Capitulo XIII

650 36 6
                                    

Mi cabeza da vueltas y mi estómago se retuerce cuando la veo acostada en el sillón ¿Cómo entró? Y entonces me respondo mentalmente “Zayn”.

—Oh, Ya están aquí—ella le sonríe y yo estoy de vuelta cabreada—

—¿Qué haces aquí?—él le dice con un dejo de interés—

—Eh terminado lo que tenía que hacer y vine por ti ¿Quieres que salgamos a pasear?—se cuelga del cuello y le reparte unos cuántos besos por la mandíbula—

—Perrie ¿Por qué no me llamaste antes?—ella le frunce el ceño y siento que eh dejado de formar parte de esta conversación, es más ,nunca la integré—

—Bueno, no lo consideré necesario , así que quise tomarte por sorpresa—lo besa y yo decido irme, mi hombro choca con el suyo en cuanto gruño subiendo las escaleras—

¿Por qué acepte venir a casa con él? Debí haberme ido en cuánto tuve la oportunidad, pero sus ojos  me han visto como nunca lo han hecho esta tarde, talvez tenía la esperanza de que algo pasará estando aquí, no imagine está mierda.

—Hey ¿A dónde vas?—

—A Narnia—

— ¿Qué?—

—A mí cuarto idiota, a donde más crees me lleva está escalera?—el me mira enojado y yo sigo mi camino de vuelta—

Ahora ella y él están solos en la sala.

—Uh, Le hace falta unos buenos toquecitos ¿Es virgen cierto? Se huele a kilómetros—él abre los ojos con lo que ha dicho  y la quiere ahora mismo lejos de él—

—No hables tonterías por favor—

—¿A caso no lo ves? Ay cielo su mal humor lo dice todo—

—De todas formas, no es algo que deba importarte, ahora por favor ve a casa—ésta comenzando a perder la paciencia—

—¿Qué? Vine por ti Zayn ¿Quieres enserio que me valla?—lo mira asombrada—

—Quiero descansar, por favor—

—Vamos al Cuarto entonces—lo envuelve con sus brazos y  toca su parte baja a propósito—

—No—saca su mano de ahí y la aleja—Aquí no—

—¿En mi casa?—

—No, ni aquí ni ahora, por favor anda a casa , mañana pasare por ti y saldremos un rato, lo prometo—

—Como quieras—ella camina hacia la puerta—Espero luego no te arrepientas—

—Hasta Mañana Perrie—le dice mientras se va resonando los tacos y él siente que casi perforan el suelo—

Eh subido la música lo más alto posible, es probable que ellos dos estén allá abajo comiéndose el uno al otro , así que prefiero no oír nada , camino hacia la ducha y me despojo de lo que llevo encima,  una buena ducha me ayudará, piso la baldosa y abro la regadera.

La puerta empieza a sonar y sé que es él ¿Quién más podría ser? No quiero abrirle, estoy más molesta que antes.

—¿Cara?—Me Grita—Ábreme la puerta ahora—

—¡Lárgate!—

—¡Es algo urgente Coure! (Corazón)—

—No entiendo ni una mierda tu Italiano—le digo mientras salgo empapada de la ducha y alcanzo una toalla—

—Ábreme por favor, necesito algo de ti—su voz casi parece un ruego, así que decido abrirle pero antes cojo una almohada y con ella tapo mis pechos que son visibles atreves de la toalla—

—¿Qué quieres?—él está viéndome a los ojos ,pero pronto me recorre de pies a cabeza—

—¿Estabas bañándote?—me dice y casi puedo asegurar a que ha tragado algo de saliva—

—¿No es Obvio?—revoloteo los ojos—

—Oh claro que sí—me sonríe—

—¿Qué necesitas?—le digo y me aferro a la almohada que está cubriendo mis pechos, él se da cuenta y pasa la lengua por sus labios , al instante me comienzan a temblar las piernas—

—¿Tienes Condones?—¿Qué? ¡Pero que idiota! ¿Y me lo dice así? ¿Va a tener sexo con esa aquí? Agarro la almohada entre mis dedos y lo estampo en su cara—

—¡Jodido Imbécil!—le grito y el me agarra la almohada y la tira hacia un lado me mira como si fuera un chiste ¡tengo la cara roja de enojo! Entonces él empieza a reír tanto que se agarra el estómago –

—¿Qué es la mierda chistosa aquí?—el me mira todavía y me sonríe coqueto—

—¿Entonces…… em  no tienes?—voy a pegarle una cachetada pero él me sostiene la mano y me jala hacia él, su boca está a mi altura , su aliento me abruma y pronto quiero besarlo—

—¿Cuál es tú problema amore?—pestañeo hacia él , mi corazón está saliéndose del pecho estoy mojada en todos los sentidos y casi desnuda, solo con un pedazo de trapo cubriendo mis pechos  y la mitad de mis piernas—

—¡Suéltame! ¡Descarado! Anda a tener sexo con tú novia a un hotel, no aquí—él ríe y me aprieta más y entonces lo siento , siento su deseo en mi ombligo , esta erecto, totalmente empalmado por mí—

—¿Y quién te dijo que voy a usarlos con ella?—mis manos están tocando su pecho, mis senos casi están afuera mi toalla ¡está resbalando! Él se da cuenta de eso y me sostiene más cerca—

—¿Con quién más entonces?—susurro y  miro su boca , su dureza está palpitando sobre mí y ¡Quiero tocarlo! , bajo mí mano a su espalda y lo aprieto  el gruñe tan cerca de mi boca y entonces me mareo—

—Podría usarlo contigo—me dice y yo cierro los ojos cuando él asalta mi cuello—

L. B .FDonde viven las historias. Descúbrelo ahora