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Jensen está distraído y callado, lo ve comer poco, pero nadie a su alrededor parece percatarse de eso

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Jensen está distraído y callado, lo ve comer poco, pero nadie a su alrededor parece percatarse de eso. Será porque la mesa en sí ya es un puto caos.

La familia de su mejor amigo, Mark, ya es lo suficientemente numerosa, aún así, le dieron albergue cuando a él lo dejaron sin trabajo y sin poder pagar su alquiler.

John, el padre de la familia, amonesta a Mark por enseñarle malas palabras a su hermano menor, Thiago, que guarda un gran parecido con Jensen. Margaret, la única mujer, balancea la cuna portátil de su bebé mientras come ella misma. Él solo puede sonreír mientras ve todo el caos al que ya se acostumbró.

Pero nunca podría acostumbrarse a Jensen.

A ver, que ellos tenían su historia.

Como Aleksandr era amigo de Mark desde un poco antes del instituto, el ojiazul conocía esa casa desde que Jensen era un mocoso molesto que le hacía berrinches a su hermano mayor solo para que sus padres lo regañaran. No hablaba ni se juntaba mucho con ellos, pero lo notaba nervioso cada vez que lo veía.

Para el rubio era imposible no perderse en ese mar de ojos y en esos infartantes hoyuelos que venían con una gran sonrisa. Lo peor es que Alek apareció en su vida justo en la pubertad. Ya pueden imaginarse el resto.

Para Alek, era normal que, siendo tan joven, Jensen tuviera un crush con alguien mayor. Todos lo habían tenido, él incluso con algún vecino. Así que lo dejó pasar, siempre burlándose de Jensen en su interior por lo nervioso que se ponía cuando lo veía.

Mark no pillaba nada, mejor para Jensen. ¿Qué sería de él si Mark se molestaba con Alek y ya no lo traía a casa?

La cosa es que ambos fueron creciendo (con sus notables 6 años de diferencia), tuvieron parejas durante ese tiempo. Pero Jensen siempre se quedó con las ganas de tener algo con el mejor amigo de su hermano. Cosa que parecía que nunca se iba a dar.

Una vez lo había intentado, cuando tenía 16 y Alek 22.

No podía evitarlo, algo había con la faceta de un Aleksandr maduro. Más alto, que discutía sobre leyes y política en la mesa, tan "correcto". Lo miraba a los ojos como si nada al salir de su habitación, después de haberse hecho una paja pensando en él, y se preguntaba cuál sería su reacción si se lo dijera.

Comenzó siendo más lanzado. A hablarle más, a rozarse sin querer, a lanzarle miradas.

Alek no iba a negar que le atraía, pero... tenía dieciséis. Era demasiado menor para él, y no quería problemas de ningún tipo. Así que lo ignoró lo mejor que pudo.

Hasta que un día, Jensen llegó del colegio y encontró a Aleksandr en la cocina, tomando un té. Su padre trabajaba, su madre también, Mark aún no llegaba de una entrevista. El ojiazul tenía la llave porque era uno más en la familia.

Yuanfen 缘份Donde viven las historias. Descúbrelo ahora