De verdad...¿Soy su maid?

mágica noche

Dia especial para todo el mundo, ya es navidad, lo siento no pude contaros como fue la noche buena, solo resumo.

En mi casa cenando con mi familia, con nadie del trabajo y nada de nada de Ryan Jhonson pero si estuve toda la noche pensando en èl. 

Lo que dijo la ultima vez que le vi me dejo boba.

"Un te quiero" que raro.

Bueno hoy 25 de diciembre a las 21:06 quise visitar a Ryan porque papa noel paso por mi casa dejando un regalo a su nombre.

Cuando llegue vi a Marcelo en la puerta algo serio.

-- Buenas noches Marcelo y feliz navidad.

-- Igualmente Madelyn ¿Que hace usted por aqui? No deberias coger frio, no me gustaria estar otro tiempo sin verla. -- me hace una leve sonrisa.

No se...pero me parecio que estaba ligando conmigo.

-- No pasa nada tranquilo, bueno ¿Donde esta Ryan?-- la sonrisa de Marcelo se borro de su cara dejando una fina linea y con una mirada casi sin vida.

-- Ejem...adentro...pero esta algo antipatico mejor visitalo mañana.

-- ¡Oh! Vale...entonces me voy. -- observe su regalo que tenia en mis manos. Alomejor darle el regalo le podria parecer que me estoy confesando a èl de que me gusta o como el dice callendo en sus pies y no me gusta la idea.

-- Toma Marcelo, El hombre gordo y barbudo dejo esto en mi casa. -- por suerte no puse el nombre de Ryan, ademas Marcelo es un buen chico se lo merece. Es un perfume.

-- Muchas gracias...yo no tengo nada..para ti.

-- No importa -- sonrio a lo tonta.

Abren la puerta de repente y sin darme cuenta Marcelo va hacia a mi y me da un casto beso en la comisura. Me quede algo atontada, ¿Que pasó que no me entere? Miro hacia la puerta y era Ryan Jhonson todo guapo y elegante pero abrigado por el frio claro.

-- Buenas noches señorita.

Lo notaba algo seco o soso, me voy hacia èl y le agarró del brazo, enseguida su mirada va hacia mi.

-- ¿Que te ocurre Ryan?

-- Nada que te interese. -- estaba frío no era el Ryan que conocía.

-- Sabes que estoy aquí Ryan...puedes contarme lo que te pase.

-- No me pasa nada, mejor vete a tu casa ya. -- intente mirarle a los ojos pero me apartó la mirada.

-- No debes ser tan así señor Jhonson, a veces hay que dejarse ayudar.

-- ¡Déjame en paz!

En ese instante el corazón dejó de latir, había un gran silencio, algo se desvanecía, Ryan Jhonson me ha levantado la voz...

-- E...mm..-- no sabía que decir, Marcelo estaba congelado con los ojos saliéndose de la órbita.

Parece como si Ryan a cambiado, no es un hombre de apariencia de gritar y menos a mujeres...bueno según me dijeron, será que yo lo agobio.

Ryan dejó caer sus manos en el coche apoyado mirando el suelo, notaba que cerraba los puños con fuerza. ¿Que le pasa?

-- Marcelo tienes la noche libre, tengo ganas de conducir yo...-- su voz estaba seca, daba miedo. Entró en el coche con prisa y con fuerza cerró la puerta, yo no sabía que hacer, entonces retrocedió hacia atrás a mi posición.