𝗚𝗨𝗘𝗥𝗥𝗔 𝗗𝖤 𝖠𝖫𝖥𝖠𝖲 ; ITZY x ChaeRyeong

𝗤𝗨𝗔𝖳𝖱𝖤

ChaeRyeong daba vueltas en su cama, debido a las lluvias que estaban inundando todo a su alrededor no tenía más opción que quedarse en casa debido a que no había clases. En ese momento comenzaba a odiar la lluvia, sólo esperaba que no nevara porque si era sí estarían mucho más tiempo sin clases y eso es lo que menos quería. Miró el techo por quinta vez, esta vez cerrando sus ojos y levantándose. Estaba sola en la casa ya que su hermana trabaja al igual que Sakura. Se aseo y tomó su celular, para luego bajar las escaleras y sobresaltarse al oír el timbre.

Se acercó a la puerta y alguien sostenía un par de hojas en sus manos y un bolso de color violeta oscuro.

— ¿Lee ChaeRyeong? —La omega sintió lentamente. En ese momento estaba confundida— Tengo un par de paquetes para usted, pero necesito que firme aquí —Le entrego una de las hojas y un boligrafo.

Firmó y tomó los paquetes que llegaron, ella no había pedido nada por internet y sus padres usualmente no enviaban cosas por correo, ellos simplemente iban a visitarlas. Se acercó a la cocina y dejó las cajas sobre la mesa, para luego acercarse a colocar la tetera con agua y buscar una taza.

Se sentó mientras esperaba que el agua hirviera, tomó uno de los paquetes y luego apretó sus labios, estaban bien cerrados y no iba a poder abrirlos tan fácilmente, se volteó y tomó un cuchillo, era lo más cercano que en ese momento tenía. Abrió con cuidado la caja, para primeramente ver una hoja doblada en dos. Frunció el ceño y tomó la hoja, para ver al final de esta el nombre de Hwang YeJi.

— Sé que es extraño para ti que haga esto, pero sé que no podré verte en mucho tiempo —Leyó en voz alta, para luego dejar la hoja a un lado y ver el interior de la caja.— Uh, que lindo —Sonrió al ver un pequeño peluche de color blanco y negro. Le parecía una combinación un tanto extraña para un muñeco de peluche, pero le parecía tierno.

Dejó el peluche a un lado y miró nuevamente el interior de la caja, viendo que había otro par de cosas, pero le llamó la atención un pequeño papel de color violeta con un número de teléfono escrito. Rió por eso.

Miró hacia la tetera y notó que ya estaba lista, haciendo que se levantara y colocara un saquito de té en la taza y luego el agua. Finalmente se sentó en su lugar, para tomar otra de las cajas. Nuevamente hizo exactamente lo mismo, notando que al parecer las cajas eran de las cuatro alfas, algunas les habían enviado chocolate, algunos peluches y un par de notas, pero algo que la sorprendió un poco fue la caja de Lia, la cual contenía un par de luces de colores, seguido de una nota que decía "Porque en noches oscuras incluso alguien tan brillante como tú necesita luces que le ayuden a conseguir paz."

Realmente le parecía que todas ellas tenían gestos muy lindos, y le agradaba mucho más que enviaran este tipo de cosas y no que estuvieran detrás de ella por todo el instituto y alejaran a algunas personas de ella.

Lavo su taza y tomó las cajas, en las cuales había guardado todo de regreso y subió las escaleras, para luego comenzar a acomodar varias de las cosas, sobre todo los peluches que eran realmente hermosos. Miró las luces una vez más y suspiró, para luego bajar la escalera en busca de cinta adhesiva, en cuanto la consiguió volvió a subir las escaleras hacia su habitación y colocar las luces. Cerró las cortinas y apagó la luz, para luego encender las luces. Sonrió por eso, todo se veía tan pacífico en ese momento que hizo que inclusive el ruido de la lluvia golpeando sobre el techo pareciera lejano.

Tomó aire y se recostó en su cama, para luego mirar su celular y ver los cuatro nuevos números que había guardado. No entendía porque esas alfas eran —de repente— tan lindas con ella, ya que estaba segura de que en otras situaciones no hubiesen dedicado ese tiempo en enviar algo a su casa.

Frunció el ceño, ¿cómo habían conseguido la dirección de su casa?