No pude despertar. Tenía demasiado, demasiado sueño. Había dormido pocas horas. No escuché ninguna de mis alarmas así que fue el piezote de mi hermano aterrizando en mi torso el que me sacudió y me despertó.
— Ya levántate, vago. ¡Tienes clases! — oí su insoportable voz.
Me cubrí por completo con mi sábana como si eso me protegiera pero obviamente no funcionó. Leandro siguió sacudiéndome a lo bruto hasta que furioso me levanté y lo corrí hasta la cocina.
En parte lo agradecía porque de otra forma jamás me hubiese levantado. Y por otro lado, estaba molesto porque había interrumpido mi sueño. Uno algo raro pero cuyo final tenía ganas de saber. Y no pude por su culpa.
Me di una rápida ducha que me despabiló y luego me uní al desayuno con mi hermano antes de que devorara todo a su paso.
— ¿Y papá? — pregunté al no verlo allí.
— Sigue durmiendo. Hoy tengo que ir a hacer unos trámites y cosas primero, así que vendré por él luego.
Eso significaba que solo Leandro me llevaría a la escuela esa mañana.
Usualmente, salíamos todos juntos por las mañanas, me llevaban a la escuela y continuaban su camino hacia el rancho después.
Yo, sentado en la parte de atrás, me hundía en mi propio mundo mientras ellos hablaban de trabajo y otras cosas que no me interesaban.Pero ese día solo seríamos Leandro y yo en el viaje en auto.
No tenía problema con eso pero la verdad los momentos en los que pasaba a solas con él o con papá los encontraba algo incómodos.
Nunca había nada para decirnos.
No era como si me esforzara para generar una conversación tampoco, ni ellos.Amaba a mi familia pero no teníamos nada en común.
Creí que aquel iba a ser un viaje silencioso como era lo usual de esas ocasiones. Pero no fue así ya que mi hermano decidió hablar y me hizo la única pregunta que no tenía ganas de oír.
— ¿A dónde fuiste anoche?
— A ningún lado. — negué de inmediato. Mi incomodidad fue demasiado obvia.
— ¿Quién era el de la camioneta?
— ¿Qué? Nadie.
Mierda. Nos vio.
— Le voy a decir a papá que te estás viendo a escondidas con un chico.
— ¡No es así! — protesté enojado. — Solo es un amigo.
Leandro rió sin quitar la vista del camino. Me sentí un estúpido por autodelatarme cuando podría haberlo seguido negando todo tranquilamente.
— Sé que te duermes tarde porque te la pasas dibujando. — comentó luego — Pero que recibas visitas no es común en ti. ¿Quién es? — insistió.
— ¿Qué te importa? — protesté.
— Bien. Veamos si te animas a contestarle lo mismo a papá.
Aquello sonó como una amenaza y aunque me enojé por lo que dijo, sé que solo estaba intentando de que hablara con él.
Si algo debo rescatar de la relación con mi hermano mayor es que nunca rompimos el código de no contarle a nuestros padres lo que nos confiábamos solo a nosotros.
Y supe que aquella vez no iba a ser la excepción.
— Se llama Bruno. Es un amigo, nada más. — le conté. Corto y simple.
— ¿Desde cuando tienes amigos? ¿Va a tu curso? — obvio que Leandro quiso indagar más en el asunto.
Hubiera mentido en otra ocasión si no fuera porque quizás esos dos ya se conocían de la forrajería. Así que no tenía caso inventar otra cosa.

ESTÁS LEYENDO
Bajo luz de luna
أدب المراهقين✨✨GANADORA EN WATTYS 2020✨✨ Julián es un adolescente perdido que no tiene fe en nada. La tragedia ha marcado su vida para siempre y cree que ya no tiene nada por qué luchar. Pero ¿hasta dónde hay que perderse para volverse a encontrar? ¿El hogar don...