Marie Elizabeth Halliwell recibe una oferta para ejercer como doctora en el Instituto Psiquiatrico Clementine Rosewood Bathory, ubicado en Black River Town.
Todo se vuelve confuso cuando los pacientes la reconocen, pero ella está segura que nunca lo...
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"La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre"
— Friedrich Nietzsche
Sara estaba a un lado de la puerta abierta, miraba a su hermana con nerviosismo. Nos acercamos silenciosamente hasta detenernos a un costado, ella aún podía vernos, pero su hermana no. Garrett me dejó detrás de él.
¿Qué hacía Laura aquí? Nos iba a descubrir.
O eso creí, hasta que Garrett sacó su arma desconcertándome totalmente y apuntó hacia Sara sin titubear. Sentí mi corazón detenerse ¿Qué estaba haciendo? El sonido del ajuste del gatillo fue apenas perceptible.
Sara miró de reojo en nuestra dirección cuando notó el arma que la apuntaba, se dirigió completamente hacia Laura evitando que diera un paso al poner su mano sobre el marco de la puerta cortando el paso con su brazo, sentí como mi respiración se agitaba y Hudson me dio mirada gélida.
Traté de poner la mano sobre su brazo para indicarle que bajara el arma y con su otra mano me detuvo.
— No puedes entrar, voy de salida y no regresaré hasta dentro de unas horas.
— Será rápido —escuchamos que insistió. Sara recostó su frente contra la puerta cerrándola un poco, Garrett colocó la punta sobre el costado de su frente haciendo que se tensara.
— No estoy de humor para esto.
— ¿Cuál es tu problema, Sara?
— ¡He dicho que no! ¿Puedes respetar eso? —Se sobresaltó—. Te llamaré cuando esté desocupada.
— Bien, lo que sea que suceda avísame —Laura se dio media vuelta, Sara cerró la puerta. Y Garrett bajó el arma.
— Creo que debemos seguir hablando. —Él sugirió aunque fue más una orden.
Sara caminó de regreso a la sala temblando y la seguimos por detrás, pero antes él me tomó por el brazo deteniéndome, giré un poco para verlo.
— Relájate, te veo muy tensa.
— La amenazaste con un arma —susurré molesta. Me solté de su agarre— ¿Qué está mal contigo? Ella no es una criminal.
— No iba a dispararle Liz, solo era asustarla —aclaró—, si la hubiese dejado entrar y nos miraba todo se iba a la borda.
— Siempre hay otras maneras —defendí.
— En situaciones así, no puedes pensarlo mucho tiempo. Son segundos cruciales, han atentado contra tu vida múltiples veces y sigues creyendo que son inofensivos. El mal proviene de todos lados, Liz —finalizó antes de retomar el camino dejándome atrás.
Un arma nunca sería mi primera opción para amenazar a una persona, pero si la única si de mi vida se trataba. Laura nos ha mentido, no tengo idea si trabaja en complot con los del Rosewood y Garrett tiene razón, que nos encontrara hubiese sido peligroso. Sin embargo me rehusaba a pensar que lo que hizo estuvo correcto.
