VIII

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Los dibujos en sus manos hacían tan interesante el contemplar de manera sigilosa los movimientos de sus dedos mientras abotonaba los pequeños botones de la camisa blanca. Incluso, así, delicado y despreocupado, mirando hacía el candelabro de ocho velas sobre uno de los estantes, se veía aparentemente sexual. La vista esmeralda bajó al abdomen del tatuado y se perdió ahí; en el dibujo de aquellas dos golondrinas y los pequeños vellos en él.
Su abdomen con un pequeño relieve se terminó por esconder tras el último botón de la camisa. Frank no notó como estaba siendo admirado, o quizás sí y disfrutaba tener admiradores, o mejor aún, disfrutaba tener dos esmeraldas pendientes de sus movimientos.

Gerard caminó hacía él, mientras terminaba de poner sus zapatos negros y brillantes, se acercó sigiloso, tomó la chaqueta negra de aquél smoking, se puso a las espaldas del avellana y le ofreció ayudarle a ponerla, este sonrió y no dudó en aceptar su ayuda. El esmeralda, deseoso de más nuevas sensaciones no pensó en posar sus labios en la nuca del tatuado, inhalando el aire frío y exhalando una cálida sensación de aliento sobre ésta. Por primera vez, Frank se estremeció al sentir aquello.

Los delgados brazos rodearon su cintura y un par de manos pálidas subieron por su torso hasta llegar a su pecho, una de ella, atrevidamente, no reparó en seguir su camino y posarse en la rosada boca de Frank, sólo dos dedos bastaron para comenzar a jugar con sus labios y luego, de manera húmeda a jugar con la lengua del avellana. Frank dejó caer su cabeza y sus párpados, perdiendose en el sabor que emanaban los poros de Gerard.

El castaño entre abrió sus labios, queriendo dejar escapar un silencioso gemido, su otra mano decidió posarse en la tela holgada y negra del pantalón, justo bajo de aquellas dos golondrinas. Presionó el semi erecto miembro de Frank y antes de poder volver hacer presión, una mano demandante de detención se posó sobre la suya. Frank soltó una pequeña risa y a posteriori a otro movimiento, volteó quedando frente a frente de su intruzo compañero.

Rozó la punta redonda de su nariz, formando el contorno de la barbilla de Gerard, subió hasta a sus labios y sonrió sobre estos, el esmeralda intento besarlo pero los reflejos del tatuado eran más rápidos, entre risas esquivó aquél beso y observó los ojos de Gerard.

— Otra regla: no hay besos — sonrió

— Dijiste que no habían reglas

— En tu bienvenida — empujó el pecho de Gerard delicadamente hacía atrás, apartandolo de él —. Vamos al salón principal — tomó la mano del esmeralda —. Tienes que estar con los demás Neófitos y elegir un Experimentador

— Creí que tu eras el mío — comenzó a caminar con él

— Creíste mal — intento responder sin interes

Frank quería que Gerard lo eligiera, pero también creía que aquella elección podía limitar sus encuentros fuera del club, porqué habían reglas, reglas que a pesar de las ganas de volver a besar los labios de Gerard, como lo hizo luego de aquellos encuentros en White Horse y en su departamento estudio, no podría volver hacerlo sí él lo elegía como su Experimentador, y Frank no rompería las reglas, él jamás rompía las reglas.

Nuevamente estaban en el salón principal, observando las sombras que hacían las velas y pensando en el encuentro de hace algunos minutos; en el pecho de Frank cubierto de esencia blanquecina, los muslos de Gerard humedecido por esta misma, los labios queriendo unirse pero una potestad más fuerte impidiéndoles concretar aquello. Los movimientos lentos que hizo el castaño sobre el tatuado para lograr excitarlo, pero fallando en el intento porqué Frank, a diferencia de él, tenía mayor voluntad.

Un hombre aparentemente mayor que Frank, de contextura delgada, piel bronceada, y un relajado desplante se acercó a ellos. El tatuado arqueó sus cejas y lo miró con displicencia al mismo tiempo que cogia una copa de vino de una de las bandejas. El hombre sonrió sin mostrar sus dientes, recibiendo la hostilidad de Frank como un dulce licor, Gerard sintió la tensión. El hombre volteó a mirarlo, le regaló una sonrisa al castaño y se apresuró en presentarse antes que el esmeralda.

The Kinky Club [×Frerard×] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora