•DOLORES CONSTANTES•

426 30 10
                                    

Cuando terminé mis clases del día, de inmediato fui a mi habitación, una vez recostada en mi cama, tomé un bolígrafo y lo hechicé, le mandé un mensaje a Stefan y esperé a que me contestara.

¿Me dirás lo que ocurre con Elena?

Bueno, ya sabes la historia, ella se parece a Katherine.

No es por ser pesimista, Stef, pero creo que la historia se volverá a repetir.

¿Lo dices por tus poderes?

No, solo que sé que Damon también la quiere, ten mucho cuidado, si sales lastimado por culpa de Elena, la mataré.

No la matarás, cambiando de tema, descubrí cómo poner la verbena en Damon sin que él se de cuenta.

Uy, cuéntame.

La pondré en su bebida alcohólica preferida.

No crees que Damon es tan estúpido como para caer en eso, ¿o si?

Me arriesgaré, mañana hay una fiesta, ¿por qué no vienes?

No lo creo Stefan, ya arruiné una noche con tu chica, además tengo clases.

Te entiendo, no te preocupes.

Avísame cuando tengan a Damon, quiero saber lo que pasó en la noche que me convirtió.

Él me escribió un "sí" y después de eso ya no volvimos a hablar, por suerte los bolígrafos tenían una tinta que desaparece después de que el receptor lo leyera, así que no tendría que limpiarme todo el brazo.

Estaba aburrida y no podía dormir, así que me puse a practicar mi lado metamorfomago.
La verdad era que no sabía muy bien cómo funcionaba, pero había leído algo sobre esto, empecé a imaginarme a Draco, sus labios, sus ojos de color gris, su cabello platinado, su cuerpo delgado, su altura, sus manos, cuando abrí los ojos, me miré en el espejo y veía al mismísimo Draco en este, es más fácil de lo que pensé, tal vez con personas que no conozca sea más complicado.
En fin, después de practicar un poco más, caí en mi cama rendida para ahora sí descansar un poco.

•••

El siguiente día fue prácticamente "normal", cada clase que tenía me sentaba junto a Draco, la verdad era que su sola presencia me reconfortaba, era la primera vez que me enamoraba de alguien, con Cedric fue diferente, empecé una relación con él cuando yo no sentía nada y poco a poco lo empecé a querer, pero nunca a amar.

La situación con Umbridge cada vez iba empeorando, por suerte a nadie más había mandado al "castigo" que más bien era tortura.

Desde el año pasado había tomado algunas clases extra con Snape, me había ayudado a aprender algunas pociones y me daba uno que otro tip para facilitar la elaboración de estas, así que en mis ratos libres iba a la sala de artefactos a empezar o terminar algunas pociones que después le daba a Snape, le ayudaba a tener reservas de pociones, y alguna que otra vez para pintar, me despejaba la mente.

La última clase que tenía era historia de la magia por lo cual la mayoría de los que se encontraban a mi alrededor estaban casi dormidos y Draco no desaprovechó la oportunidad, él tomaba mi mano y la entrelazaba con la suya, cualquiera que nos viera podría decir que somos novios, y tal vez lo éramos, pero no "oficiales".

Secretos del pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora