El rubio guardo silencio dejando un escenario algo incomodo, allí ahora lo único que se podía escuchar era aquella respiración del salvaje del grupo. Nada mas por aquel lugar, Tanjirō miraba el suelo confundido, pues aquella pregunta tan extraña del menor le había sacado un poco la cuerda.
-¿Que te hace pensar eso?.- Cuestionó con un hilo totalmente delgado de voz, ahora esta era apagada. No solía ser tan cálida como en todas las ocasiones. El orbidorado despegó la mirada llevada anteriormente al contrario, dejándola bagar por el frente de dicha habitación se encontraban, se sentó con rodillas arriba destapando su cuerpo por completo de aquellas mantas blancas, inhaló profundamente intentando buscar una respuesta creíble y que por lo menos en esta no se notara algo extraño.
-Su acercamiento de ambos es muy corto, invaden aquel espacio personal del que suelen hablar. Cuando otra persona hace eso contigo lo apartas disimuladamente y haces gestos de disgusto.- Argumentó el rubio, aquella respuesta fue la primera que se le vino a la mente, y es que, en parte era verdad el disgusto que últimamente mostraba aquel tostado hacía las personas había pasado de una miserable huella a la pista mas grande. Incluso hablaba cuando se sentía incómodo y apartaba a la gente sin dudarlo un poco, cuando antes solo se limitaba a sonreír falsamente y apartar un poco la cabeza junto a la mirada.
-Y te diré algo.- Expandió el tostado ante la conversación. El menor de nuevo le dirigió sus ojos dorados al mayor de estos dos.
-No me gusta que haga eso, pero no se lo menciono por respeto, ademas es demasiado amable ya que nos esta dejando dormir bajo el techo de su finca. Es algo desconcertado y no amable de mi parte.
-¿Y aquel sonrojo que te causa?
-No acostumbro a tener tan cerca a mujeres específicamente, solo a Nezuko.
La habitación en entro en silencio una vez más. Zentisu tenia sueño y trato de mencionarselo al mayor con un bostezo, tallo sus ojos con sus manos y una delicadeza notable. Aquel compañero de melena roja oscura sonrió enternecido por aquel ademán.
-Mañana seguiremos conversando sobre esto para sacarte todas las dudas, ¿Vale?. Pero ahora debemos dormir, posiblemente mañana tengamos que salir de la finca.
Exclamó sonriendo, el Agatsuma asintió lentamente con ojos entrecerrados y hombros caídos, desde el momento que bajaron del árbol su sueño había despertado; habían pasado como mínimo una media hora, estaba completamente muerto en estos momentos.
Tanjirō había comprendido por completo aquel bostezo.
-Tu corazón...
Alargo una vez mas el menor.-
-Tu corazón volvió a latir así de rápido como cuando en el árbol.- Dijo.- ¿Te sucede algo?
-No, estoy bien, solo eta feliz. Contestó.
-¿Feliz?, ¿Por qué?.- Cuestionó una vez más, Tanjirō moriría en ese mismo momento, pero otro pensamiento antes le gano a aquel tierno, ¿Que tan inocente debería ser aquel rubio para no darse cuenta ya a estas alturas?. Sonrió de nuevo.
-Mañana te lo contaré, por ahora a dormir. ¿Sí?.- Habló el tostado levantándose de la cama del menor, camino hasta la suya estando del lado de la pared y siendo la final de las tres camas de aquel trió.
-Buenas noches, Tanjiro.
-Buenas noches, Zenitsu.
Suspiró, se acomodo en la cama y cubrió su cuerpo con las mantas de está misa, Zenitsu copió este último acto y allí llego el día de ambos, fue algo pesado para Tanjirō, pero al final de todo pudo descansar con tranquilidad.
El Agatsuma miró un momento más el techo de aquella habitación, ¿Que era lo que de verdad sucedía?, ¿Debía de creerle a Tanjirō?, ¿Estaba correcto en aquella pregunta que anteriormente había pasado por su cabeza?.
Miles de preguntas pasaron de nuevo por su cabeza hasta el punto de cansarle y quedar profundamente dormido. Un día muy raro sin duda alguna.
•°•°•°•
Por la mañana nunca se les hablo, los últimos tres días habían estado tranquilos y nunca se les había dado la misión de ir a matar a algún demonio. Tanjirō e Inozuke se despertaron llegando a la misma habitación de antes, el rubio despertó unos cuantos minutos después pero también se dirigió a la sala donde les daban el entrenamiento para mejorar, desayunaron y de allí el salvaje regreso a la habitación donde duermen, todo típico de siempre. El tostado de la mejor manera que pudo tomarlo comenzó a entrenar primero, las lolis comenzaba a estirar parte de sus músculos como un calentamiento, cosa que no le agradaba a este.
Zenitsu se unió a aquel calentamiento con toda la emoción del mundo, y también quiso seguir con lo demás. Cosa que desconcertó a las chicas y principalmente al tostado. Continuaron aquella rutina mas que entrenamiento con algunos que otros chillidos presentes del rubio y puntas naranjas, al terminar, por la media tarde descansaron un poco.
Zenitsu tenia planeado terminar hasta allí, pero el Kamado planeo seguir con su rutina en las afueras de la finca, bebió de nuevo de las cantinfloras que el trió de pelinegras solían prepararle, después de algunos tragos se dirigió a la salida; Zenitsu, al percatarse de esto le hablo con un leve grito nombrándole.
-Espera, Tanjiro, Me dijiste que me dirías hoy aquello de anoche.
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Interrumpiendo El Juego || ⚡ TanZen 🌊
Fanfiction"El reto no fue completado, el rubio había gritado de impulso, como siempre. Los rostros solo chocaron, Tanjirō miró con una mueca de confusión al anterior por actitud tan repentina, ¿Le sucedía algo?. Lo cuestionaría si no hubiera salido corriendo...