Observó entre gruñidos como Jisoo estaba recostada de lo mas tranquila en el sofá, con su pancita bien llena y con las patas estiradas.

_Así son todos - freía su huevo con molestia - primero son lindos y luego muestran como son, ah pero no crea que yo voy a limpiar, debe estar loca - dejó su comida sobre su plato, y colocó el sartén usado a un lado para luego lavarlo. Tomó la tetera para poner agua, pero cuando giró al escuchar un ruido, Jisoo se comía su desayuno estando apoyada de dos patas sobre el repostero.

_Jisoo - sonrió, y la lobita la observó moviendo su colita - Quieres casarte conmigo, ¿verdad? - Jisoo asintió mas contenta - Entonces, puedes por favor...¿¡NO COMERTE MI DESAYUNO!? - el lobito se achicó en su lugar con sus orejas caídas - ¡ash! Ya no importa - se fue molesta a su habitación, encerrándose.

Jisoo quizo entrar, pero por mas que rascaba la puerta, Rosé no le abría.

Sólo media hora después, y de que Rosé se diera una ducha, salía del baño en una toalla, deteniéndo su paso al observar un planto con un filete y papas sobre su cama. Y en su mesita de noche, un vaso con jugo de durazno en su interior.

En la casa vecina, un joven preguntaba a su hermano por su comida.

****

Lisa estaba sentada de manera seria, tenía puesto un gordito de baño que cubrían sus orejas y sólo se dejaba cuando Jennie le tallaba la espalda.

Sí, la estaba bañando en su forma de lobo.

Jennie rascaba todo su pelaje con el shampoo que había comprado, y sonreía cuando el cuerpo de Toto se llenaba de espuma por completo, dejándolo muy gracioso al estar con la mirada seria.

_Vamos, Lisa - tallaba su cuello - sonríe, sólo disfruta el baño.

¿solo disfrutar? Ja, claro, lo hubiera hecho si eso no incluía haberla engañado.

Una Loba Como Mascota Donde viven las historias. Descúbrelo ahora