Capítulo 8

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POV SHUHUA

A veces odiaba que Yuqi fuera tan deportista, porque llevaba diez minutos corriendo como si mi vida dependiera de ello y no había conseguido alcanzarla. Sabía que se dirigía hacia nuestra habitación, pero me era imposible seguirle el paso y llegar a la vez que ella. Así que, después de perder el aire varias veces y gritarle para intentar que se parara sin hacerme caso, llegué a la puerta del dormitorio.

Recuperé como pude el aire y abrí la puerta, que había quedado entornada ya que, supuse que, de las prisas que llevaba, se le había olvidado cerrarla del todo. Una vez dentro de la habitación, me encontré con mi mejor amiga tumbada en su cama, pegándole golpes a la almohada. Yuqi, igual que no levantaba muchas veces su tono de voz cuando se enfadaba, tampoco era una persona agresiva, por lo que me sorprendió que respondiera de esa manera a la situación.

- Yuqi, estate quieta. – le dije, quitándole la almohada de su alcance.

Al ver que ahora se ponía a golpear el colchón, simplemente la sujeté y la abracé. Después de unos segundos en los que seguía tensa, se acabó relajando y correspondió mi abrazo. En ese momento, dejó escapar todas las lágrimas que había estado reteniendo. Yo la dejé que se liberara todo lo que necesitara, sin importar que la máscara de sus pestañas me estuviera manchando la blusa que llevaba puesta.

Siguió llorando un par de minutos más, hasta que noté que su respiración recuperaba el ritmo normal. Empezó a apartarse y me miró. Nunca la había visto así de indefensa, nunca. Ni siquiera cuando Dahyun la dejó. Por mucho que dijera que lo había pasado muy mal, no se comparaba a cómo se encontraba ahora. Le retiré las lágrimas que quedaban en su rosto y le pregunté.

- ¿Mejor?

- Sí, supongo. – contestó, secándose las lágrimas. – Menudo cuadro debo haber dejado en tu blusa, ¿no? – me preguntó, intentando utilizar un tono un poco burlón.

- No te preocupes. - le respondí, sonriéndole. – Esto se lava. Lo importante eres tú. ¿Quieres hablar? – Yuqi dudó unos instantes antes de hablar. Estaba segura de que ni ella sabía muy bien qué podía decirme. Tenía la cabeza hecha un lío. La entendía.

- La verdad es que no Shu. Te lo agradezco pero... - antes de que continuara, la corté yo.

- Para, que te embalas. Lo entiendo. – le retiré las últimas lágrimas que habían caído de sus ojos y la miré con ternura. – Cuando estés lista, sabes dónde estoy.

- Lo sé y te lo agradezco. - la volví a abrazar para transmitirle todo el ánimo posible, cuando tocaron a la puerta. La miré y ella asintió. Ambas sabíamos de quién se trataba.

Me levanté para abrir la puerta y, efectivamente, una rubia se encontraba detrás de esta.

- Yo mejor me voy a dar una vuelta. – agarré mi chaqueta y me dispuse a salir de la habitación. Pero, antes, me acerqué a Soyeon. – Más te vale arreglar las cosas. – le dije susurrando para, a continuación, dejarlas a ambas solas.



POV YUQI

La verdad es que tenía pocas ganas de hablar con Soyeon, pero nos debíamos hablar seriamente desde hacía tiempo. Aunque no tenía ni idea de qué podía salir de esa conversación. Podía ir todo muy bien o todo muy mal. Y las dos cosas me preocupaban en exceso. Apreciaba mucho mi amistad con Soyeon. Por eso nunca habíamos discutido de esa manera y ver peligrar nuestra relación, me hacía temblar de pies a cabeza.

La rubia se sentó a mi lado en la cama. Durante los primeros minutos, ambas nos mantuvimos en silencio. Sabía que Soyeon estaba muy nerviosa, dado que su manía de no parar de mover los pies ya la conocía demasiado bien. El problema era que no sabía la razón por la que se encontraba tan nerviosa. Suponía que tenía algo que ver con lo que me podía estar pasando a mí, pero necesitaba que fuera ella quien lo verbalizara en alto. Y, menos mal que fue ella la primera que habló, porque yo no sabía qué decirle y me estaba empezando a agobiar.

- Siento el tono de voz que he utilizado contigo. – dijo Soyeon, emitiendo un sonido de voz tan bajo que, si hubiera habido algún otro sonido en la habitación, no habría sido capaz de escucharlo. – Se trata de una canción muy personal para mí y sabes que soy muy posesiva con mi trabajo. – la rubia seguía mirando hacia el suelo, mientras yo miraba mis propias manos. - Me daba la sensación de que estabas allí más por compromiso que por gusto y de ahí que te haya tratado tan mal. De verdad, lo siento mucho y te pido perdón.

Por fin alzó la mirada y la dirigió hacia mis ojos. Tenía la impresión de que no me estaba diciendo toda la verdad, pero no podía ser yo quien la presionara a seguir hablando si no se sentía preparada para ello. Así que hice lo que creí mejor y la abracé. Yo suspiré al separarme para volver a mirarla.

- No te preocupes, lo entiendo. – le mostré la mejor sonrisa que pude, aunque por dentro sabía que las cosas no estaban del todo solucionadas.

- ¿Estamos bien? – me preguntó, a lo que yo simplemente asentí, aun no estando del todo convencida. Miró el reloj y volvió a hablar. – Bueno, debo irme. Había quedado con Yeji en un rato. – se levantó para, cuando se encontraba en la puerta, volver a girarse. - ¿Hablamos luego?

- Claro. – le contesté, para luego verla marchar.

Por supuesto que no estábamos bien, y yo lo sabía. No tenía muy claro qué era lo que pasaba por la mente de Soyeon, pero yo no podía seguir ocultándome lo que me pasaba. Me había molestado mucho la discusión, tanto como si hubiera sido una pelea de pareja.

Amaba a Shuhua pero odiaba tener que darle la razón. Muchas veces me lo había dicho de broma y yo lo había negado en rotundo. Pero, después de ver lo que me había afectado esta pelea y lo mal que me había sentido este tiempo en el que habíamos estado distanciadas, no me quedaba más remedio que admitir y aceptar la realidad: me gustaba Soyeon.

Me levanté de mi cama, cogí mi teléfono y salí de la habitación. Recorrí los pasillos de la residencia, haciendo un camino más que conocido para mí y me paré en un marco un par de pisos por encima de la mía. Toqué a la puerta y esperé a que me respondieran. Una Ryujin en pijama me abrió, con cara extrañada, ya que debía haber caído en que mi cara no debía ser la más agradable del universo después de haber estado llorando.

- Necesitamos hablar. – la chica me dejó pasar y me senté en su cama, sabiendo que sería la última vez que lo haría, así que decidí no dar muchas vueltas al asunto. – Tenemos que terminar esto que tenemos.

Me espera una larga explicación - me dije, antes de continuar mi necesaria conversación con Ryujin.

¿Y si fuera ella? - SOOSHUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora