ADVERTENCIA: ESTE CAPÍTULO CONTIENE CONTENIDO EXPLÍCITO
POV YUQI
Después de la conversación con Shuhua y dadas las muchas dudas que me rondaban por la cabeza, decidí que no podía jugar a ambos lados y que lo mejor era sincerarme con las dos antes de cometer alguna tontería. Así que, al día siguiente y tras repetir frente al espejo varias veces lo que había pensado, me dirigí hacia la habitación de Minnie. La morena tenía una habitación para ella sola, dado que se lo podía permitir, por lo que nadie nos molestaría en esta conversación que no me agradaba un pelo tener.
Una vez frente a su dormitorio, una alegre Minnie me abrió la puerta. Quería sonreírle de vuelta pero, sabiendo lo que iba a pasar, no podía hacerlo y eso llevaba a que el dolor en mi pecho solo se acrecentara más. La chica me dejó pasar, sabiendo que algo andaba por mi mente y no dudó en preguntarlo.
- ¿Qué pasa, Yuqi? ¿Qué tienes en la cabeza? – me preguntó, cambiando su estado de ánimo y sonando demasiado seria, pero se lo agradecía.
- A ti no te puedo mentir, ¿verdad? – le dije, con cierta tristeza en mis palabras. Esto me estaba doliendo demasiado. No quería hacerlo pero debía.
- No, creo que ya nos hemos conocido lo suficiente como para saber que necesitas contarme algo. Así que soy toda oídos. – que me entendiera de esa manera solo complicaba las cosas. No quería acabar lo que teníamos ni pausarlo, pero ¿qué podía hacer sino?
- Siempre me has sido sincera en todo lo que hemos hablado y yo debo corresponder de la misma manera. Minnie, te dije que Soyeon y yo no teníamos nada y era verdad. Sin embargo, lo que no te conté era que me gustaba y nos besamos. A pesar de ello, ella lo ignoró y me dijo no solo que yo no le gustaba, sino que además estaba saliendo con un chico. Todo cambió el domingo pasando cuando nos vio regresar a mi habitación. Me dijo que yo le gusto, pero volvió a huir. Desde entonces tengo un gran lío metido en la cabeza porque tú de verdad me gustas, pero antes estaba ella y ahora no sé qué hacer.
- Lo entiendo todo, Yuqi. No es difícil olvidarte de alguien que te ha gustado mucho y entiendo que necesites un tiempo para ti y para pensar. Pero también te voy a ser muy clara. Me gustas demasiado y quiero que sepas que quiero algo serio contigo. Ya te lo había dicho, pero te lo vuelvo a repetir. Te voy a esperar si me pides tiempo, pero no puedo hacerlo eternamente. No es justo para mí. – dijo, sin dejar de mirarme nunca a los ojos. Sabía que hablaba muy en serio y que tenía toda la razón del mundo, así que era mi momento de aclararme.
La abracé muy fuerte durante unos minutos y, antes de sepárame, la besé. Era un beso algo amargo, dadas las circunstancias, pero ambas lo necesitábamos. Me despedí de ella, diciéndole que hablaríamos muy pronto y salí de su cuarto. Me apoyé en la puerta para retirar algunas lágrimas que había estado conteniendo y que no quería que Minnie las viera. Esto había sido mucho más duro de lo que me esperaba.
Después de recuperar la compostura, me dirigí a la habitación de Soyeon. Antes de tocar a la puerta, respiré muy profundo y llamé. Soyeon me recibió bastante sorprendida y, ante mi "tenemos que hablar", me dejó pasar al interior. Decidí quedarme lejos de ella, ya que las cosas seguían demasiado tensas entre ambas. Ella intentó hablar, pero no la dejé.
- Soyeon, me has estado mareando demasiado tiempo y no sé si es que no sabes... - iba a seguir, pero me vi interrumpida por ella.
- He firmado un contrato con una compañía para debutar. – eso fue lo único que consiguió callarme, dejándome confundida, por lo que prosiguió. – No puedo tener relaciones con personas del mismo género según este. Pensaba que si ignoraba mis sentimientos por ti, estos se acabarían yendo en algún momento porque mi sueño es debutar, y lo sabes. Pero verte con Minnie fue demasiado para mí. Mis celos pudieron conmigo y... - pero la callé, besándola. Fue corto y me separé para añadir.
- Si quieres que no siga, dímelo. – pero la única respuesta que obtuve fueron sus propios labios.
Lo que empezó como un beso lento, se convirtió rápidamente en una batalla por el control de la situación. Nuestras lenguas no se estaban quietas e intentaban dominar la situación, en la que no había claro vencedor. La ropa empezó a sobrar rápidamente y fue desapareciendo a medida que nos acercábamos a la cama. Yo lancé a Soyeon con cierta fuerza hacia el colchón, a lo que ella me respondió con una media sonrisa traviesa. Me quité las zapatillas antes de saltar sobre ella y no parar de besarla.
En aquel momento, no era consciente si aquello que estaba haciendo era lo correcto o no. Había lanzado por la borda todo lo que había pensado y era probable que me fuera a equivocar. Aun no tenía claro si me gustaba una más que la otra, pero, simplemente, necesitaba hacerlo. Y que, por una vez en mucho tiempo, Soyeon hubiera sido completamente sincera con la situación, había provocado que mis labios no se despegaran de su cuerpo.
Los suspiros que salían de su boca conseguían que me excitara cada vez más y no sabía si sería capaz de controlarme. Bajé hacia sus torso y quité el sujetador, dejando al descubierto sus pequeños pero perfectos pechos. Mis labios recorrieron cada centímetro de ellos y, mientras tanto, mis manos bajaban por su abdomen para retirar la última prenda de ropa que quedaba en su cuerpo.
Pero, antes de proseguir, la miré a los ojos para que me diera permiso para lo que estaba a punto de pasar. Un asentimiento fue suficiente para que empezara a acariciar la cara interna de sus muslos, sin dejar de dar placer a sus pechos con mi boca y la otra mano. Notaba lo mojada que estaba, por lo que no tardé mucho en empezar a estimular sus zonas más sensibles. Los gemidos que emitía eran cada vez más fuertes y sonoros, que conseguían llevarme a mí también al borde del colapso.
Poco tardó Soyeon en llegar al orgasmo, que fue de lo más hermoso que había visto en mucho tiempo. Estaba completamente sudada y despeinada, pero, en aquel momento, era mía y nada lo podía cambiar.
Me sorprendió cuando, a pesar de encontrarse cansada, Soyeon consiguió tumbarme en la cama y comenzó a besarme, mientras quitaba las dos prendas de ropa que había en mi cuerpo. No sabía si había estado alguien con otra mujer, pero sabía lo que estaba haciendo conmigo y eso me gustaba. La excitación que me había provocado el llevar a la rubia hasta el infierno y de vuelta a la tierra, hizo que estuviera demasiado estimulada y preparada, cuando Soyeon introdujo de golpe dos dedos en mí. Parecía que iba a perder el conocimiento en cuestión de minutos, pero me daba igual. Necesitaba que me llevara a ver cada una de las estrellas del cielo. Y así lo hizo, haciendo que por mi cuerpo cientos de descargas eléctricas me dejaran sin aire y que gritara el nombre de la rubia sin ser para nada concierte.
Guau – fue lo último que pensé, antes de caer completamente rendida en los brazos de Soyeon.
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¿Y si fuera ella? - SOOSHU
Fiksi Penggemar#SOOSHU FANFIC/ALTERNATIVE UNIVERSE Shuhua había quedado con el corazón roto tras una relación muy corta pero intensa con Miyeon. Soojin se cruza en su camino de la peor manera que se le podría haber ocurrido. ¿Serán capaces de encontrarse o lo suyo...