Mi Profesor Favorito [COMPLETA]

III

Estaba en camino hacia el aula y cuando entro solo como 15 alumnos de 30 que tenía habían, pero me extrañe al no ver a la señorita Miller. Así que imparti mi clase normal solo deje tres tareas, y tocaron el timbre.

—Usted es la amiga de la señorita Miller —me le acerque a Angie.

—Sí profe por qué —terminó de guardar sus cuadernos.

—Es que no vino a mi clase —dije serio viéndola.

—Ella no se sentía bien después de lo de ayer —me miro.

—Ah ok entonces nos vemos mañana —ya que vi que otro chico se acercaba.

No hice nada interesante lo que resta de la mañana, solo fui a la sala de profesores a hacer la clase de mañana. Cuando ya eran las 12 del medio dia y los alumnos ya se fueron, pues era la hora de irnos de nosotros también.

Pase por un restaurante comprando mi almuerzo luego me fui a mi casa, encontrándome a mi mejor amigo en la puerta de mi casa.

—Que haces aquí no que estabas con tu novia —lo mire algo sorprendido mientras buscaba la llave.

—Estoy soltero así que dije por que no mejor venirme a vivir con mi mejor amigo —muy contento se acerco a mi.

—No —al fin encontré las llaves así que abrí la puerta.

—Por qué no —me siguió hasta adentro de la casa —te voy a ayudar con el pago y todo —insistió casi poniéndose de rodillas.

—Por que terminaste con ella —me fui a la cocina a servir mi comida.

—Infidelidad —estaba tranquilo —no hice lío así que estamos bien —se sentó en unas sillas que había en la isla de la cocina.

—Ah ok —no me quise meter en sus problemas personales —si no me ayudas con los pagos te vas —hablé claramente.

—No te preocupes si solo va a hacer temporal —agarró un poco de comida también.

—Cuánto tiempo —agarré una lata de cerveza y le di una a el.

—Tres meses — lo mire serio —me entregan la casa —por decirlo así defendió lo que el dijo.

—Más te vale —seguí comiendo.

—Se que quieres tener tu casa sola cuando traigas a tus chicas —soltó de la nada.

—Imbecil —terminé de comer para ir a lavar lo que ensucie.

—Espero que tu próxima enamorada sea fácil de conquistar, por que si no le gusta las joyas grandes —se me acercó —espero que tengas otra cosa grande —me dio un codazo.

—Por eso tu les das tantas joyas a tus mujeres —el empezó a tomar pero por lo que dije casi se muere.

—Mejor me calmo con las bromas —terminó de lavar su plato.