angel [Jenlisa]

Capítulo 11

Jennie's POV

Aquella mañana fue la peor que había tenido en mucho tiempo, me había levantado con bastante energía pero Nana no, sabía que le gustaba mucho dormir pero lo que restó del día la vi muy cansada.

–Mi amor, ¿te duele algo?–Me agaché colocándome a su altura. Estábamos en casa y no saldría hoy pero algo me decía que lo haríamos si la menor no se sentía bien.

–Me duele aquí.–Me señaló su pecho.

–¿Qué sientes?–Pregunté preocupada.

–Que no puedo respirar.–Aquello fue suficiente para llamar a Lisa. No tenía a quién más recurrir y estaba muy preocupada por Nana.

–Te llevaré al doctor, ¿si?–La niña me miró con los ojos abiertos, no le gustaba para nada ir al médico, habíamos tenido malas experiencias.–Escucha.–Dije cargándola y poniéndola en la mesa.–No puedo dejar que te sientas así más tiempo, no te llevaré con el doctor de aquella vez, te lo prometo. Necesito saber que estás bien para que nada malo pueda pasarte, ¿entiendes eso?

Ella asintió. Tenía la mirada perdida y estaba bastante cansada.

–¿Dormiste anoche?–Pregunté mientras le marcaba a Lisa.

–No...no podía respirar mucho.–Tomé su mano entre la mía hasta que contestaron mi llamada.

–Hola, Jennie, ¿qué pasa?, ¿todo bien?

–Hola, perdón por molestarte tan temprano pero Nana no se siente muy bien y le duele el pecho, tampoco podía respirar bien anoche y no sabía a quién más llamar.

–Voy enseguida.–Dijo y colgó de pronto. Me sentí un poco más aliviada. Tendría que sacar los ahorros que tenía para pagar el médico y los medicamentos para Nana en caso de que los mandaran, no importaba cuánto fuera o cómo conseguiría el dinero pero ella siempre estaba primero.

–Vendrá Lisa por nosotras y te llevaremos al doctor.–Toqué su rostro y no tenía fiebre, pero el hecho de que no pudiera respirar libremente me preocupaba.–¿Quieres que te haga un sándwich o prefieres comer panqueques?

–No tengo hambre...–La abracé, era temprano todavía y no me preocupaba tanto que no comiera, después del doctor desayunaríamos.

–Está bien, cielo.–Me sentía impotente pero debía mantener la calma. Era la primera vez que Nana se enfermaba en mucho tiempo y verla así me hacía sentir triste.

Desayuné y arreglé a Nana para ir al médico. Hacía mucho frío por lo que la arropé y tomé una manta para salir de la casa. Lisa debía estar cerca, tomé los ahorros que tenía bajo el colchón cuando escuché que tocaron la puerta. Debía ser ella.

Mi expresión cambió enseguida cuando me encontré con el cobrador de la renta. ''No ahora por favor''–Susurré para mis adentros.

–Buenos días, señorita Kim. Vengo por la renta y le recuerdo que ya no puedo permitirle retrasarse ni un día más.

–Por favor, deme más tiempo, mi hija está enferma y necesito llevarla al médico.–Le supliqué al hombre quien sólo negaba.

–Si no puede mantener a su hija para que la tuvo.–Dijo pero ignoré la ofensa por completo, sólo quería que me permitiera quedarme más tiempo.

–¿Qué sucede?–Lisa miró al hombre molesta.

–Lisa.–Nana se asomó por detrás de mis piernas.

–Nana, no salgas, hace frío afuera.–Dije y ella retrocedió.

–Si no paga la renta que debe tendrá que salir de la casa en este instante.–Dijo pero no podía permitirme gastarme todo sin llevar a mi hija al doctor.