Él le practicaba estimulacion anal de una manera exquisita, su lengua de sentía la mitad de bien en su ano como en sus pezones, iba a tener un orgasmo alucinante.
Tomando su culo con las manos, Juan alzó los ojos para sostener la mirada por un largo instante, antes de inclinarse para pasar a lo largo de los resbaladizos pliegues.
Roberto gimió, automáticamente echando un vistazo hacia Juan, ver el cabello de Juan enterrado en su ano, hizo que el acto del sexo oral fuera incluso más erótico y no podría haber quitado los ojos de el incluso si lo intentaba.
El pelinegro enfocó su atención en lo superficial, torturándolo y provocándolo, pasando su lengua primero por un lado y luego por el otro, hasta que ella estuvo tan excitado, que estuco seguro que iba a explotar en el momento en que finalmente lamiera su interior. Se preguntaba si él iba a sentir misericordia en algún momento.
Se arqueó en su contra, sus manos hallando el camino hacia sus costados para elevar sus caderas, dejando más expuesto su trasero para el pelinegro.
Juan suspiró.
Justo así quiero verte- dejo escapar un gruñido y se movía firmemente mientras continuaba lamiendo su parte íntima.
Mantuvo su ritmo lento y calmado. Cuando el orgasmo finales llegó, hasta dejarlo jadeando por completo.
Roberto, cuando creyó que aquel éxtasis habría sido el final, se volvió a retorcer bajo su implacable lengua. Cerró los ojos, echó la cabeza hacia atrás, y se rindió ante, una vez más, el placer de aquella húmeda y experta lengua. Se sentía tan bien, que no quiso detenerlo.
En algún momento las sensaciones se hicieron demasiado intensas, por lo que apretó el agarre a la sabana. Juan paró ante aquella reacción, más recorrió el interior de su tembloroso muslo con tiernos besos, luego el otro, antes de mirar en su dirección.
Te necesitó dentro de mí- le rogó.
El pelinegro no contesto, sino que simplemente se levantó y sujeto su pene con su mano.
Apoyo sus brazos a cada lado de su cabeza, él se posicionó entre sus muslos, luego inclinó la cabeza y cubrió su boca con la suya. Roberto envolvió sus brazos alrededor de su cuello, un gemido escapó de sus labios cuando sintió la cabezas de su pene presionándose contra su entrada. Esperaba que le penetrara de inmediato, pero en cambio, jugueteó con su entrada, haciéndolo gemir en una queja, impaciente por tenerlo dentro.
Juan, sonriendo por saber lo que quería, posicionó la cabeza de su eje contra la apertura de su ano y lentamente se acomodó en su interior. Este se quedó sin aliento mientras lo penetró. Su pene lo llenaba de manera tan perfecta y completa que era como si estuviera hecho para él.
Juan gimió roncamente.
Dios, estás aun apretado- Unió sus cuerpos completamente, llevándolo aún más profundo.
¿Te gusta?- pregunto Roberto en un jugueteó.
Él hizo un sonido que fue entre risa y gemido.
Me fascina-
Entonces follame- le ordenó suavemente, dando un suave movimiento con sus caderas, causándole al ajeno morder su labio inferior del placer.
Él comenzaba a embestirlo, deslizándose fuera hasta que sólo la cabeza de su pene estaba en su interior, luego se enterró a profundidad hasta que tocó su centro.
Roberto araño la espalda de Juan cuando este se adentraba en él y enterraba su rostro en su cuello ajeno, besando la piel sensible de ese lugar.
Roberto estaba tan cerca de correrse, que no le había importado avergonzarse en pedirle acelerar el ritmo en ese momento. Trató de pedirlo, más el pelinegro se rehusó. El continuó con su ritmo lento y constante, manteniéndolo al borde del orgasmo.
Quiero que me montes- podió, tomando su mano para incentivarlo a levantarse.
Roberto se colocó obedientemente a horcajadas entre sus caderas y con cuidado se sentó sobre su pene; saboreó la sensación de tenerlo en su interior. Él seguramente quiso cambiar de posición porque se encontraba tan cerca de correrse como él.
Inclinándose hacia adelante, puso sus manos en su torso y lentamente comenzó a montarlo, subiendo y bajando. El movimiento condujo a su eje profundamente dentro de él con cada embiste, gimiendo de placer. Había planeado ir lento y suave, provocando como lo había hecho con el, pero aquello se vio imposible al ser agarrado su culo con ambas manos, haciendo que se moviera más rápido.
Dios, jamás había experimentado algo como eso y era realmente bueno.
Se volvió hacia Juan, el cual lo estaba ya mirando con una sonrisa un tanto picara como sensual.
Caliente, ¿no crees?
Sus labios se curvaron en una sonrisa.
Muy caliente-
Reclinándose hacia delante, deslizó las manos por su cabello y lo besó. Él gimió en contra de su boca y apretó el agarre de su culo, moviéndolo de arriba y abajo mientras bombeaba sus caderas. El movimiento acompasado envió a su eje más y más profundo con cada embiste. Con él haciéndose cargo del ritmo, todo lo que tuco que hacer fue entregarse al placer y disfrutar del viaje.
Más rápido- exigió en contra de su boca. - Fóllame más rápido.
Juan obedeció, empujando dentro suyo con tanta fuerza que seguramente hubiera brincado fuera de él si no la hubiera tenido afirmado. Su interior de contrajo alrededor de su pene, indicando el inminente orgasmo, y arrastró su boca lejos del pelinegro para gemir con más volumen.
Oh sí, justo así- lo insitó. - No te detengas. ¡Por favor, no te detengas!
No lo haré- le prometió, con su profunda y ronca voz en el oído mientras bombeaba su interior- Córrete para mí, nene. Córrete para mí.
Fue todo lo que necesitó para enviar al colapso a Roberto. Aferrándose a sus hombros, dejó salir un gemido duro de éxtasis, al igual que Juan, que hizo un sonido propio profundamente por su garganta.
Roberto pudo sentir como Juan ya no se corría dentro suyo, este se deslizó fuera de él para acomodarse sobre el pecho ajeno, jadeando en en busca de aire.
Fue lo mejor- comento Juan abrazándolo por la cintura.
Lo fue- afirmó Roberto acariciando su pecho.
ESTÁS LEYENDO
CASADO CON UN DESCONOCIDO
FanfictionDonde Roberto asiste a la boda de su amiga, este toma mucho alcohol y termina acostándose con un tipo desconocido; a la mañana siguiente se entera que esta casado con esa persona que acostó. 🕊Historia completamente mía 🕊No copias ni adaptaciones s...