Capítulo 1

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POV SHUHUA

- Shuhua, tienes que salir de la cama. - dijo Yuqi, intentándo, una vez más, que hiciera algo productivo con mi vida. - No puedes seguir así.

Yo, simplemente, decidí no contestar. Habían pasado ya dos semanas desde que Miyeon y yo lo dejamos. O mejor dicho, cuando Miyeon me dejó a mí. Afortunadamente para mi vida estudiantil, ella había decidido romper conmigo justo al inicio de las vacaciones entre semestres. Jamás sabré si lo hizo a posta o no. En esas dos semanas, el quedarme en la cama agotando tiempo de mi existencia no había sido un gran problema. Sin embargo, ese mismo día comenzaban de nuevo las clases en la academia y Yuqi, como buena mejor amiga que ha sido desde que nos conocimos, intentaba sacarme de la cama para empezar nuestra rutina académica. Pero yo no tenía ni fuerzas ni ánimos para abandonar las sábanas que habían sido mi paño de lágrimas este tiempo. Junto a la ropa de Yuqi, por supuesto.

- Mira Shuhua - dijo Yuqi, sentándose a mi lado, intentando por última vez que le hiciera caso. - Sé que esto está siendo difícil para ti. Sé que no es nada agradable que te rompan en el corazón, y más siendo la primera vez que lo hacen, pero debes aprender a vivir con ello.

- Pero es que... - intenté replicar, pero ella continuó hablando.

- Yo también he estado ahí. Sé lo que significa que la primera chica con la que sales decida que lo vuestro se ha acabado. Yo, cuando Dahyun se enamoró de Sana, me volví un alma en pena. Te recuerdo que también estuve sin salir de la cama una semana. Pero tú hiciste todo lo que pudiste para animarme y sacarme del pozo en el que me había metido. - Sabía que ella tenía toda la razón del mundo, así que dejé que continuara. - Debes darle tiempo al tiempo, Shu. Pero, para que tu corazón sane, tienes que dejar de llorar por alguien que no va a volver. - Yuqi se levantó de mi lado y tiró de golpe de las mantas sobre mi cuerpo, haciendo que me removiera incómoda. - Así que levanta tu culo de la cama, dúchate, porque hueles a humanidad; y desayunemos porque ¡nos espera un gran día! – gritó, para luego buscar algo en su armario.

Gruñendo y con pocas ganas, salí de la cama y me acerqué al espejo. Yuqi tenía razón: necesitaba una ducha urgentemente. Haciéndole caso, en media hora estaba como nueva, al menos exteriormente, y nos encontrábamos en la cafetería de la academia. Miré alrededor para encontrarme con gente muy diferente que habíamos acudido al conservatorio de artes escénicas y artísticas más grande del país con el objetivo de conseguir nuestros sueños. En mi caso, quería ser actriz, mientras que Yuqi había decidido especializarse en baile.

Ambas nos conocíamos desde infantil, cuando, por circunstancias bastante sorprendentes, habíamos acabado las dos en aquel país. Nos hicimos inseparables desde el primer momento, principalmente porque nos entendíamos en nuestra lengua materna y porque éramos totalmente opuestas: yo era un terremoto andante mientras que Yuqi estaba loca, pero con los pies en la tierra.

- Y bien, ¿estás emocionada por el nuevo semestre? - preguntó mi amiga, mientras se terminaba su querido bubble tea.

- Hasta hace una hora te habría contestado que no. Pero, a pesar de que me cueste, tengo que reconocer que este semestre me emocionaba mucho, sobre todo porque voy a tener asignaturas de danza, y ya sabes lo que me gusta bailar. - dije, antes de tomarme el último sorbo de mi café helado. Seguía deprimida, pero debía seguir los consejos de Yuqi y animarme por el semestre que comenzaba.

- Bueeeeeeeeno. - habló Yuqi, levantándose de la silla y recogiendo sus cosas. - Veo que, por lo menos, vas a intentar estar mejor. Me alegro, de verdad. Y, ahora, mueve el culo que llegaremos tarde a clase.

A pesar de las prisas y la insistencia de Yuqi, como siempre me pasaba, llegué un par de minutos tarde a clase. Y, siendo la primera del semestre, evidentemente, di un poco la nota.

- ¿Puedo pasar? - pregunté aún tras la puerta, solo introduciendo la cabeza para ver a la profesora. Ella, suspiró.

- Sí, adelante. Pero que no se vuelva a repetir, señorita.... - dejó la frase en el aire para que yo contestara.

- Yeh. Yeh Shuhua, profesora.

- Señorita Yeh, pase pero que sea la última vez que llega tarde a mi clase. Siéntese. - asentí, mientras ella volvía la vista al resto de la clase. El único pupitre libre era al principio de la clase. Pero quedé paralizada cuando la vi.

- Señorita Yeh. - volvió a hablar la profesora, antes de que pudiera reaccionar. - ¿Le importaría ocupar un asiento antes de que pierda la poca paciencia que me queda y la saqué fuera del aula?

- Lo siento, profesora. - hice una reverencia a modo de disculpa y me senté en el sitio libre.

- Bueno, como iba comentando... - la mujer continuó hablando, pero yo no podía escuchar nada, porque la chica al lado mío me tocó el brazo. Yo giré el cuerpo para poder verla mejor.

Si la primera impresión que me había dado era que estaba viendo a una estrella, más de cerca lo parecía aún más. Tenía el cabello liso y negro, con flequillo, los ojos grandes con un lunar bajo su ojo izquierdo, las mejillas muy redonditas y los labios más hermosos que había visto jamás. Y, de lo embobada que me había quedado en ellos, solo cuando se movieron, fui consciente de que se estaba dirigiendo a mí.

- Soy Seo Soojin. Encantada de conocerte Yeh Shuhua. - me extendió su mano y correspondí cordialmente al saludo.

Si pretendía concentrarme en clase, con aquella belleza al lado fue completamente imposible. Es que me parecía una diosa bajada a la tierra para iluminarla para los humildes mortales como yo. No podía ser legal ser tan hermosa.

Mirándola discretamente por el rabillo del ojo, pasó la hora de clase y ella se levantó del pupitre. Yo seguí sus pasos, un poco tarde dado que no había reaccionado a tiempo. Pero, antes de que pudiera salir del aula, se dio la vuelta y sonrió.

- Espero que podamos vernos en otro momento para charlar. Si vas a ser mi compañera de sitio todo el semestre, tendremos que conocernos, ¿no?

Yo asentí tímidamente, sabiendo que mis mejillas estaban ardiendo. Escandalosamente. Ella volvió a sonreír y salió de la clase.

Mientras la veía alejarse por el pasillo, pensaba en Miyeon. Seguía estando enamorada de ella, de eso no había duda, y era tremendamente consciente de que eso no iba a cambiar por un tiempo. Pero, también tenía que ser honesta. Soojin me había llamado la atención y, si iba a hacer caso a Yuqi e intentar recomponer mi corazón, puede que conocer a otra gente no fuera mala idea.

Pero estos pensamientos se vieron interrumpidos cuando, por la esquina del pasillo, vi aparecer a mi ex. Se la veía feliz, como la primera vez que la vi por unos pasillos parecidos. Justo estaba pensando en ella y aparece, pensé. Pero mis pensamientos no pudieron continuar ya que, unos metros después, se abrazaba con Soojin para luego darle un beso en los labios.

Pues sí que tienes suerte, amiga. - me dije internamente para dar media vuelta y dirigirme a mí próxima clase.

¿Y si fuera ella? - SOOSHUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora