Era lunes por la mañana y Sirius pensaba en lo maravilloso que estaba el día. Estaba de tan buen humor que cuando vio a Quejicus ni siquiera sacó a relucir lo brillante que se le veía la nariz.
James estaba de igual o mejor humor porque Lily había empezado a llamarlo por su nombre. Peter había ganado el partido colegial de los Gobbstones, y Remus no había regresado al dormitorio la noche anterior.
-¡Hace un día excelente!. - Exclamó James, sirviendose el desayuno.
Los tres chicos le dieron toda la razón mientras se atiborraban de comida.
-¿Qué rayos?. - Preguntó Sirius, al caerle un fuerte paquete en la cabeza.
-¡Feliz Cumpleaños! - Exclamarón sus amigos, avalanzandose sobre él.
- ¿Pensaste que nos habíamos olvidado?. - Preguntó James sonriente.
Sirius negó son la cabeza al momento que el coro de sapos entraban al gran comedor y empezaban a cantar Cumpleaños Feliz para despúes tirar confeti.
-¡Sorpresa!
Entonces un montón de chocolatinas de Honeydukes cayeron sobre el ojigris y sus amigos reían de lindo pues sabían que Sirius no era gran fan de celebrar su cumpleaños.
-¡Vaya!. - Exclamó Peter, viendo a un par de chicas preciosas acercarse a felicitar al ojigris. - El próximo año deberíamos hacer una fiesta y invitar a todo el colegio.
-Preferiría saltar de la torre de astronomía. - Respondió Sirius molesto, a medida que más y más mensajes rosados y rojos se reunían a su alrededor como una especie de enfermedad. - ¡Por las barbas de Merlín! ¿Puede un chico desayunar en paz?
Una lechuza había dejado caer un pesado paquete sobre su sopa de calabaza que comenzó a cantarle.
-No puedo creer que estés recibiendo tantos regalos. - Dijo Remus, mirando la mesa con aprehesión. - ¿Cómo es que nadie sabe que eres un idiota?
James estuvo de acuerdo y Sirius los miró con diversión.
-¿Celosos? . - Preguntó, levantando una ceja y mordiendo un pastelito rosado a su lado. - Oh vamos, lo mejor que podemos hacer es ir al bosque prohibido y--
James se toco la oreja y Sirius dejo de hablar de inmediato.
-Quejicus. - Musitó el azabache.
El ojigris tomo su jugo de calabaza y tras darle un gran sorbo soltó una sonrisa.
-Como iba diciendo, sera mejor que nos pasemos por el bosque prohibido, despues de todo... . - El ojigris encontro en su campo de vision al odiado Slytherin, el cual se escondia entre unos estudiantes de Ravenclaw intentando escuchar su conversación. - Estoy enamorado.
James se mordió la lengua para no reír e intentó parecer inocente.
-Buenos días. - Saludó Lily, sentandose junto ellos.
-Ni tan buenos. - Murmuró Marlene, acompañandola. - ¡Vaya! ¡Regalos! ¡Dame un pastelito!
Sirius se lo arrebato de las manos.
-De eso nada; las estoy guardando para alguien especial; Un hombre de tez amarillenta, piel grasienta y mal aliento...
El Slytherin lanzó un hechizo que el ojigris evitó con un sonrisa. Varios curiosos se comenzaron a aglomerar en la mesa de Gryffindor, mirando con curiosidad el suceso que se desarrollaba.
Despues de tanto tiempo no aprendes, Quejicus.
-¿Que rayos está pasando?. - Exclamó Evans, desorientada.
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Losing control | Marauders
Любовные романыUn romance comienza entre una alegre Hufflepuff y el apuesto, pero oscuro Sirius Black.