Interrumpiendo El Juego || ⚡ TanZen 🌊

Capítulo 15

Aquellos susurros de voz finamente aguda le hicieron despertar, con ojos achinados y boca torcida levantó un poco su cabeza para poder mirar a la pequeña figura que le hablaba, al notar quien era dió expresión de confusión.

—¿Z.. Zenitsu?

Comentó con un hilo muy delgado de voz, apenas se escuchaba pues al acabar de despertarse sus sentidos no estaban tan despiertos como suelen ser.
Zenitsu tampoco era de despertarse muy temprano y despertar a los demás, esto preocuparía al mayor del no ser que sus olores demostraban que estaba relajado y contento.

—Mi sueño se fue, parece ser muy temprano, ¿No?

Susurró riendo levemente, Tanjirō soltó una pequeña carcajada y aún así levantó su dedo índice colocándolo en sus labios para que tratarán de calmarse.

—Yo si tenía sueño, mañana no querrás pararte, Zenitsu.- Quejó el mayor

—Lo sé.- Suspira. —Pero no puedo dormir, lamento despertarte.

—Ya, no importa.- Comentó por lo bajo, rodó su cuerpo quedando boca abajo y con una fina sonrisa volteó su mirada hacia el de puntas anaranjadas.
Probablemente no sabría sobre que conversar, tenía algo de sueño pero igual le daba, estaría hablando con el menor y le gustaba, sin importar que tan torpe o serio fuera el tema; disfrutaría tanto los contactos que tenía con el Agatsuma.

—Tanjirō.~

Con nerviosismo susurró, y entrecortadamente le llamó por su nombre, esto le alteró un poco su cuerpo al nombrado debido a que los olores del menor cambiaron; de ser un durazno dulce de temporada saltó a uno de un limón amarillo: agrio.
Tanjirō quejó por lo bajo con esto, al notar el pequeño cuerpo este estaba a su dirección, el rostro estaba cubierto por sus finos dedos, aunque a pesar de esto se podía denotar aquellos pómulos llenos de un carmesí fuerte.

—Dime, Zenitsu.- Tartamudeo.

—Es acerca de lo que estuvimos charlando durante los días pasados... y-ya sabes, esos en los que procuramos estar.. estar a solas.- Comentó, ahora el rostro tostado estaba cubierto de ardor y sus piernas estaban temblorosas.
Tanjirō no sabía que era lo que quería explicarle aquel rubio, pero si sabía a lo que se refería. Y vaya que si estuvieron a solas durante varios días y en bastante tiempo.

—Digo, estuvimos charlando acerca de los sentimientos y todo eso.... Pero quisiera que me contestarás algo.

Y continuó, Tanjirō trago saliva esperando una pregunta que posiblemente le sacaría de la línea.
Y efectivamente, eso sucedió.

—Tanjirō, nosotros.. ahora que confesamos nuestro amor, ¿Qué somos?.

El de piel tostada abrió los ojos de golpe con dicha cuestión sonrojándose al tope.