angel [Jenlisa]

Capítulo 9

Lisa's POV

–¿Qué sucede?–La cara de Rosé parecía perdida y sin expresiones.–Hey...

–Perdón, me siento extraña, no había salido en mucho tiempo y los nervios me estaban matando.–La miré con compasión. Me dolía saber que se sentía así.

–Con el tiempo estarás mejor, lo prometo, pero esto es paso por paso.–Dije con sinceridad.–¿Volvemos?–Ella asintió y entré con Rosé a la mesa, miré a Jennie quien estaba frente al mural con Nana en brazos.

–Mira este.–La niña apuntó con el dedo el pez koi que estaba pintado.

–Lisa los hizo todos.–Soltó Rosé al llegar.

–Son preciosos...–Decía Jennie mirando los detalles de la pintura. Los dibujos no tenían color y se basaban en blanco y negro pero las pinceladas y detalles eran más que suficientes.

Me senté en la mesa con Rosé a mi lado, así Jennie podría estar pendiente de Nana.–Ricardo, ¿nos puedes traer la carta por favor?–Pidió Rosé.

–¿Y cuántos años estás cumpliendo, Jennie?–Preguntó Rosé.

–Veinticuatro.–Respondió entrelazando sus manos.–Lisa me contó que tus padres viajan mucho.

–Si, la última vez que supe de ellos estaban en Bolivia, estarán un tiempo en Latinoamérica antes de volver.–Rosé le dio gracias a Ricardo por traer las cartas y pedimos nuestros platillos mientras platicabamos.

–Oh, eres casada...–Soltó Jennie que miraba la mano de mi amiga. Todavía traía el anillo que le había dado Irene. Miré a Rosé esperando su respuesta pero no llegó, así que intervine.

–Eh, Jennie. Estaba pensando la otra vez en qué puedo ir a buscar a Nana cuando entre a la escuela.–Solté rápidamente.–Así buscas trabajo cerca con más calma.

Jennie lo analizó unos segundos.–Lisa, también tienes trabajo y no puedo darte una responsabilidad que no te corresponde, no quiero que...

–Lo digo en serio.–Sonreí mirando a la más pequeña.–Pintar requiere tiempo pero puedo tomarme espacios.–Dije.

–Mami, a mi no me molesta que Lisa pase por mi.–Dijo Nana.

–Bueno, ¿ahora prefieres a Lisa antes que a mí?–Dijo Jennie haciéndole un puchero.

–Noooo.–Soltó.–Pero me gusta estar con Lisa también.–Le guiñé el ojo y trató de hacer lo mismo pero sus dos ojos se cerraron haciendo que riéramos.

–Está bien, pero sólo hasta que encuentre trabajo, ¿vale?

–Si, inclusive puedo ir por ti.–Dije sonriéndole a Jennie que sólo me dio una pequeña sonrisa. Miré a Rosé y soltó una risa que apagué cuando la golpeé por debajo de la mesa.

–Gracias, Lisa, pero no te preocupes, de eso puedo encargarme.–Los platillos llegaron poco después. Habíamos pedido barbacoa coreana con postres que vendrían después. Miré a Jennie que ayudaba a comer a Nana, seguido del primer bocado ambas se miraron e hicieron un pequeño baile.

–¿Qué fue eso?–Pregunté.

–Comer nos pone de buen humor.–Dijo Jennie sonriendo. Tenían pequeños rituales entre ellas.

–¿Y tus padres no te ayudan con Nana cuando no tienes quien la cuide?–Preguntó Rosé. Recordé que no habíamos hablado de sus padres nunca.

–No hablo con ellos desde hace mucho.–Tomé un sorbo de jugo mientras la miraba, me di cuenta de que hablar de ello la ponía triste.–Pero mi padre es soldado retirado y mi mamá debe estar en su trabajo como periodista.