8. De atracción

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¿Cuál era el secreto que tus ojos implorantes me querían decir? ¿Por qué me hacían sentir de esta forma?

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¿Cuál era el secreto que tus ojos implorantes me querían decir? ¿Por qué me hacían sentir de esta forma?

Adrien no había dejado de observarla en todo el camino, siendo consciente de los sentimientos que empezaba a florecer dentro de sí por la fémina pero aún así sintiéndose confundido

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Adrien no había dejado de observarla en todo el camino, siendo consciente de los sentimientos que empezaba a florecer dentro de sí por la fémina pero aún así sintiéndose confundido. ¿Por qué ella? ¿Qué había en ella que le provocaba todas estas reacciones químicas dentro de él?

—Es aquí.— exclamó la fémina frente a la puerta de la casa del Couffaine. Adrien admiró la choza: era pequeña, acogedora, humilde. Alguna vez había estado en una casa así hace mucho tiempo, pero sólo pasó rápido; su padre no era alguien que le permitiera mucho salir.—Sólo... no le hagas muchas preguntas ¿de acuerdo? No ha estado muy de buenas.— el joven río muy poco; sí, sonaba como la niña caprichosa de su infancia.

Asintió.

La chica tocó la puerta y no tardó en abrir el joven de orbes azules. Pudo notarlo, su mirada se iluminaba cuando miraba a Marinette, una ligera sonrisa se dibujaba en su rostro con tan sólo tenerla frente suyo ¿A él le gustaba ella? Es decir, sabía que pasaban mucho tiempo juntos; aquella tarde cuando Lila envió a aquel hombre éste no la atacó porque Luka no se separó de ella en todo ese rato. La duda de si tenían algo más que una amistad lo consumía, pero era consiente que no era algo que lo concernía.

—Un placer, joven Couffaine.— la mirada del chico cambió al instante. Se tornó árida, analítica, sin rastro de amabilidad.

—Sin formalidades, Adrien; no estamos en tu mansión.— el desagrado era notorio, pero en realidad desconocía la razón. Es decir, alguna vez lo había visto conversando con su padre y se mostró bastante agradable y casual, con todos lucía así a decir verdad ¿Tenía algo en su contra? ¿Le había hecho algo que lo hiciera molestar? Apretó los labios y retuvo sus pensamientos, eso ahora no era importante.

—¿Dónde está?— preguntó Adrien adentrándose al lugar. El joven subió unas viejas escaleras de madera hasta llegar a un pasillo donde había tres puertas. Avanzó hasta el fondo donde abrió una puerta y se detuvo en el marco, viendo con cierta tristeza el interior de la habitación. Adrien pasó saliva con dificultad armándose de valor.— Chloe, tienes visitas.— y al parecer nadie le respondió. Luka se volvió a encaminar hacia donde él estañaba y posó su mano en el hombro de Marinette con bastante familiaridad, como si ya fuera costumbre ¿Lo era acaso?— Lo mejor será darles su espacio, Marinette, ellos tienen codas que discutir. Puedes esperarlo abajo.— la chica asintió y ambos empezaron a avanzar nuevamente hacia las escaleras no sin antes regresar a ver a Adrien de reojo y otorgarlo una pequeña sonrisa de ánimo.

Entre tinta y telas // AdrinetteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora