Capítulo 14

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James y Sirius se encontraban frente a frente en una competencia de quien lograba hacer el torre más alta con cartas del Snap Explosivo.

Sirius trabajaba concentrado con una sonrisa despreocupada mientras James lo miraba desafiante.

Habían muchas personas a su alrededor que apoyaban a alguno de los dos, Remus miraba con diversión la escena sosteniendo un libro que había dejado de leer desde que la competencia había empezado.

-¡Vas a caer, Cuernitos!. - Exclamó el ojigris montando con agilidad una carta más sobre su torre que la hizo temblar ligeramente causando que todos contuvieron el aliento, James empezó a soplar contra la casa pero ésta eventualmente esta recupero su balance. -¡Ja! Tu turno.

James empezó a posicionar otra carta, pero entonces cierta pelirroja captó su mirada. Sin pensarlo hizo un movimiento rápido con la varita que causó una explosión tremenda en la mesa donde jugaban. Los estudiantes estaban manchados de cenizas y algunos tenían huecos en sus túnicas, y se empezaron a mirar entre sí buscando heridas.

Sirius, con los ojos cerrado y todas las ganas de matar a James, escuchaba el revuelto de la gente. La gente alrededor suyo los miraba con risas y un murmullo se comenzó a expandir entre los estudiantes.

-¡Potter! ¡Black! ¿Que creen que-- . -Evans se quedó sin habla y callada contempló el cuerpo de los chicos.

La explosión había destruido por pedazos la parte delantera de sus túnicas, causando que se quedaran en calzoncillo.

-¡Po-Potter! ¡Black!. - Exclamó la pelirroja que fácilmente podía mezclarse con su cabello. - Vayan a vestirse.

James sonrió con encanto y con la mirada atenta algunas chicas y chicos se quitó lo que le quedaba de la túnica, lo tiró como si fuera un regalo y después de simular que cogía algo del suelo en la otra punta de la sala común subió a las habitaciones.

-Lo voy a matar. - Susurro Sirius, y se giró para mirar a Lunatico. 

El ojigris tuvo que aguantarse la risa al ver que a Remus le faltaban las dos cejas.

-Callate, que tu cargas los calzoncillos de Celestina Warbeck.

El ojigris miró hacia abajo y enrojeció furiosamente. En la parte delantera de sus calzoncillos estaba la cara de Celestina guiñando un ojo y revolviendo un caldero del que salía humo con forma de corazón. Todos en la sala reían a carcajadas.

-¡Son irónicos!. - Fue lo que gritó el ojigris, antes de subir a toda prisa a su sala común.

-¡Hola Sirius!. - Saludo Marlene, la mañana siguiente en el desayuno. -¿Me haces un favor? ¡Envuélveme en tu caldero de amor intenso!

-Ya te gustaría, castaña cansona. - Replicó este, sentándose a comer.

-¡EH, BLACK!. - Exclamó Dedalus Diggle, un Ravenclaw que siempre andaba de burlón. - ¡Te robaste mi caldero pero no te podrás robar mi corazón!

El y sus amigos bravucones comenzaron a reír de lo lindo.

-Ja, ja, muy chistoso, Diggle, mejor anda cantale a tu hermana que esos calzoncillos me los regaló ella.

Los merodeadores rieron por lo bajo y Sirius siguió comiendo su desayuno con furia.

-Mira el lado bueno, Canuto. -Dijo James, dándole un palmada. - Hoy iremos a Hogsmeade y podrás comprarte calzoncillos nuevos.

Peter soltó una carcajada y Remus se atoro.

-Pienso comprarles unos iguales. - Sentenció, fulminandolos con la mirada.

Losing control | MaraudersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora