¿Para que aguantar?

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Dia siguiente, anoche no pude dormir bien después de lo sucedido con Ryan. Me extrañó su reacción ¿Por que oculta cosas?

Hoy es jueves y me levanté temprano antes que todos para limpiar la casa entera, termine pronto y me puse hacer un poco cafe, aparecio Leyla con cara de zombie recien levantada y casi sin peinarse, una coleta mal hecha.

-- ¿Te sirvo un cafe?

-- Sí, por favor y gracias -- se sentó en la butaca y apoyo su cabeza en la encimera.

-- ¿No dormistes?

-- Pues no, se paso mucho conmigo el Amo. -- me quede confusa pero mi mente se puso a sacar hipotesis y una de esas era la que pensaba mucho ya os podeis imaginar cual.

-- ¿Pero que paso? -- levanto la mirada y se reicorporó.

-- Pues ha las tantas bino a mi habitacion todo serio y me llevo a su cuarto. -- mis ojos se abrieron como platos y mis manos estaban sudando. -- Y me dijo que me estuviera ahi toda la noche sin pegar ojo, le pedi explicaciones, pero no me las queria dar  a veces me pedia cosas a las tantas como dame un baso de agua y esas cosas.

-- Ah...que animal. -- me equivoque con él, siempre pensando que es un pevertido.

-- Pero por poco quiso que me acostara con el, pero al final no quiso, ademas yo tampoco, pero me dijo que no podia olvidarte.

-- ¿Que? -- Cuando oigo eso mi taza se cae al suelo y rompió.

-- Sí Madelyn, me dijo eso a las 2:00 a.m.

-- Pero...¿Por que dice eso?

-- No lose, pero yo que tú, recojo la taza rota antes de que te castigue.

Reaccione y recojo los añicos que hice. Sentia que mi cuerpo temblaba, lo notaba demasiado en las manos, ojala pudiera saber la razon de porque tiemblo cuando me hablan de él.

-- Leyla ¿Que pensastes al oir eso? -- le comento mientra fregaba el piso.

-- Pues me sorprendi claro, pero yo se que tu eres lista y no te dejarias tocar por este hombre que encima es mayor que tu, tiene 27 creo o uno mas y tu 19.

tragué la poca saliba que me quedaba y al terminar de fregar tomé un poco de agua. Leyla se fue al sofa y se dejo dormir ahi, mientras tanto fui a investigar un poco la casa. Encontre habitaciones vacias, otras cerradas, otras para hacer ejercisio, otras de baños grandes de todas clases hasta que encontre una habitacion grande que tenia un ring de lucha. Me quede algo confusa y sorprendida.

-- ¿Que haces aqui? -- oigo una voz masculina y muuy seria o casi, podria decir mosqueada.

-- Jefe... -- me viro para mirarle, estaba sin camisa y unos short deportivos. Pero en ese instante me preocupaba más su estado de animo.

-- Me llamaras Amo ¿Esta bien?

Sentia algo de miedo la verdad, nunca le había visto tan mosqueado.

-- Lo siento.

-- No te he dado permiso para que hables señorita Clarhy. -- me llamo por mi apellido, pero aunque yo tuviera miedo tampoco me gusta que me hable asi.

-- Oye! Señorito Jhonson, no soy tu perra y ningun objeto para que me hables asi ¿Esta claro? -- se quedó callado pero miraba para los lados como nervioso. -- ¿Que pasa que le comio la lengua el gato al super hombre?

-- Largo de aqui ya. -- me alzó la voz, yo toda perpleja cerre los puños escondiendolos.

-- Una cosa "Amo" si esta de mal humor no lo pagues con otras personas y adios.

De verdad...¿Soy su maid?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora