XXXIII

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"La maldad no es algo sobrehumano, es algo menos que humano"

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"La maldad no es algo sobrehumano, es algo menos que humano"

― Agatha Christie

La habitación se sentía fría, mi cuerpo se sentía igual. Por más raro que eso sonara, el helado emanado en este espacio me traía una clase de paz que no podía explicar, me seducía en un abrazo relajador, dormía mis miedos como un sedante y me aferraba a él justo como si fuera un salvavidas. No habían palabras consoladoras, no hay abrazos acogedores, nunca los hubieron a pesar de que siempre anhelé sentir uno.

La mirada de Maxwell era depredadora, jamás había visto a alguien así, para mí, todo aquel que pensara diferente a mí y no fuese capaz de aceptarlo era un enemigo, alguien a quien debes mantener alejado, porque solo buscará como destruirte. Pero él idolatra su naturaleza y lo que representa ¿Esa es su verdadera naturaleza? ¿O anhela pertenecer a ellos?

Un imitador.

Una mente criminal.

Desde que vi a Maxwell por primera vez, he tenido dudas sobre su diagnóstico de psicopatía, repitiéndose a sí mismo quien es como si no lo creyera, ¿necesita ser un psicópata para tener una mente criminal?, no lo creo, entonces solo puedo pensar en un imitador. Una mente criminal que tiene un ídolo, un psicópata atroz al cual desea igualar o al revés, un psicópata que desea ser igualado, más no superado ¿quieres ser un monstruo o alguien quiere convertirte en uno a su semejanza?

Si Magnus es el monstruo al cual desea imitar o por el contrario, el monstruo desea ser igualado.

Mientras los demás piensan que mis problemas de socialización evitan que pueda hablar y me quede perdida —por lo cual he sido la niña rara del vecindario—, mi mente trabaja a toda máquina para entender estos enigmas. Emily fue la primera que se acercó a mí, quien me dio una oportunidad y Ambrose me la quitó, pero ¿él es el culpable? Al final del día fui yo quien no hizo nada, quien permitió que lo hiciera.

Dijo que era peligrosa y le creí, ¿cómo podía ser peligrosa una niña pequeña?, él era el malo, ambos lo fuimos. Todo este tiempo fuimos nosotros el enemigo y no ella, con toda la información que he obtenido hasta ahora solo puedo ver que juntos seríamos el caos. Sin embargo, me niego a creer que cometimos un error cuando hay alguien más queriéndose deshacer de nosotros, cuando hay más historia detrás de un posible cuadro clínico mental.

Maxwell puede o no estar enfermo, yo por otro lado, lo estoy.

Finalmente soy capaz de aceptarlo.

Él sacó mi camisa dejándome en sujetador, parte la piel de mi abdomen y rostro estaban llenas de sangre. Maxwell pasó su lengua en el mentón quitándome un rastro de sangre que había ahí. Tenía que seguir, enterré mis uñas en sus brazos y él me aventó a su cama, se subió encima mío y siguió besándome mientras yo respondía a sus caricias, pero la única imagen que cruzaba por mi mente era Garrett y eso conseguía desequilibrarme.

Paciente Cero |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora