Capítulo 11

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POV SHUHUA

Esto me estaba matando. Llevaba ya una semana sin hablar con Soojin y se me hacía cada vez más difícil darle largas. Había probado mil y una excusas para no tener que hablar con ella o estar siquiera cerca. Incluso había empezado a hablar más con gente de mi clase, de lo que Yuqi estaría orgullosa, por cierto.

A pesar de que no hablaba con Soojin, sabía que estaba molesta con la situación. Se notaba en cada cara que ponía cuando yo le decía que tenía que ir a estudiar o no le seguía la conversación cuando me hablaba. Sabía que la situación no se iba a aguantar mucho tiempo más.

Y es que, aunque hubiera intentado alejarme de ella, era imposible sacarla de mi mente. Si antes pensaba que tenía un ligero crush, este había pasado a ser un pequeño enamoramiento. Me gustaba demasiado y no tenía sentido obviar lo innevitable porque la morena ocupaba mis pensamientos noche y día, lo que hacía más difícil estar alejada de ella.

El gran problema era que le tenía miedo a que las amenazas de Miyeon se llevaran a cabo. Tenía demasiado pavor a que, si Soojin llegara a enterarse de que me gustaba, se alejara por completo de mí. Y, en esos momentos, era el mayor temor que pasaba por mi mente.

Aquel día, en clase de historia de la danza, en vez de sentarme a su lado en primera fila y, como había hecho la clase anterior desde la conversación con Miyeon, había elegido un sitio en la última fila de la clase, lo más alejada posible de su mirada. Pero eso no evitó que me viera y que, antes de que pudiera salir del aula, se pusiera delante de mía y evitara que huyera de ella.

- Shuhua, tenemos que hablar. – me dijo, con un tono serio que había descubierto aquella semana.

- Soojin, ahora no puedo. Tengo mucho trabajo que hacer de la clase de actuación y... - me paró antes de que le volviera a montar una excusa más.

- No, ya está bien de seguir huyendo. Llevamos una semana sin hablar como personas civilizadas y te he dejado suficiente tiempo para que aclares tus ideas y me digas qué está pasando.

- Lo siento, pero no sé de qué... - una vez más, volvió a interrumpirme.

- Y no me digas que no es nada porque esto viene desde que hablaste con Miyeon, así que ya es hora de que me cuentes qué pasó aquel día.

Me había pillado bastante de pleno. Por primera vez desde que habíamos empezado la conversación, decidí mirarla a los ojos. Me gustaría perderme en ellos toda la eternidad y no tener que afrontar la situación, pero no me quedaba otra que hablar.

- Está bien. El día que discutiste con Miyeon, ella me dijo que me alejara de ti. No me dio razones. Simplemente me dijo que no me acercara nunca más a ti. Eso es todo. – su mirada había pasado de una de enfado a una de ¿dolor? No podía distinguirla bien. Evidentemente, había omitido un pequeño detalle, pero no podía decíserlo.

- No me lo puedo creer. – suspiró bajando la cabeza, como pensando las palabras que iba a decir a continuación y volvió a mírame. – Escúchame con atención. Nadie, bajo ninguna circunstancia te puede decir con quién debes juntarte o no. Así que olvida lo que te dijo Miyeon. Somos amigas y nadie va a romper eso, ¿entendido?

Yo asentí y me rendí a mi impulso de abrazarla. Había extrañado demasiado aquello. Después de unos segundos, Soojin se separó y me dijo que hablaríamos más tarde. Retuve el impulso de querer saber qué estaba pasando por su mente. Quería entender qué iba a hacer con la información que ahora tenía en sus manos. Deseaba saber qué iba a pasar, pero, siempre recordaría aquel momento con el instante en el que, nuestra relación, cambió para siempre. Ella dio media vuelta y salió del aula, mientras yo me dirigí a mi siguiente asignatura.

Después de clases, me encontraba tranquilamente haciendo el último proyecto para clase de la profesora Park, cuando una muy agitada Yuqi entró de golpe en la habitación, perturbando mi tiempo de estudio. Sin dirigirme la palabra, se encerró en el cuarto de baño. Aún en estado de shock ante su acción, me acerqué a la puerta y golpeé.

- ¿Yuqi? ¿Estás bien? – pregunté, pero la única respuesta que encontré fueron unos sollozos.

A pesar de que nunca nos entrometíamos cuando la otra no quería hablar de un tema, no podía dejar a mi amiga llorando en el baño, así que abrí la puerta y me abalancé sobre ella para abrazarla.

Estuvimos durante un tiempo relativamente largo abrazadas en el suelo frío del baño. Los únicos sonidos que salían de la boca de Yuqi, mezclados con sus sollozos, era un intento de decir repetidamente la frase "la he cagado", una y otra vez.

Yo intentaba tranquilizarla, pero nada que le decía conseguía hacerlo, así que la levanté del suelo y la llevé hasta su cama. Me tumbé en ella y dejé que se acomodara encima de mí como hizo ella cuando llegué a la habitación el día que Miyeon rompió conmigo. Después de bastante rato llorando, la respiración de Yuqi se tranquilizó un poco pero no se apartó de mí.

- Shuhua, la he cagado. La he cagado muchísimo. – dijo mi mejor amiga, sin despegar su rostro de mi cuerpo, sin querer siquiera mirarme.

- Yuqi, tenemos un pacto no escrito y me gustaría seguir respetándolo. Sé que no puedo sacarte lo que esté en tu mente pero ya es la segunda vez en poco tiempo que te veo derrotada de esta manera. No puedes seguir llorando así. Sé que tiene que ver con Soyeon, porque la última vez fue lo mismo, pero necesito que seas clara y me digas qué es lo que está pasando para poder ayudarte.

- Shuhua, no lo entenderías. – intentó replicar.

- Yuqi, voy a entender sea lo que sea lo que haya pasado. Siempre voy a estar aquí para ti, por mucho que hayas metido la pata hasta el fondo, nuestra amistad es mucho más fuerte para que no seas capaz de decirme porque Soyeon es la causante, por segunda vez, que derrames en lágrimas toda el agua de tu cuerpo. – bajé la cabeza y le hice que me mirara. - Creo que es hora de que me digas la verdad y podamos solucionar, juntas, sea lo que sea lo que haya pasado.

- Decirlo en voz alta lo haría verdad y necesito que no lo sea. No puedo enfrentarme a ello después de lo que ha pasado.

- Yuqi, por favor, es la última vez que te lo pregunto y te prometo que, si no me contestas, no volveré a insistir, pero no te podré ayudar a solucionarlo. ¿Qué ha pasado? – tras unos segundos de pausa, por fin, habló.

- Soyeon y yo nos hemos besado.

Esto era inevitable que pasara - me dije y me dispuse a escuchar lo que tuviera que contarme.

¿Y si fuera ella? - SOOSHUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora