the Sun is powerless.

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Así, de un segundo a otro, la vida de Hinata Shouyou había cambiado radicalmente.

No había ningún cambio físico ni emocional. El pelinaranja seguía siendo exactamente el mismo que había vuelto de Brasil, hecho una persona nueva llena de experiencia, tanto en el vóleibol como en la vida, y de hecho decir que había cambiado era casi como mentir. Pero muchas veces las cosas le sucedían cuando él no estaba viendo (o quizás, sintiendo), y ese cambio radical de ciento ochenta grados era exactamente una de esas cosas.

¿Estaba en una cita con Atsumu Miya?

¿O era tan solo su mente jugándole una mala pasada?

-Hey, 'Samu -llamó Atsumu, devolviendo la atención del pelinaranja hacia la mesa que estaban compartiendo con la otra pareja. Hinata llevó sus ojos hacia el mayor, encontrándose con el brillo preocupado de los ojos de Atsumu mientras este veía a su hermano correr tras Yamaguchi. Hinata suspiró, llamando nuevamente la atención del rubio-. ¿Sucedió algo?

-¿Eh? -musitó Hinata, sintiendo las palabras acumulándose en su garganta- N-no, estoy bien. Solo estoy preocupado por Guchi -agregó, entrelazando sus dedos nerviosamente en un intento por calmarse, desviando su mirada hacia el exterior de la tienda de Osamu, fallando en el intento al no divisar a su mejor amigo ni al otro Miya-. Osamu-san es un mundo aparte para él, en especial ahora...

-¿Ahora? ¿Pasó algo entre él y 'Samu? -no tardó en preguntar el mayor. Hinata sintió su corazón detenerse por un momento, y luego llevó una mano hacia su rostro, avergonzado. Atsumu sonrió, y miró una vez más hacia la puerta antes de apoyar su cabeza sobre su mano, admirando al menor mientras este tenía un ataque de nervios, una vez más.

-Por favor, no digas nada, ¿está bien? -suplicó el menor luego de respirar profundamente, echar un último vistazo hacia la puerta, y se acercó al oído del mayor cuando este asintió-. Osamu-san y Guchi no son pareja -reveló, sintiendo el cuerpo de Atsumu estremecerse y calentarse al pronunciar aquellas palabras. Hinata se separó, y encontró al mayor petrificado, con un potente sonrojo en sus mejillas, a punto de caer rendido sobre la mesa de madera-. ¿Atsumu-san?

Atsumu escondió su rostro entre sus brazos, no dispuesto a dejar que Hinata le mirara en aquel estado, y todo su cuerpo tembló cuando la mano del menor se deslizó por uno de sus brazos, levantando su mirada a un preocupado Hinata que le estaba esperando con un leve brillo en sus ojos-. ¿Estás bien?

-¡Sí! -gritó Atsumu, apoyando su espalda contra la pared, sus brazos en el aire. Hinata se estremeció, separándose del mayor, y finalmente entendió lo que estaba sucediendo. Hinata se sonrojó, tapando su rostro con ambas manos, y Atsumu volvió a su lugar, esta vez un poco más alejado de Hinata, que logró calmarse luego de un par de segundos.

-Creo que deberíamos irnos... -comentó Atsumu luego de eternos minutos de incómodo silencio, señalando a su hermano que volvía con Yamaguchi a su lado, ambos portando una sonrisa relajada en el rostro-. Debemos dejarlos solos -agregó, guiñándole el ojo a Hinata, que sonrió divertido al captar lo que estaba sucediendo.

Hinata se levantó de su sitio al igual que el rubio justo cuando Osamu y Yamaguchi llegaron hasta la mesa, y no tardaron en saludar a la pareja con la excusa de que ambos tenían que volver a sus respectivos apartamentos porque tenían entrenamiento temprano por la mañana. Tanto Osamu como Yamaguchi se miraron antes de encogerse de hombros, y con una sonrisa les saludaron, deseándoles un buen viaje de regreso a sus hogares. Tanto Atsumu como Hinata no perdieron ni un segundo en preguntarse porqué se quedaba con Osamu y no optaba por irse con ellos, pero ninguno de los cuatro quería articular palabra, por lo que solo quedó como tema de conversación entre el rubio y el pelinaranja mientras caminaban en dirección a la estación de tren.

𝘵𝘩𝘦 𝘴𝘵𝘢𝘳𝘴 𝘪𝘯 𝘵𝘩𝘦 𝘴𝘬𝘺 𝘢𝘳𝘦 𝘧𝘳𝘦𝘤𝘬𝘭𝘦𝘴 𝘵𝘰𝘰 [OsaYama]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora