Capítulo 9

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POV SHUHUA

Después de dejar a Yuqi y Soyeon hablando en la habitación, no sabiendo el tiempo que tardarían en decirse aquello que se habían estado guardando tanto tiempo, o al menos eso esperaba, decidí dar una vuelta por la academia.

Sin ningún punto fijo, acabé en la otra punta del campus, cerca de las aulas. Todo estaba bastante tranquilo, hasta que empecé a escuchar un llanto desde dentro de una de las clases. Me fijé que una de las salas se encontraba con las luces encendidas y me dispuse a entrar. En una de las esquinas, vi un cuerpo encogido en sí mismo, llorando desconsoladamente. A pesar de que no sabía quién era, decidí acercarme a ella. Cuando estaba a una distancia prudencial, decidí hablarle.

- ¿Estás bien? – pregunté. La chica levantó la mirada y me encontré con los bellos pero rojos ojos de Soojin.

Antes de decir algo más, me senté junto a ella y la acogí en mis brazos. Rápidamente, la morena se abrazó a mi cuerpo sin dejar de llorar. El día de la fiesta la había visto abriéndose a mí cuando me habló de la discusión que había tenido con Miyeon pero jamás la había visto tan vulnerable como en ese momento. La verdad, es que no sabía qué más hacer que estar a su lado y esperar a que se tranquilizara. ¿Cómo alguien que desprendía tanta fuerza y seguridad al bailar podía sentirse tan vulnerable en ese momento?

Un par de minutos después, a pesar de que no dejaba de respirar con dificultad, se apartó lentamente de mí, pero sin alejarse demasiado de mi cuerpo. Podía ver su maquillaje deshecho pero, incluso en circunstancias como esas, seguía siendo muy hermosa.

No debería estar pensando en ello en ese preciso instante, pero es que no podía evitar apartar mis ojos de ella. En aquel momento se sentía tan pequeña que quería protegerla con todo lo que tenía. Quería estar a su lado para lo que necesitara y apoyarla para enfrentar aquello que le había provocado tal malestar.

Mientras le retiraba las lágrimas de su rostro, la intentaba tranquilizar con la mano que había dejado en su espalda. Parecía que estaba dando sus resultados dado que, al poco tiempo de haber empezado a hacer aquel gesto, lo su respiración comenzó a volver a un ritmo normal y las lágrimas empezaron a menguar de sus ojos. Aún tardó un par de minutos en tranquilizarse, pero yo no dejé de mirarla en todo momento.

- Lamento que me hayas encontrado en esta situación. – dijo con un hilo de voz. Yo sonreí, sintiendo una ternura extrema por ella. La abracé aún más fuerte.

- Nadie debería pedir perdón por expresar sus emociones. Todos nos rompemos de vez en cuando y necesitamos a alguien que esté ahí para nosotros.

Ella me sonrió y se sentó mejor en el suelo, sin estar tan encima de mí. Aunque hubieran sido un par de centímetros, sentía que estaba demasiado lejos de mí, por lo que no aparté en ningún momento mi mano de su espalda.

- Supongo que te preguntarás qué está pasando. – me dijo, retirándose la última lágrima que quedaba en su cara.

- No voy a preguntar. Si te sientes lo suficientemente bien como para contarlo, entonces estaré ahí para escucharlo, pero no te pienso presionar. – hablé con el tono de voz más tranquilizador que pude. Volvió a sonreír, pero esta vez podía detectar cierta ternura en sus ojos. Sabía que había acertado con las palabras y ella sitió la confianza que le transmití, pues me empezó a contar la situación.

- He vuelto a discutir con Miyeon. ¡Qué novedad!, ¿verdad? – dijo, evidentemente de manera irónica. – Esta situación me empieza a superar. Primero me monta una escena de celos contigo después de la última vez que salimos juntas y, ahora, me dice que quiere que tengamos una relación abierta. De verdad, es que no entiendo lo que le pasa a esta chica por la cabeza.

- Entiendo demasiado lo que quieres decir. – dejé de mirarla por un momento para dirigir mis ojos hacia el suelo, pero jamás sin dejar de acariciar su espalda. Me estaba mordiendo la lengua para no decirle lo que estaba pensando, pero sabía que me acabaría haciendo hablar.

- Shuhua, sé que no debería meterme en lo que no me llaman y preguntar por la relación de los demás. – suspiró antes de continuar, sabía dónde quería llegar a parar. – Pero, en este momento, necesito que me seas sincera me cuentes lo que no quieres decirme, si va a ayudarme a mi relación con Miyeon.

Me debatía internamente entre contarle o no la verdad. Sabía que esto solo la perjudicaría porque, tras mi ruptura con Miyeon y cada vez que lo pensaba, me daba cuenta de todo lo mal que había estado pasando en nuestra relación. Yuqi me había querido hacer ver ciertas cosas en su momento, pero yo me encontraba tan cegada de amor por la castaña que no quería reconocer las cosas que estaban mal. Con un poco de perspectiva, las cosas se veían diferentes y, el amor alguna vez le tuve, poco a poco no era más que un recuerdo de una vida pasada. A pesar de que no quería que esto la rompiera más, Soojin era mi amiga y no le debía nada a mi ex. Merecía saber la verdad.

- Al principio de la relación era todo muy bonito. Era muy atenta e increíblemente cariñosa. Todo le parecía demasiado sospechoso a Yuqi, quien me lo decía en muchas ocasiones pero, viniendo de mi primera relación y sin experiencia en el amor, yo pensaba que era lo más normal. Pero los problemas empezaron cuando Miyeon me pidió que fuera su novia. Justo después de eso, no sé si es que se arrepintió de su decisión, si pensaba que íbamos demasiado rápido pero me pidió que tuviéramos una relación abierta. Yo acepté, porque quería verla feliz pero no sabía que, precisamente eso, era lo que acabaría rompiendo nuestra relación. Dejó de ser atenta, dejó de ser agradable y cada vez pasaba menos tiempo conmigo. Yuqi me dijo que esto no era normal y que debía acabar la relación abierta, pero yo no podía enfrentarme a Miyeon. Al final, ella acabó rompiendo conmigo porque había conocido a alguien y lo demás ya lo sabes.

Volví a mi rostro hacia ella y su mirada había pasado de tristeza a un sentimiento que no sabía distinguir. No sabía si preocuparme o no con la situación.

- Gracias por contarme la verdad, Shu, te lo agradezco mucho.

Volvió a abrazarme y nos quedamos así por un tiempo. Suponía que estaba pensando bien las cosas, así que no dejé de abrazar su cuerpo y empecé a hacer caricias en su cabello con mi otra mano. Nos encontrábamos en un silencio tranquilo, pero a la vez frágil. Creo que ambas temíamos hablar y romper la magia del momento. Sin embargo, alguien más se encargó de hacerlo.

Esto no puede salir bien, me dije cuando vi a Miyeon entrando en el aula y mirándonos con cara de pocos amigos.

¿Y si fuera ella? - SOOSHUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora