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–Keonhee, vas a comer?–

El menor negó con la cabeza.

–tienes que estar bien por tu hijo.–dejó el plato al lado del alto.

–no puedo...sin el no puedo.–posó su cabeza sobre la mesa.

–también me siento así..pero tenemos que salir a adelante, somos familia y debemos cuidarnos mutuamente.–sobó la espalda del menor.

–Y tú por qué pones esa cara.–se acercó al rubio.

Este no pudo hablar por la venda en su boca.

–aún no recuerdas? Yo soy el padre de tus hijos.–tocó su vientre y quitó la tela de la boca de el menor.

–no me acuerdo de ti y de nadie tampoco, así que, me podrías decir que hago aquí?!–se sacudió en la silla.

–cálmate, además....por tu culpa ese chico está sufriendo.–señaló la pantalla.

–por qué dices eso–preguntó mirando a la misma dirección.

–lo metiste en tu vida y por eso él también pasará por la misma desgracia–

–De qué hablas–tragó saliva.

–no te puedo contar nada más querido.–besó su mejilla y se volteó con la intención de retirarse pero la pregunta de Hwanwoong lo hizo voltear algo molesto

–y si soy la madre de tus hijos, por qué estoy encerrado aquí?!–

–yo solo estoy aquí para rescatarte amor.–se fue rápidamente cerrando con llave la celda.

(....)

–suéltenme!–habló mirando a los tres chicos que estaban en la habitación.

–lo hacemos porque Keonhee nos está mandando.–

–Eso es menti..–

Antes de terminar de hablar, volvieron a sumergir su cabeza dentro de ese contenedor con agua.

–no voy..–respiró entrecortado– a cambiar de parecer.–

–keonhee te está haciendo esto.–

–deja de..–

Lo volvieron a sumergir.

–pudranse–escupió al chico que estaba adelante de él.

–si te sigues portando así, Hwanwoong no va a poder conocer a sus hijos.–amenazó al rubio.

–hijo de puta–

(...)

–hola madre, cómo está?–preguntó entrando a la vivienda junto con Youngjo.

–muy bien querido.–dejó un beso en la mejilla de su hijo.

–buenas tardes señora.–hizó una leve reverencia.

–buenas tardes Young.
cómo han estado últimamente?–preguntó cerrando la puerta.

–un poco mejor.–sonrió el pelinegro.

–es bueno oír eso.
Quieren algo de comer?–preguntó yéndose a la cocina.

–sería un placer madre.
Mientras tanto voy a ver a mi niño, ya vuelvo.–se dirigió a las escaleras.

–está dormido así que ten cuidado.–habló la mujer en la cocina.

–ok madre, gracias–

El alto subió un poco lento la escaleras, era la primera vez después de tres semanas que no veía a su pequeño.
Él solo fue porque Youngjo le insisto todos los días para que vaya a ver a su hijo.

Al entrar vió a su pequeño durmiendo en su antigua cuna, el niño tenía apretado en sus manos al conejo que él le había dado la primera vez que Geonhak entró a su habitación.

Los recuerdos de su difunto esposo aparecieron de nuevo, haciendo que el alto se echara a llorar en voz baja para no despertar a la criatura.

Pero terminó siendo en vano porque el menor se despertó.

–lo siento pequeño.–empezó a arrullar al niño.

Este dejó de llorar unos minutos después.

Keonhee se sintió un poco aliviado de que se durmiera rápido pero su alma se seguía sintiendo tan mal.

Su hijo tendría que vivir sin madre y
los pocos recuerdos que tiene de él se desvanecerán con el tiempo.

Las pisadas acercándose hicieron que el alto se asustara un poco pero al ver de quién se trataba se relajó.

–cómo está el pequeño–preguntó acercándose a Keonhee.

–está bien.– acarició la mejilla del menor.

–me alegro.–susurró.

–quiéres cargarlo?–dijó mirando a Youngjo.

–eso me encantaría pero...no se como hacerlo..–

–no te preocupes, tu mismo sabrás como hacerlo.–dejó al pequeño en los brazos de mayor.

Este al sentir al menor se quedó maravillado, a él siempre le habían gustado los niños.

–es muy lindo.–sonrió viendo a Keonhee.–tiene lo mejor de ambos.






                             
_Bye_

[Te Amo] youngwoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora