Marie Elizabeth Halliwell recibe una oferta para ejercer como doctora en el Instituto Psiquiatrico Clementine Rosewood Bathory, ubicado en Black River Town.
Todo se vuelve confuso cuando los pacientes la reconocen, pero ella está segura que nunca lo...
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"Recordar es fácil para el que tiene memoria, olvidar es difícil para quien tiene corazón"
— García Márquez.
Hudson ingresó al lugar por otra entrada, le hice un gesto para que guardara silencio y se acercara.
— Espero no te haya molestado, bajé porque tenía dudas sobre el incidente de ayer.
— Entiendo, pero los civiles no deben entrar sin autorización.
— La forense me dejó pasar —elevó una ceja—, puede que le dijera que tú me mandaste por unos informes —negó.
— ¿Algo útil? —preguntó.
— Agnes dijo que murieron por estrangulamiento, pero los informes señalaron que no hubo signos de violencia y la causa fue sobredosis, además murieron un día antes. Lo reportaron luego, nadie hizo preguntas ¿Por qué?
Él no lo hizo.
A mi mente llegó el recuerdo de la charla con Ambrose, es posible que se refiriera a eso ¿Cómo lo sabría?
— Ella te ha mentido, Marie Liz. Debes tener cuidado —dijo acercándose más a mí e inevitablemente me tensé.
— Lo sé, pero no puedo solo enfrentarla ¿Por cuál motivo? Tendrías que abrir una investigación oficial. Y baja la voz.
— Tu estadía en ese lugar es peligrosa — susurró.
— ¿Qué sugieres mudarme contigo? —Un brillo cruzó su mirada—. Ni lo pienses.
— Encontré unos archivos viejos, son registros y actas de nacimiento. Ambrose Collingwood, Sara viajó con él hace unos años, el niño solo desapareció del mapa. —Eso era información importante—. Además, Laura es esteril, encontramos dos informes médicos de ella, el primero dice que tuvo un hijo y el segundo refleja que no podía tener hijos. Sara, no tenía registro de hijos.
— ¿Crees que Laura ocultó el embarazo de Sara?
— Creo que Sara ocultó su embarazo, de alguna forma debió acceder a los informes médicos para eliminar cualquier evidencia. A Laura no le importaba mucho ocultarlo, pero tergiversó la verdad.
— ¿Podemos ir a tu oficina? —Me aparté un poco. Suspiró. Era mucha información por procesar.
— Andando.
***
La lluvia ha comenzado, me encontraba frente a la ventana con Hudson a la par. Después de lo que me contó nadie ha dicho nada, tomé de la mano al silencio para que nos acompañara. De pronto me abrazó confundiéndome.
— ¿Qué haces? Suéltame. —Me tensé.
— Necesitas un abrazo.
— Garrett suéltame. —La imagen de él y ella se proyectaba en mi mente.
