The Kingsman Soulmate

Un delicioso shawarma

-Dios mio, esto es celestial.- Murmuraba Eggsy devorando su shawarma. Emma se divertida observando al chico sentado a su lado.

-Comes como un niño.- Dijo la castaña entre risas mientras limpiaba su cara de salsa de yogur. Eggsy besó su mejilla de manera juguetona manchándola con la salsa.-Serás idiota.- Se quejó ella estallando en carcajadas de nuevo.

Ambos jugaban entre ellos de manera infantil, ignorando lo que sucedía a su alrededor. Emma estaba tan absorta en su compañero que no notó el picor que se iba formando en varias de sus marcas con el paso de los segundos. Rascó de manera distraída las marcas en sus muñecas y continuó comiendo su shawarma mientras Eggsy comenzaba a contarle historias graciosas que vivió con sus amigos.

-Entonces Bradon se emborrachó tanto que cuando despertó al día siguiente se encontraba en una piscina a tres kilómetros de la fiesta. Seguimos sin saber cómo llegó hasta allí.- Exclamó Eggsy estallando en carcajadas. 

La risa de Emma fue cortada por un jadeo de dolor. En el mismo momento en el que la puerta del restaurante se abre, una sensación de ardor envolvió el cuerpo de la castaña, ella se retorció de incomodidad, apoyándose sobre el hombro de su compañero para mantener el equilibrio en la silla.

-¿Estás bien?- Preguntó Eggsy alarmado, sosteniendo entre sus brazos a su novia.

Emma no respondió, estaba en estado de shock observando al grupo de la entrada, que la miraba de la misma manera. Los reconocía muy bien, después de todo son mundialmente famosos por haber salvado a Nueva York de una invasión extraterrestre.

Emma se enderezó y miró la mesa con atención, como si fuera lo más interesante del mundo. Podía notar que el grupo la seguía observando fijamente, después de todo no te encuentras con tu alma gemela todos los días.

Su cuerpo seguía ardiendo, en ese momento sus almas estaban luchando por conectar el vínculo, y la castaña sabía que solo tenía una solución. Aceptó el vínculo y el dolor se fue mitigando lentamente, Emma no pudo evitar suspirar de alivio, si no fuera por que estaba acostumbrada al dolor estaba segura de que habría sufrido bastante más.

-Los he encontrado.- Dijo Emma en voz baja.

-¿Los Vengadores son tus almas gemelas?- Preguntó Eggsy sorprendido. Giró ligeramente la cabeza para observar de manera disimulada al grupo de héroes, que hablaban entre ellos sin apartar la vista de Emma.

-Parece ser que sí.- Murmuró la castaña comiendo lo que quedaba en su plato y bebiendo de manera rápida el martini frente a ella.

-Ey, ese era mi martini.- Se quejó Eggsy dramáticamente.

Emma lo miró con una sonrisa tensa.- Créeme, en este momento necesito el alcohol más que tú.

Se mantuvieron en silencio durante unos segundos, los nervios recorrían el cuerpo de Emma incomodándola de gran manera, ella estaba acostumbrada a estar segura de si misma, pero en ese momento no podía evitar sentirse débil y eso no le gustaba.

-Te están mirando fijamente.- Dijo Eggsy tras unos minutos de silencio, Emma los observó por el rabillo del ojo.

Los Vengadores llamaban la atención de todas las personas del restaurante, ellos lo ignoraban centrándose únicamente en mirar a su compañera y hablar entre ellos, sus ojos se encontraron con otros marrones. Tony le guiñó el ojo con picardía, haciéndo que la castaña apartara la vista sonrojada.

-Acércate a ellos, estoy seguro de que están deseando conocerte.- Exclamó Eggsy con una sonrisa tensa.

Emma podía notó la incertidumbre y el nerviosismo que transmitía su marca. La castaña sostuvo sus manos con suavidad.- Puedo hablar con ellos mañana, hoy es nuestro día.

-No, te tuve solo para mi durante un año y medio, ellos llevan esperando más tiempo.- Murmuró el castaño besando el dorso de su palma.

-Gracias por ser tan comprensivo, estoy muy nerviosa por conocerlos.

-No deberías estar nerviosa querida, después de todo estamos hechos el uno para el otro, literalmente.- Dijo el multimillonario detrás de ella, colocando sus manos sobre sus hombros.