Capítulo 10

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POV SHUHUA

- Soojin, ¿podemos hablar? – preguntó Miyeon.

La morena no se había movido de su posición, ni siquiera cuando vio a su novia en la puerta. Sabía que se estaba debatiendo entre lo que debía y lo que quería hacer. No hacía falta ser un genio para saberlo. Sin embargo, Miyeon parecía no darse cuenta y se estaba volviendo impaciente.

- Por favor, Soojin. Te he estado buscando por todo el campus. Necesitamos hablar. – la paciencia se le escapaba en cada palabra que emitía por su boca. Y Soojin lo sabía.

La morena decidió no tentar a la suerte y se separó de mi abrazo. Ambas nos levantamos del suelo pero, antes de avanzar hacia la puerta, Soojin me volvió a abrazar.

- Gracias por escucharme. – me susurró al oído y me dio un beso en la mejilla.

Me habría quedado paralizada de no haber sido porque sentí como la presencia de Soojin a mi lado desaparecía. La seguí con la mirada hasta la puerta, donde se encontró con mi ex novia.

- Soojin, ¿podrías esperar un momento? Debo decirle una cosa a Shuhua. – la morena asintió y salió de la habitación.

Ahora sí estaba paralizada, pero casi que de miedo. No tenía ni idea de por dónde me podía salir Miyeon, pero debía ser madura y enfrentarla.

- Voy a decírtelo sin rodeos, Shuhua: aléjate de mi novia. Y no te lo pienso volver a repetir. – yo no estaba entendiendo nada de lo que estaba pasando. - No quiero volver a veros juntas. Puedo hacerle daño a vuestra amistad si se enterara, y lo sabes. – no tenía ni idea de qué estaba hablando pero, antes de que le pudiera replicar, salió del aula.

Estaba muy enfadada. Tanto que se me ocurrió la brillante estupidez de pegarle un puñetazo a la pared. Yuqi debía haberme pasado la agresividad cuando la tranquilicé un rato atrás. A pesar de que me empezó a salir sangre, poco me importaba. ¿Qué le pasaba por la cabeza a Miyeon para pedirme semejante estupidez? Además, ¿para qué querría alejarme de Soojin? ¿Por qué me habría dicho que se arruinaría nuestra amistad si se enterara? ¿De qué?

Decidí encaminarme de vuelta a la habitación, al menos para limpiarme las heridas. Seguía dándole vueltas a la conversación con Miyeon, pero no conseguía saber qué estaba tratando de decirme. Si Soojin y yo sólo éramos amigas, ¿qué ganaba Miyeon con separarnos?

Y entonces lo entendí. Entendí qué quería decir cuando insinuó que Soojin se podía enterar. Ella nos había visto cercanas. Nos había visto actuando más cercanas de lo que lo harían dos simples amigas. Ella lo sabía, ella me conocía demasiado, aunque nunca lo hubiera dicho. Ella sabía que me gustaba Soojin. En aquel momento me di cuenta de que por mucho que lo intentara reprimir, era imposible. Porque, a pesar de las penosas circunstancias, me gustaba Seo Soojin.



POV YUQI

Después de aquella conversación, una semana atrás, Soyeon y yo hacíamos como que todo había vuelto a la normalidad, pero no era para nada cercano a la cruda realidad. Nos absteníamos de tratar ciertos temas o de hablar más allá de lo estrictamente amistoso o bromista.

A mí me costaba cada día más ocultar lo que pasaba por mi cabeza y mi corazón. Ahora que me había reconocido a mí misma que me gustaba la rubia, no podía evitar ver ciertas cosas de las que antes no me había dado cuenta. Tonterías para otras personas pero que hacían que ella me empezara a gustar cada vez más y más.

No le había contado a Shuhua lo que había pasado en nuestra pequeña conversación y mi mejor amiga había preferido darme mi espacio, lo cual agradecía. Siempre había sido así desde que éramos amigas. Ambas estábamos siempre e incondicionalmente para la otra, pero tenía que ser la otra quién diera el primer paso, nunca podíamos entrometernos de más si la otra no estaba preparada. No lo habíamos firmado en ningún papel, pero el pacto, por llamarlo de alguna manera, estaba muy claro para ambas. Este había funcionado bastante bien hasta entonces, incluso cuando estaba segura de que a Shuhua también le estaba pasando algo bastante importante que no me quería contar. Pero era mejor que ella viniera a contármelo, como yo haría a su debido tiempo.

Esa tarde, me encontraba en la cafetería de la universidad sola. Shuhua tenía proyectos que hacer y no tenía ni idea de dónde estaba Soyeon. Cuando me disponía a salir de allí con mi café, me choqué con alguien que hacía tiempo que no veía.

- ¡Minnie! ¡Hola! ¡Cuánto tiempo! – le dije a la morena.

- Yuqi, ¡hola! Pues además de verdad. ¿Qué tal? – me sonrió y yo no pude evitar sonreírle de vuelta. Debía reconocer que tenía una bonita sonrisa, incluso me atrevería a decir que atractiva.

- Bien, aquí sola, dado que mis amigas me han dejado un poco sola.

- Pues yo me acabo de cruzar con Soyeon. Estaba en uno de los estudios. Venía de allí a por un café y ahora tengo que volver. ¿Quieres que vayamos juntas? – y a esa carita no le podías decir que no.

El camino fue bastante agradable y tenía que reconocer que me había apetecido conocer más en profundidad a Minnie, así que le dije que teníamos que quedar algún día para tomar un café. Se despidió de mí y yo me metí en el estudio en el que sabía que encontraría a Soyeon. La rubia estaba de espaldas a mí, así que decidí asustarla un poco, aunque no salió del todo bien como esperaba.

- ¡Dios, Yuqi! ¡Se me ha parado el corazón! – dijo Soyeon, casi más enfadada que contenta de verme. Yo me encontraba bastante extrañada con su reacción.

- Oye, tranquila, era una broma. No hace falta que te pongas así. – le dije, intentando rebajar la tensión que se había instalado en el ambiente, pero parecía que ella no estaba muy por la labor.

- No Yuqi, no me puedes gastar esas bromas cuando estoy concentrada en algo importante. – apagó el ordenador y se dispuso a salir de allí, pero la paré antes de tiempo.

- Pero, ¿qué te pasa? – le pregunté, buscando sus ojos, pero ella solo miraba hacia otra parte. - Nunca has reaccionado así las muchas veces que te he asustado. – como seguía sin alzar la vista, decidí hacerlo yo. - ¡Mírame! – le dije, levantando su barbilla. - ¿Me puedes explicar qué está pasando?

- Yuqi, no... - pero la detuve, harta de la situación.

- No Soyeon, nada de Yuqi no. – había explotado y no había manera de pararme. – Estamos demasiado raras desde hace mucho tiempo. Tú y yo no somos así y no entiendo qué es lo que ha pasado porque yo solo quiero...

Pero me fue imposible continuar, porque unos labios me pararon. Pero no era un beso dulce, sino uno con hambre. No sabía qué estaba pasando por la mente de Soyeon, pero a mí ya me daba igual todo, así que le devolví el beso con aún más fuerza de la que ella había puesto al principio. Ninguna quería ceder el control de la situación y nuestras lenguas no querían perder la batalla en la que se habían enzarzado. Mis manos tampoco estaban quietas y presionaban el cuerpo de la más bajita contra el mío, sin importar en ese momento nada más que nosotras dos.

Pero, cuando mis manos llegaron a su culo, fue el cable que hizo que la cabeza de Soyeon cortocircuitara. Se separó bruscamente de mí y, como alma que lleva al diablo, salió corriendo del estudio.

Creo que la he terminado de liar, pensé, antes de salir de allí en busca de la rubia.

¿Y si fuera ella? - SOOSHUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora