Capítulo 56

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Lena Mason agradecía a Dios y a los Siete Mares.

Finalmente terminaron.

Finalmente era libre, no más magia, no más horrible colegio, no más pócimas con gusanos, y sobre todo no más clases.

¿Lo que los exámenes habían dejado atrás? Noches sin dormir, un mal precedente en el colegio ya que por su culpa habían prohibido las recordadoras en los exámenes, y seguramente muchos TROLLS que mantenían a la chica sin cuidado.

-Voy a bailar. - Lena sonrió a sus amigos, estaban caminando juntos frente al lago negro, disfrutando su libertad y el tibio aire de la primavera.- A esa Sala que aparece y desaparece... La de las menestras.

-¡Menesteres!. - Exclamaron sus amigos al mismo tiempo, y Lena soltó una carcajada.

-¡Ya sé! ¡Ya sé! ¿vienen conmigo o tienen mejores cosas que hacer?

-Quien te aguante. - Sonrió Edgar. - Yo si voy, aprovechare para escribir correspondencia.

-¿A esa novia tuya?

Edgar se sonrojo.

-¡Que no es mi novia! Es mi PRO-ME-TI-DA, y yo no la escogí, lo hizo mi abuela. Así que no se burlen de mí que la vida ya lo ha hecho lo suficiente.

-Edgar y su sentido del deber. - Murmuro Amanda, y tras eso agrego: .- Quede con unas amigas por el lago.

-¡Auch! ¿Tienes otros amigos?

-Lena, no porque no te dejemos ir sola de aquí a allá no significa que no tengamos otros amigos.

-ok, ok soy intensa, lo entiendo.

La Hufflepuff hizo como si se tocara el corazón doliente y Edgar la empezó a llevar hacia la sala de los menesteres murmurando:

-Dramática.

Pasaron de largo al cobertizo que llevaba al recibidor del castillo. Edgar todavía "arrastrandola", mientras Lena reía, sacando canas verdes, y acababan de entrar al recibidor cuando Lena se encontró con unos ojos sobre ella que la sobrepasaban y parecían leerla entera.

Sirius, tan relajado, con aquella gracia tan malditamente innata que muchos morirían por tener la miraba fijamente, sus ojos viajando a donde Edgar la tenía agarrada y volviendo hacia ella.

La Hufflepuff se encaminó hacia las escaleras que llevaban al séptimo piso, y Sirius parecía saberlo, ya que sus ojos se oscurecieron.

Lena ya no podía soportarlo más así que le ofreció una sonrisa y un pequeño saludo de manos.

-Gracias. - Musitó, apenas un movimiento de labios.

Sirius sonrió de lado con pereza, pero sus ojos brillaron con reconocimiento, sabiendo exactamente a lo que se refería, pero como si nada acabara de pasar desvió su atención hacia sus amigos.

La presencia de Sirius era extraña para la chica, él la miraba con aquellos ojos grises, como pidiendo algo de ella, y la chica no podía evitar mirarlo de vuelta, en pregunta.

¿Quieres algo de mi? ¿Todavía quieres algo de mi?

Ambos Hufflepuffs llegaron al séptimo piso y al entrar a la sala de los menesteres Lena recordó aquellos ojos grises mirándola atentamente, y sus besos devorando por donde pasaban, sus manos intentando tocar todo su cuerpo...

-¿Y tú qué opinas Lena? ¿Lena?

-¿Hmhh?. - La chica volvió sus ojos a Edgar. - Oh claro, claro, totalmente de acuerdo.

-¿De acuerdo en que me quede de año y tendré que repetir séptimo?

Lena negó con la cabeza y sonrió con inocencia.

Losing control | MaraudersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora