Capítulo 15

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Era lunes por la mañana y Sirius pensaba en lo maravilloso que estaba el día. Estaba de tan buen humor que cuando vio a Quejicus ni siquiera sacó a relucir lo brillante que se le veía la nariz.

James estaba de igual o mejor humor porque Lily había empezado a llamarlo por su nombre. Peter había ganado el partido colegial de los Gobbstones, y Remus no había regresado al dormitorio la noche anterior.

-¡Hace un día excelente!. - Exclamó James, sirviendose el desayuno.

Los tres chicos le dieron toda la razón mientras se atiborraban de comida.

-¿Qué rayos?. - Preguntó Sirius, al caerle un fuerte paquete en la cabeza.

-¡Feliz Cumpleaños! - Exclamarón sus amigos, avalanzandose sobre él.

- ¿Pensaste que nos habíamos olvidado?. - Preguntó James sonriente.

Sirius negó son la cabeza al momento que el coro de sapos entraban al gran comedor y empezaban a cantar Cumpleaños Feliz para despúes tirar confeti.

-¡Sorpresa!

Entonces un montón de chocolatinas de Honeydukes cayeron sobre el ojigris y sus amigos reían de lindo pues sabían que Sirius no era gran fan de celebrar su cumpleaños.

-¡Vaya!. - Exclamó Peter, viendo a un par de chicas preciosas acercarse a felicitar al ojigris. - El próximo año deberíamos hacer una fiesta y invitar a todo el colegio.

-Preferiría saltar de la torre de astronomía. - Respondió Sirius molesto, a medida que más y más mensajes rosados ​​y rojos se reunían a su alrededor como una especie de enfermedad. - ¡Por las barbas de Merlín! ¿Puede un chico desayunar en paz?

Una lechuza había dejado caer un pesado paquete sobre su sopa de calabaza que comenzó a cantarle.

-No puedo creer que estés recibiendo tantos regalos. - Dijo Remus, mirando la mesa con aprehesión. - ¿Cómo es que nadie sabe que eres un idiota?

James estuvo de acuerdo y Sirius los miró con diversión.

-¿Celosos? . - Preguntó, levantando una ceja y mordiendo un pastelito rosado a su lado. - Oh vamos, lo mejor que podemos hacer es ir al bosque prohibido y--

James se toco la oreja y Sirius dejo de hablar de inmediato. 

-Quejicus. - Musitó el azabache.

El ojigris tomo su jugo de calabaza y tras darle un gran sorbo soltó una sonrisa.

-Como iba diciendo, sera mejor que nos pasemos por el bosque prohibido, despues de todo... . - El ojigris encontro en su campo de vision al odiado Slytherin, el cual se escondia entre unos estudiantes de Ravenclaw intentando escuchar su conversación. - Estoy enamorado.

James se mordió la lengua para no reír e intentó parecer inocente.


-Buenos días. - Saludó Lily, sentandose junto ellos.

-Ni tan buenos. - Murmuró Marlene, acompañandola. - ¡Vaya! ¡Regalos! ¡Dame un pastelito!

Sirius se lo arrebato de las manos.

-De eso nada; las estoy guardando para alguien especial; Un hombre de tez amarillenta, piel grasienta y mal aliento...

El Slytherin lanzó un hechizo que el ojigris evitó con un sonrisa. Varios curiosos se comenzaron a aglomerar en la mesa de Gryffindor, mirando con curiosidad el suceso que se desarrollaba. 

Despues de tanto tiempo no aprendes, Quejicus.

-¿Que rayos está pasando?. - Exclamó Evans, desorientada. 

Losing control | MaraudersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora