Yuanfen 缘份

15 [Omegaverse]

Aleksandr: Estoy en la biblioteca, ven por mí cuando tu examen termine ;)

Jensen acababa de salir del infierno —su examen—, y fue a la biblioteca a buscar al omega, casi trotando en el camino porque faltaba un minuto para estar donde se supone que tenían que estar.

Siendo casi las nueve de la noche, ya nadie estaba estudiando adentro, solo estaban un par de señoras que eran las bibliotecarias. Él las saludó con un asentimiento, ellas estaban más dormidas que despiertas.

La biblioteca de la universidad era enorme, cientos de estantes que formaban estrechos pasillos con un olor parecido al de la vainilla. Maldijo por lo bajo cuando Alek no le contestó la llamada, el muy idiota no le dijo dónde demonios estaba exactamente. En el fondo, le enfurecía más saber que el omega lo hacía a propósito.

Creyó estar en un laberinto —uno muy bien alineado— mientras miraba a cada lado para encontrarlo. Lo vio a lo lejos, subiendo con parsimonia a una escalera para alcanzar algún libro.

Hijo de puta. ¿Que no veía qué hora era? Avanzó, decidido a llevarlo afuera a estirones si lo requería, pero fue frenando de a poco.

La figura de Aleksandr era casi como la de una deidad si no estabas acostumbrado, y él lo conocía hace poco tiempo. El chico poseía una belleza que nadie sería capaz de igualar, y su actitud confiada solo podía intimidar a la gente.

Sus bellísimos ojos azules inspeccionaban un libro, sus labios rojos estaban fruncidos. Su perfil era perfecto, su nariz de botón quizás era lo único tierno que poseía este ser. Lo demás, era puro erotismo.

Llevaba puesto un vestido simple de tirantes, tan negro como sus cabellos, y unas zapatillas negras. La prenda iba mucho más arriba de la mitad de sus muslos, estaban en verano, así que era justificable. Sus gruesas piernas se asomaban delicadas, cualquiera tendría ganas de tocarlas para saber si eran reales y no algo de mármol.

Oh, Jensen sabía lo cálidas que eran.

El alfa se quedó casi sin aliento, la tela del vestido parecía algo abultada y arrugada encima de la espalda baja del omega, justo donde comenzaba su redondo trasero. A juzgar por la indiferencia de Alek, la subió a propósito.

Bien, si iban a jugar a no verse...

Jensen se acercó, Alek seguía con la vista fija en el libro, se colocó detrás de él, levantó la mirada y tuvo la mejor vista del universo. Puso las manos sobre los suaves muslos del omega, y acercó los labios a sus cachetes.

Los besó con lentitud, sintiendo la suavidad de su piel y lo firme que era aquel pedazo de carne. Mordió apenas, logrando escuchar un bajo gemido, levantó más el vestido y bajó las bragas del omega por completo.

Tenía que usar su dos manos para separar las mejillas de su culo y poder divisar su entrada, palpitante y rosada, mojada levemente por el lubricante que comenzaba a salir ya. Sacó la lengua y lamió con cuidado allí, probando por primera vez la esencia del chico que lo seducía con cada movimiento, aunque no quisiera admitirlo.