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–Me puedes decir tu nombre?–

-me llamo Ravn-respondió el mayor.

-ok, gracias ravn.- mostró una sonrisa al pelinegro el cual estaba sentado al lado de su camilla.- así que eres mi amigo no?- habló el menor tomando un sorbo de agua.

-sí, solo tu amigo.-suspiró.-puedo hacerte una pregunta?-

-si, cuál?-

-dime, que fue lo que le pasó a Seoho.- preguntó está vez el moreno,
acercándose más al rubio.

- el pelirrojo?-

-sí, el es mi hermano.-

-bueno, me va ser difícil hablar sobre eso.-tragó saliva.

(...)

-déjenme estar con él por favor.-dijo el alto hacia las enfermeras que lo habían sacado a rastras de la habitación.
Al parecer desde que Seoho volvió, no a dejado de estar en un trance, no se mueve ni hace ningún gesto, pero al escuchar la voz de su esposo, empieza a entrar en pánico y solo grita retorciéndose en la camilla.

-disculpe, pero el paciente no se encuentra estable, le sugiero que vuelva más tarde.-

El castaño se quedó afuera de la habitación, viendo por la pequeña ventana, como inyectaban vários calmantes a su novio para tranquilizarlo.

2 meses antes

–faltan dos días para el cumpleaños de Youngjo, y no se que regalarle.–hizo un leve puchero mirando a su cuñado.

–a él antes le gustaba tocar la guitarra.–sonrió.–era de color rojo intenso, pero lamentablemente se terminó rompiendo.
Pensé que iba a comprarse uno nuevo pero no lo hizo.– levantó los hombros.

–creo que  sería una buena idea regalarle una guitarra.–dijo está vez el menor, tocando las manitos de su pequeño sobrino que se encontraba en los brazos del mayor.–ya quiero que mis niños nazcan.–

–no te preocupes, en un par de meses ya van a estar contigo y su padre.–

–hablando de eso, cuántos meses ya tiene Geonhak.–preguntó mirando al rubio.

–va a cumplir seis meses.– dejó al pequeño en su cuna después de que se durmiera.–vamos a bajo para esperar a los chicos.–dijo antes de salir junto con el bajito de el cuarto del menor.

Los dos bajaron al primer piso y se sentaron en el sofá de la gran sala de la vivienda.

–el pequeño tiene un mes no?–tocó el vientre aún plano del mayor.

–sí, aún falta mucho para que nazca.–suspiró.– así que no te molestes de la espera de tus niños, vas a tener dos al mismo tiempo.

–bueno..sobre eso...aun no he pensado en  los nombres.–tocó su vientre.–youngjo tampoco me da ideas.–suspiró.

–pues...cuando nació mi niño, en ese momento le puse el nombre.
Tal vez podrías inspirarte cuando los pequeños lleguen a este mundo.–

–esa idea suena bi– el agudo sonido del timbre asustó a los dos rubios.

–deben ser ellos.– se levantó a abrir la puerta.

–diles que no hagan mucha bulla, Geon aún está durmiendo.–

–Ok– el timbre volvió a sonar.

Los dos soltaron varias risitas.

–deben estar muy desesperados en vernos.–rió un poco más fuerte.

–mejor ya ve a abrirles Hwan–

Seoho se levantó de su asiento cuando no escucho ningún ruido después de que él menor se acercara a la entrada.

Al acercarse  más a la entrada notó que habían varios hombres apuntando al menor.

–ya te ví! No te muevas!– gritó uno de los hombres mirando fijamente al mayor.

(Mierda)

Lo único que tenía en los bolsillos era un lápiz, que hago.

Retrocedí un poco para poder escribir en la pared una simple oración, sin que ellos me vieran.

–te dije que no te muevas imbécil!.– me apuntó con su arma.

–no! Por favor no le hagan daño.– gritó Hwanwoong  que estaba siendo agarrado por dos hombres.

–el jefe dijo que no les disparen a ninguno de los dos.–habló uno de los chicos que tenía el pelo plateado.

–trainganlo.–hizo una seña con su dedo, para que otros dos hombres se acercaran lentamente a mí.

Los miré a cada uno de ellos, mientras me seguían apuntando.

–no los podemos matar, pero tendremos dispararles si se requiere.–habló el que antes había gritado.

–hola bonito, espero que el jefe me deje tocarte.–agarró mi brazo con mucha fuerza y me jaló junto con Woong a la salida.

Yo solo estaba pensando en que no revisen la casa o que Geon no llore al escuchar tanto griterío, si eso pasase quién sabe que le harían a mi niño.

Nos metieron a una furgoneta negra, nos esposaron y nos taparon los ojos y  boca.

En ningún momento me separé de Hwan, los dos estábamos temblando y llorando de miedo.


–Ya llegamos!!–gritaron los dos chicos entrando a la casa del alto.

–donde estarán.–young buscó a los otros que raramente faltaban.

–deben estar arriba.– dió una idea haciendo que el mayor vaya al segundo piso, mientras que Keon seguía buscándolos por si se habían escondido.

Al escuchar pasos bajando las escaleras, volteó, pero al ver solo a Jo  cargando a su hijo se empezó a asustar.

–no están?–

El mayor negó.

–voy a llamarlos.–Keon sacó su teléfono y primero marcó el de su esposo, pasaron los segundos y se escuchó el tono de llamada dentro de la casa, al encontrar solo el celular y no el propietario, empezó a asustarse aún más.

–keon– al escuchar a Youngjo llamandolo fue directamente hacía él.

Este le mostró el celular de Hwan que estaba en el sofá.

                      
–mierda.–

Geonhak se despertó y extendió sus bracitos hacía su padre, así que el pelinegro tuvo que dejar a su sobrino en los brazos de el castaño.

Los dos empezaron a buscar con más detalle si había algo que no cuadraba en el hogar.

Youngjo al pasar por tercera vez de la sala a la entrada notó que había una frase escrita en la pared.

–eh.. Keon! Esto estaba aquí antes?– gritó mientras leía la nota.

–que cosa.–se acercó al mayor.

–Dice:

ayuda-dos-secuestro

[Te Amo] youngwoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora