angel [Jenlisa]

Capítulo 5

Jennie's POV

Encendí la velita que sobresalía del pastel. La noche anterior cuando jugaba con Nana aproveché a hacer un pastel en lo que ella dormía. No era muy grande, pero si algo sabía hacer a la perfección eran pasteles y una variedad de cosas de repostería, sin afán de alardear.

Tomé el pastel cuando escuché que tocaban la puerta.–Voy.–Dije sin gritar para no despertar a Nana y apagué la vela del pastel para que no se consumiera.

Para mi sorpresa el señor Lee estaba frente a mí con su sombrero entre manos.–Buenos días, Jennie.–Dijo en voz baja.

–¿Se encuentra bien, Lee?–El hombre parecía totalmente devastado.–¿Qué pasa?–Me abotoné el suéter para salir y estar más cerca de él.

–Vine a darte la noticia, Ji-Hu murió anoche y no había podido regresar hasta hoy...

Las noticias como estas son algo a lo que nunca estuve acostumbrada, nunca supe como reaccionar, es algo en lo que la vida no te da preparación aunque ya hayas pasado por algo similar. Me sentí bastante triste, apreciaba a la señora Ji-Hu y estaba agradecida por conocerla. Tomé las manos del hombre y las apreté.

–Ella siempre fue buena con nosotras y no sabe lo mucho que lamento que no esté más aquí. No sé qué decir...

Él negó.–No me pude despedir de ella pero quería mucho a Nana y no sé si podrás decirle, no creo que pueda dar la noticia una vez más, menos a la niña.

–Yo me encargo de eso. ¿No quiere pasar?–Le dije.–Le puedo preparar el desayuno y algo de café...

–Gracias, Jennie, pero debo irme y firmar papeles de defunción.–Dijo con tristeza apretando el sombrero.

–Lo que sea que pueda hacer por usted sabe que puede venir cuando quiera.–Le di una sonrisa triste esperando darle algo de apoyo.

El sonrió y se puso el sombrero.–Feliciteme a la niña. Sé que hoy es su cumpleaños.–Asentí.

–Lo haré.–El hombre se alejó y cerré la puerta. Estaba triste por la noticia. Miré el pastel y me pregunté cómo se lo diría. Le había pedido permiso a Lisa de salir más temprano para llevar a Nana por hamburguesas y helado saliendo del trabajo. Le diría lo de Ji-Hu después.

Respiré hondo y encendí la vela del pastel de nuevo. Miré a Nana aún dormida en el colchón con la boca abierta. Sonreí y por un momento me tuve que olvidar de mi tristeza. Dejé el pastel en el suelo y toqué la cara de la más pequeña.

–Despierta, hey...–Mi hija se movió dándome la espalda. Reí ante la acción y volví a molestarla.–Bien, supongo que alguien no quiere pastel.

–¿Pastel?–La menor se levantó de golpe abrazándome.

–Feliz cumpleaños, mi amor.–Dije dándole besos en las mejillas.–Te hice un pastel, pide un deseo.–Le extendí el pastel sonriendo al verla.

Sopló la vela hasta que sólo quedó el hilo de humo.–Se ve rico, ¿ya puedo...

Negué.–Primero a desayunar, luego pastel.–Me hizo un puchero y la cargué hasta la cocina.

Serví el huevo y el tocino para que desayunáramos juntas. Me sentía un poco más tranquila ya que ayer había pasado a pagar un mes de renta con lo que me había dado Lisa y algo de dinero que tenía ahorrado. Todavía debía tres meses pero al menos el cobrador estaba de buenas ayer.

–¿Cuándo vendrá Ji-Hu? Le quiero guardar pastel, está rico, mami.–Me quedé congelada un rato hasta que reaccioné.

–No sé, mi amor, pero...recuerda que debes apurarte porque iremos con Lisa.–Cuando la mencioné su cara se iluminó.