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– Eres un infeliz!... Cómo te atreves a llamar a la policía!... SOY TÚ MADRE!–

Los gritos de la mujer se podían escuchar hasta la habitación en dónde estaba el rubio.

Él no quiso salir, no tenía la valentía para ver cara a cara a su madre.

Young entendió el asunto, y salió a la entrada de su casa a explicar el problema a los oficiales que habían llegado.

Poco después tuvieron que arrestarla y fue condenada a cadena perpetua por la venta ilegal de niños.

Hwan no había sido el único afectado, ya que después de que ella lo vendiera, siguió adoptando más pequeños para después hacer el mismo negocio por más de quince años.

Obligatoriamente Woong tuvo que asistir al juicio como una de las víctimas de aquel abuso.

Aunque no pudieron encontrar a más gente de aquella organización, ella dió las ubicaciones en dónde estaban algunos de los niños que habían sido secuestrados.

– Vamos a llegar a casa en unos minutos, Keonhee y Seoho también están llendo a visitarnos– Dijo mirando a Hwan por el espejo mientras seguía conduciendo.

Woong solo asintió, estaba demasiado cansado como para hablar o tener una conversación.

Le había molestado haber visto por más de dos horas a aquella mujer.

Los cuatro bajaron del auto, entraron a su hogar, Hwan dejó a los pequeños en sus cunas antes de cambiarlos de ropa y después esperaron en la sala la visita de Seo y Keon.

–Hola Woong!– abrazó fuertemente al bajito.

–Hola Seoho– correspondió el gesto del pelirrojo.

–¿Cómo has estado?– Deshizo el abrazo para hablar más cómodamente.

–Bien, ahora estoy mejor–


(...)


– ¿Cómo te ha ido Keon?– sostuvo a Geon en sus brazos.

– Tranquilo como siempre–

–Y tu Hak?. Has estado obedeciendo a tus padre?–

El menor solo asintió algo tímido.

–Te vez tan adorable– acarició su cabello antes de devolverle su hijo al alto.

– Ha crecido bastante rápido– Dejó un beso en la mejilla de este.

– Puedo ir con mami?– preguntó en voz baja en el oído de Keon.

–Okay– bajó a Hak, dejando que él solo llegue hasta la sala en dónde estaba su madre.

– Sigo sin creer que ya vaya a cumplir dos años– dijo algo apenado– Sentirás los mismo cuando tus niños crezcan.

(...)


– Tío Hwan... ¿Puedo ver a Ju y a myeong?– Preguntó con la mirada baja.

– Claro que sí–

Los tres subieron y entraron a la habitación de los menores que aún seguían durmiendo.

Lentamente y sin hacer ruido Hak se acercó a las cunas y  pudo apreciar a sus lindos primos tomando una corta siesta.

Pasaron un buen rato juntos antes de que la familia de Seoho se despidiera de Hwan y Young para retirarse.





[Te Amo] youngwoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora