¿Y si fuera ella? - SOOSHU

Capítulo 13

POV SHUHUA

Después de que Soojin se durmiera en mi cama y tras desquiciarme contra Yuqi, me dirigí, a pesar de las horas que eran, a la habitación de Miyeon. Golpeé fuertemente repetidas veces la puerta hasta que la castaña me abrió. Esta ya se encontraba en pijama y con cara de pocos amigos, pero me importó más bien poco. Entré sin que ella me diera paso a su habitación y esperé a que cerrara la puerta para empezar a gritarle.

- ¿¡Se puede saber a ti qué narices te pasa por la cabeza!? – me empecé a desquitarme con ella. - ¿¡Primero me dices que me aleje de Soojin, que pierda mi amistad con ella porque es tu novia y ahora resulta que rompes con ella!? ¿¡Pero a ti qué se supone que te pasa!?

- ¿Puedes bajar el tono de voz? – preguntó, pero me daba igual todo en ese momento.

- ¡No me hables de bajar el tono de voz! ¡No te mereces ni eso! – mi rabia contenida durante tanto tiempo salió en ese momento. - ¿¡Se puede saber por qué narices has dejado a Soojin!?

- No tienes derecho a preguntar.... – pero no podía dejar de hablar.

- ¡Tengo todo el derecho del mundo a preguntarte por qué me exiges que me aleje de ella y luego, porque se te ha dado por ahí ese día, decidas romper sin ningún tipo de explicación! – ya no sabía si estaba enfadada con ella por lo que le había hecho a Soojin o por algo más, pero no podía bajar el tono de mi voz.

- No tienes ni idea de nada Shuhua. – dijo, empezando a perder los nervios, aunque me extrañaba que se estuviera controlando tanto.

- ¡Pues empieza a explicar a qué viene tanto cambio de opinión, porque no hay quién te entienda! ¿A qué santo...? - pero fue ella en ese momento quien me interrumpió.

- ¡He roto con ella porque sigo enamorada de ti! – y eso fue lo único que consiguió callarme. Sí que es cierto que me sorprendió, pero hasta allí habíamos llegado. Era el momento para empezar a encarar las cosas que había hecho y dejarle claras las cosas. Pero, en ese momento, decidí que, aunque mi tono debía seguir siendo de enfado, debía dejar de gritar.

- No, Miyeon. Tú no estás enamorada de mí. Nunca lo has estado. Te gustan las mujeres pero nunca has sido capaz de amar a una sola mujer. – ahora que había abierto en cajón de los trapos sucios, era el momento de sacarlos todos. – Tú nunca has estado enamorada de mí porque tu atención jamás ha estado en mí. Cuando empezamos a salir, te gustaba que estuviera detrás de tuyo, que buscara que me hicieras caso. Pero tú nunca dejaste de ver y tratar a otras mujeres de la misma manera que a mí. Estaba tan cegada que pretendía creer que eras solo amable con ellas, pero que te guardabas lo mejor para mí, pero nunca fue así. Yuqi me lo hacía intentar ver, una y otra vez, pero el amor que te tenía era tan fuerte que me era imposible entender que ella tenía razón.

Paré para coger aire y quitar de mi rostro una lágrima rebelde que se me había escapado.

- Acepta que no sabes lo que quieres. No tienes ni idea de nada y vas dejando corazones rotos por el camino. Pero esta vez, no voy a dejarte que le sigas haciendo daño a alguien que me importa. Te lo voy a pedir por una vez y solo una. Deja de hacer daño a Soojin y haz las cosas bien por una vez.

Y, con esas palabras, salí de su habitación para poder volver a mi dormitorio.

POV YUQI

Después de la conversación con Shuhua, me costó un par de días encontrar la valentía suficiente como para ir a hablar con Soyeon, ya que ella ni siquiera se había acercado a Shuhua para decirle aunque fuera un hola. Le di vueltas a la cabeza una y otra vez pensando las mejores palabras para decirle lo que sentía. Pero nada me acababa convenciendo y llegué a la conclusión de que lo mejor sería ir a hablar con ella directamente y decirle lo primero que me viniera a la mente.

Sabía que aquella tarde se encontraba en el estudio. Sabía perfectamente que, cuando necesitaba estar sola, y cuando no también porque parecía que viviera allí, se refugiaba en esas cuatro paredes para pensar. De aquellas paredes, en el poco tiempo que llevábamos en la academia, habían salido muchas y muy buenas canciones, como la que Shuhua había grabado el día de aquella discusión. Era una de las cosas que más me gustaba de ella, la manera que tenía de contar las cosas a través de la música y que me había llevado a ese preciso instante.

- Perdón, no te había.... – dijo alguien que salió del estudio y se chocó conmigo. – Yuqi, ¡hola! ¿Qué tal?

Minnie y yo nos habíamos visto alguna vez desde que nos cruzamos en la cafetería y siempre era muy amable conmigo. Aunque algún que otro comentario que me había hecho sonrojar había salido de sus labios.

- Bien, venía a ver a Soyeon. – le contesté, sonriendo.

- Pues llegas en buen momento, acabamos de terminar el proyecto para la próxima clase.

- Me alegro. – no sabía qué más decir, por lo que agradecí que, en aquel instante, mirara su reloj y fuera ella quién hablara.

- Bueno, me tengo que ir. ¿Nos vemos por ahí? – y me guiñó un ojo para, sin esperar respuesta, irse por el pasillo, dejándome con un ligero rubor en las mejillas.

Aquella vez sí, respiré y abrí la puerta del estudio, para encontrarme a Soyeon a punto de irse.

- Soyeon, ¿podemos hablar? – intenté ser lo más directa posible, dado que no sabía cómo me iba a tratar.

- Lo lamento, Yuqi. – me contestó. – Pero llego tarde a.... – pero la tuve que interrumpir.

- Prometo que no tardaré mucho... - pero ella no quería seguir hablando.

- De verdad que no es buen momento para... - y decidí que era en ese momento o nunca.

- Me gustas. Ya está, ya lo he dicho. – Soyeon, por primera vez desde que había entrado en la habitación, me miró y, sin ninguna expresión en el rostro me dijo.

- Lo siento, pero yo no. – y salió de allí, dejándome de piedra.

¿Cómo?, me pregunté, aún parada en el sitio donde me había dejado la rubia.