EL ÁTICO Y LAS MUÑECAS.

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Las muñecas de Lalith.

El jardín de las almas perdidas.

CAPITULO 2

Sin percibir que eran vistos desde el interior de la casa, la pareja abordó el vehículo yéndose del vecindario. Arely y Bryan pasaron a comprar algunos víveres a la tienda para que
sus tres hijas merendaran, después pasaban a la casa de su hermana, Michael Márquez Alvarado para recogerlas.
Ahora se escuchó el timbre de la casa. Rin... rin... rin. Unos pasos apresurados y entre risas abrieron la puerta, era su sobrina Heidi de cinco años de edad, de cabello largo lacio
de color güero, de tez blanca, ojos cafés claros, nariz afilada, de labios delgados que dibujaban una sonrisa, la niña muy contenta gritaba:
- ¡Tía Arely! ¡Tío Bryan! -
-Hola pequeña ya regresamos. -
- ¿Cómo estas Heidi? ¿En dónde están tus primas? -
-Mi mamá fue a la tienda con las gemelas, para comprar más leche para hacernos unos hot cakes, porque ya no hay leche en la casa. -
Ellos sonrieron al escuchar su explicación, ahora Arely miraba para todos los lados de la entrada de la casa, le preguntaba:
- ¿En dónde está Mitzi? ¿Qué estaban haciendo ustedes
niñas? -
Cuando le preguntaba por su hija, venia corriendo Mitzi de seis años de edad, era una niña de cabello de color negro, lacio que ya le pasaba de su hombro, era de tez morena clara,
de ojos cafés claros, su nariz chata, de labios delgados ella era la viva imagen de su mamá, emocionada gritaba:
- ¡Mamá! ¡Papá! -
Con una gran sonrisa la niña se abrazó a su madre Arely, después abrazó a su padre Bryan, dándole de besos en la cara, les decía: -Heidi me está cuidando. -
Al escuchar estas palabras, su madre Arely con una sonrisa le explicó: -No mi amor, tú estás cuidando a tu prima Heidi, tiene cinco años de edad y tú tienes seis años de edad, la mayor cuida a la menor. -
La niña se rio al escuchar este comentario. Ahora Bryan sonriendo le expresó:
-Espero que no le hicieron tiradero a tu tía Michael. -
Al escuchar estas palabras, Mitzi enseguida le mencionó:
-Las gemelas tiraron el jabón cuando se bañaron, y mi tía Michael ni siquiera las regañó, cuando mi tía Michael iba hacer los hot cakes, Careen tiró la harina en la mesa, después Carón tiró al piso un huevo, y yo solita le ayudé a mi tía Michael a limpiar todo el piso, porque las gemelas son un desastre. -
-Yo también le ayudé a mi mamá, y cuando ella abrió el refrigerador, se dio cuenta de que ya no había leche, así que se llevó a las gemelas a la tienda para comprar más. -
Al escuchar estas quejas, Bryan les explicó: -Qué bueno que ustedes ayuden a tu mamá Michael, y tu Mitzi te portas muy bien con tu tía, ahora déjenme dejar estas bolsas de
mandado sobre la mesa de la cocina. -
Arely acercándose a la mesa de la cocina les mencionó:
-Trajimos huevos y leche, vamos niñas lávense las manos, y tu Bryan también lávate las manos, ve preparando la harina para hacer los hot cakes, después prende la estufa y pon el sartén para que se vaya calentando. Cuando llegue mi hermana Michael con las gemelas enseguida merienden, porque ya es muy tarde. -
Bryan sin reprochar nada, enseguida le obedecía a su esposa, de inmediato se fue al fregadero para lavarse las manos, se puso a sacar el mandado de las bolsas de plástico, comenzado en la mesa a preparar la harina para la cena, escuchando a Arely decir:
-Heidi y Mitzi, ya les dije lávense las manos, y por favor siéntense para poder merendar, vamos apúrense niñas. -
Ellas ahora la obedecieron yendo al lavabo del baño para lavarse las manos, al regresar de nuevo a la cocina escuchaban a Heidi preguntarles:
- ¿Se puede quedar Mitzi conmigo a dormir? -
Ante la pregunta Bryan y Arely se miraron uno a otro, hasta que ella le contestó: -Veremos primero que dice tu mamá para... -
- ¿Qué digo de qué hermana? -
Preguntó Michael cargando en sus manos unas bolsas de plástico. Ella era una mujer de cabello negro cortó lacio, de tez morena clara, ojos cafés obscuro, de nariz chata, labios
delgados que en ese momento dibujaban una sonrisa, media ella uno setenta de estatura y tenía veinticinco años de edad.
Miró a su hermana Arely, después vio a Bryan, quien ocupado volteaba el hot cake en el sartén, escuchando a su hija Heidi volver a preguntar:
- ¿Qué si se puede quedar Mitzi
conmigo? Si, mamá. -
Su madre Michael sonrió, miró a su hija y después puso la vista en su hermana Arely, le contestaba: -Por mí no hay ningún problema, yo llevo mañana a las cuatro niñas a la escuela. Hola Bryan. ¿Cómo estás? -
Bryan sonrió al verla, enseguida le contestaba el saludo diciendo: -Hola Michael. ¿Ya viste? ¡Ya te diste cuenta? Que Heidi y Mitzi parecen las gemelas, siempre quieren estar juntas, en donde quiera que estén ellas, son muy unidas. -
Sonriendo por el comentario.
Michael escuchaba a su hermana preguntar: - ¿En dónde están las gemelas Michael? Dice Heidi que se fueron contigo a la tienda. -
-Están adentro de la camioneta Arely, en lo que regresaba de la tienda se quedaron bien dormidas en los asientos. ¿Me ayudas a traerlas hermana? -
Al escuchar esta pregunta. Arely de inmediato giró su cara mirando a Bryan diciéndole: -Te cuido tu sartén, deprisa ve a cargar a las gemelas, ¡Muévete! Y tápalas bien cuando las bajes de la camioneta, que ya hace mucho frio. ¡Vamos muévete! ¡Date prisa! -
Bryan escuchó la orden con voz fuerte, y sin ninguna protesta solo dejó el sartén sobre la parrilla de la estufa, miró por un momento a su cuñada Michael, mientras dibujaba una sonrisa en su rostro, enseguida le comentaba:
-Cuando llegamos a tu casa, me dijeron Heidi y Mitzi que harían hot cakes, así que los comencé hacer para que merendaran, nosotros pasamos a la tienda y sin saber lo que necesitabas, ya traíamos los huevos y la leche. -
-Gracias Bryan. -
Arely enseguida con su mano derecha agarró el sartén, y con la otra mano agarró la pala de plástico, volteaba el hot cake, miró a su esposo, al ver que no se salía de la cocina, en tono enojado le gritó:
- ¡Muévete Bryan trae a las niñas! ¿No me oíste? ¿Cuántas veces te lo tengo que repetir? Se está enfriando la noche, no te lo repetiré otra vez. ¿Me oíste? ¡Ya tráelas! -
Ante las palabras, Michael miró fijamente a su hermana, respiró profundo guardándose su comentario, después puso su vista en Bryan diciéndole: -Vamos para el patio, te ayudo a cargar a las gemelas. -
Salieron los dos juntos de la casa, caminaron hasta donde estaba estacionada la camioneta sobre el patio, escuchando a Michael preguntar:
- ¿Cómo les fue? ¿Le gustó a mi hermana la casa? -
Ante la pregunta, él sonrió, por un momento, le miraba los ojos de color café obscuro de Michael, después le contestaba:
-Primero me regañó como es su costumbre, por cierto, antes de entrar a la casa casi me cacheteó, y después al ver la casa por dentro se entusiasmó mucho, se puso muy contenta, puedo decir... sí, que si le gustó la casa. -
-Arely nunca se le quitará lo mandona, si yo tuviera un hombre como tú, sería feliz, muy feliz, solo trabajas y trabajas muy duro, y tratas de darle tu mejor esfuerzo, nunca tomas cerveza, ni ninguna clase de alcohol, ni te drogas, siempre del
trabajo a tu casa. ¿Qué más quiere mi hermana? Yo hubiera seguido con Kevin, si él hubiera sido como tú, pero ese chaparro era un borracho y un desobligado... -
Michael por un momento volteó a mirar hacia la puerta de su casa, asegurándose de que no había nadie cerca, después giró su rostro mirando detenidamente a Bryan a los ojos, en
voz baja estaba diciéndole:
-Qué bueno que él no fue el padre de mi hija, cada vez que veo a mi hija Heidi, me acuerdo de ti Bryan. -
Bryan sonrió al escuchar estas palabras de Michael, quien
sonreía mirándole sus ojos azules, su nariz afilada y esa sonrisa de sus labios, deseando que ahí en ese momento la besara, él solo bajó un poco la vista, mirándole parte de sus grandes senos que no cubrían la blusa roja que traía puesta, ella solo le
esbozo una sonrisa.
Bryan con su mano derecha abrió la puerta lateral de la camioneta, por un momento miraba a sus dos hijas dormir profundamente en los asientos, sujetadas por los cinturones de seguridad, las gemelas tenían cinco años de edad, su cabello era de color güero, lacio largo hasta la cintura, de tez blanca, sus ojos azules que permanecían cerrados, su nariz era fina afilada, de labios delgados, ambas compartían los mismos rasgos como si fueran dos gotas de agua.
Bryan puso en sus brazos a Careen, y en seguida Michael cargo a Carón, con cuidado cerraba la puerta de la camioneta, enseguida caminaron de regreso a la casa, al entrar fueron
directo a una de las tres recámaras que tenía la casa de Michael, siguiéndolos su hija Heidi, mirándolos cargar a sus primas, sobre una cama pusieron a las gemelas para que siguieran durmiendo.
Heidi en ese instante con sus brazos en un costado abrazaba a su madre, mientras ellos dos intercambiaban sus miradas de complicidad, queriendo besarse en la habitación, o tal vez
amarse por completo por unos minutos. Al salir de la recámara y entrar en la cocina se escuchó a Arely gritar:
- ¡Apúrate Bryan! Ya me cansé y me quiero sentar. ¡Apúrate! ¿En dónde andas Heidi? Ya te serví otro hot cake, y tú no te sientas para comer. ¡Mira! Con esta tablita te voy a dar unas nalgadas por ser tan desobediente. -
Al regresar a la cocina. Michael miró a Bryan, quien de inmediato agarraba el sartén para continuar haciendo la merienda. Arely lo miró muy seria reclamándole:
-Te tardas mucho en hacer algo inútil, a ver a qué hora te apuras maldito holgazán. -
Después de decir estos insultos. Arely se sentó en una silla enfrente de la mesa, miraba a su hermana Michael directo a la cara, con la cabeza negaba señalando: -No sé qué hacer con
Bryan, Michael, solo me hace pasar puros corajes, es un inútil de primera, en verdad que es un bueno para nada. -
Michael conocía de sobra a su hermana, no haciendo caso a su comentario sobre Bryan, solo le preguntó: - ¿Te gustó la casa que fueron a ver? O más bien, que compraron. -
- ¿La casa? Te soy sincera, al principio me desilusioné, se ve horrible por fuera, dije este pendejo en que gran problema nos metió, pero cuando entramos a la casa en realidad es grande, es muy espaciosa, tiene cuatro recámaras y tres baños,
por cierto, hablando de casa fea, dime. ¿A qué hora le hablarás al pintor Bryan? -
Él con el sartén en la mano, con la pala ponía el hot cake en el plato de su hija Mitzi.
- ¡Te estoy hablando maldito inútil! ¿A qué hora llamarás al pintor? -
Ante el nuevo grito y la pregunta. Bryan volteó a mirar a su esposa contestándole: -Solo termino esta harina y entonces le llamaré. -
-Pero al rato se hará más tarde, y no lo encontrarás en su casa, o dirán que ya se durmió, tiene uno que decirte como hacer las malditas cosas Bryan. ¡De veras que eres un pinche inútil Bryan! ¡Eres un estúpido! ¡Eso era de hablarle en cuando llegamos! Y ¿Qué has hecho inútil? Nada. ¡Vamos muévete! ¡Háblale ya al maldito pintor! ¡Te lo estoy ordenando estúpido! -
Se lo expresó gritándole chasqueando los dedos, él con mucha calma se le quedó mirando a la cara, mantenía su boca cerrada para no hacerla enojar más, después de cinco segundos respiró profundo, le contestó: -Cuando llegué me dijiste prepara los hot cakes, si no lo notaste salí al patio a la camioneta por las gemelas, después me dices que estas cansada, y estoy preparando la merienda para las niñas... -
-Puras excusas siempre pones, Michael te ayudó a traer a las gemelas, porque tú solo no puedes hacer nunca nada, eres un pinche inútil Bryan... ¿Por qué siempre tengo que aguantar tus estupideces? -
Al escuchar todas estas quejas e insultos, por no pelear con
su hermana Michael se acercó a Bryan diciéndole: -Yo te ayudo hacer los hot cakes Bryan. ¿Tienes el número de teléfono? -
-Gracias Michael, sí, tengo el número, le hablaré a Jonathan para saber si puede pintar la casa lo antes posible, queremos que cuando las niñas vean la casa se mire diferente. -
-Usa el teléfono que tengo en la sala Bryan. -
-Gracias Michael. -
Le contestó Bryan a la joven con una sonrisa, le miraba sus ojos cafés, bajando la vista observando esos hermosos y deliciosos labios, que deseaba besar una y otra vez. Enseguida el joven caminó con rumbo a la sala para hacer la llamada,
mientras Arely haciéndose la molesta decía:
-Al principio me hizo enojar este pinche inútil, porque la casa está muy fea por fuera... -
- ¡Ya Arely! ¡Basta! Deja de llamarlo inútil, siempre hace su mejor esfuerzo y tú te enojas de todo, deberías de apreciarlo un poco. -
-Bueno, si tanto lo defiendes, él quiere que mañana me ayudes a limpiar la casa, está muy sucia y ya nos urge cambiarnos de casa. -
Michael al escuchar que necesitaban de ella, pensó un poco, checando en lo que tenía que hacer al otro día, y si les ayudaba ¿quién cuidaría a las niñas?, así que le preguntó: - ¿Y las niñas? ¡en donde las dejaremos? -
-Hablaré con mi mamá, para que las cuide después de la escuela. Bryan trabajará mañana todo el día, y no nos ayudará hasta el sábado, por lo menos tiene su escusa el holgazán para no ayudarnos con la limpieza de la casa. -
Mientras la escuchaba. Michael con una pala de madera ponía otro hot cake en el plato de su hija Heidi, pensaba un poco las cosas después de un momento le contestó:
-Te ayudaré hermana, cuenta conmigo, y deberías de estar contenta de tener un marido, que te apoya para poder tener tu propia casa. -
Al escuchar estas palabras. Arely se le quedo mirando, entonces le contestó: -Gracias por que me ayudarás, limpiaremos toda la casa y tenemos que alquilar una máquina para
lavar las alfombras, necesitamos que también nos prestes tu camioneta, ya te darás cuenta que es tanto el polvo de la casa que por eso queremos que las niñas estén con mamá, solo
será por dos o tres días, el viernes, el sábado y tal vez el domingo, en lo que limpiamos toda la casa para que no les haga daño el polvo a las niñas, ya para el lunes debe de estar lista y
habitable. -
-No te preocupes Arely, cuenta con toda mi ayuda, tenía cosas que hacer, pero no son urgentes, puedo esperar para hacerlas hasta el otro fin de semana, así que mañana temprano rentamos la máquina para lavar las alfombras, y después la llevamos a tu casa en mi camioneta. -
En ese momento regresaba Bryan a la cocina expresando:
-Mañana temprano ira mi amigo Jonathan a la dirección para ver la casa, me dará el precio y si lo acordamos, mañana mismo comenzaran a prepararla para pintarla, dice que está esperando que le resuelvan otro trabajo, que por ahora está disponible. -
Al escuchar que posiblemente al otro día podrían pintar la casa. Arely le comentó: -Me da gusto que sea rápido, porque no me gusta para nada como se ve por fuera la casa, ahora
apúrate a merendar Bryan, para ya poder irnos a nuestro cuchitril. -
Michael enseguida miró a Bryan, después puso su vista en su hermana Arely, proponiéndole:
-Deberían de quedarse, las gemelas ya se durmieron en la cama, mañana temprano yo te acompaño para llevar a las niñas a la escuela, y que Bryan
se vaya directo a su trabajo, para que dar más vueltas, ya es muy tarde. -
-Es mucha molestia quedarnos aquí Michael. -
Contestó Arely negando con la cabeza, pero su hermana trató de sonreír diciéndole: -No es ninguna molestia, mira quédense en una recámara, las gemelas y Mitzi que se queden
en otra recámara, yo me quedo a dormir en mi cuarto con Heidi. -
Al escuchar esta propuesta, su hija Heidi con alegría les expreso: -Que Mitzi se quede conmigo a dormir, quiero quedarme con ella. -
Michael sonrió mirándolas, enseguida comentó: -Bien lo dices Bryan, estas dos parecen las gemelas, solo que una es blanca y la otra es morenita ja jajá. -
Los tres rieron mirando a las dos niñas abrasarse con mucha ternura, terminaban de merendar preparándose para irse a dormir, el siguiente día seria de mucho trabajo.

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