Unas merecidas vacaciones

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-Cuando dije que necesitábamos unas vacaciones no esperaba que doce horas después estuviéramos en un avión privado hacia Nueva York.- Dijo Eggsy burlonamente desde su asiento.

Emma apartó la vista de su libro para mirar a su compañero con una ceja alzada.- Bueno, cuando tengo que hacer algo, suelo hacerlo a lo grande. Si no... ¿dónde está la diversión?

Eggsy rió antes de dirigirse a la barra de bebidas, comenzando a preparar algo a espaldas de su pareja.- Yo prefiero darlo todo en otros momentos.

La castaña bufó divertida antes de lanzarle un cojín cercano, el chico lo esquivó sin esfuerzo y continuó preparando su bebida.- Cuidado, no querrás dormir en el sofá, estoy segura de que a JB le encantaría tomar tu lado de la cama.

Eggsy se giró y la miró con falsa indignación.- ¿Me cambiarías por JB?

Emma sonrió aguantándose la risa antes de llevarse una mano a la barbilla.- Puede ser, es adorable, calentito y apenas se mueve al dormir.

Eggsy se llevó una mano al pecho.- Eso me ha dolido.

El chico tomó los dos martini que acababa de preparar y le dio uno a su novia mientras la besaba.- Si te consuela nunca besaría a JB, no me gustan los pelos en la boca.

Eggsy se sienta a su lado pasando un brazo sobre sus hombros.- Eso me hace sentir un poco mejor.

Nada más llegar al hotel acomodaron sus cosas con rapidez para poder salir a dar un paseo

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Nada más llegar al hotel acomodaron sus cosas con rapidez para poder salir a dar un paseo. Ser un espía tenía cosas buenas, como que la adrenalina y la emoción siempre estaban a la orden del día, pero a cambio nunca tenías tiempo para la calma por estar demasiado ocupado manteniéndote alerta, por eso, cuando había una posibilidad de relajarse, la tomaban sin pensárselo dos veces.

La pareja paseaba por las calles de Manhattan observando fascinados los arreglos que sufría la ciudad después de haber sido casi invadida por unos alienígenas. A pesar de que los edificios aun estaban a medio reparar, las personas continuaban su vida tranquilamente, como si toda la destrucción fuera igual de insignificante que un mosquito en un parabrisas.

-Y yo que esperaba que la gente viviera con miedo después de lo sucedido.- Murmuró Eggsy mirando a una ancianita alimentar palomas sentada cerca de un cráter del tamaño de un coche.

-Creo que ahora que la gente sabe que hay superhéroes dispuestos a defenderlos, piensan que su vida no será demasiado peligrosa por que ellos se ocuparán de las amenazas.- Comentó Emma observando a unos adultos leer un periódico con los Vengadores en portada.

Eggsy se rió entre dientes, pasando un brazo sobre los hombros de su novia y poniendo una falsa voz heroica.- Mi querida Emma, tú no debes tener ningún miedo, yo te salvaré siempre.

-Si no recuerdo mal yo soy quien te ha salvado la vida en bastantes ocasiones.- Dijo Emma mirándolo con una sonrisa burlona.

-Acabas de arruinar mi momento.- Murmuró Eggsy con un puchero. La castaña negó divertida y lo besó suavemente, haciendo que una sonrisa invadiera el rostro del castaño.

-¿Quieres comer algo?- Preguntó la chica apoyando la cabeza sobre el hombro del contrario.

-Tengo ganas de shawarma.

The Kingsman SoulmateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora