Lux

10_ Pesadillas

- ¿Está buena? -se encontraban sentadas en el sofá de la habitación mientras la rubia tomaba su sopa, estaba mucho más relajada luego del baño.

- genial, no sabía que la necesitaba tanto hasta ahora. ¿quieres? -ofreció.

- no, gracias, es para ti. ¿cómo te sientes?

- mucho mejor, la verdad.

- ¿aún tienes dolor de cabeza?

- si, aunque ya estoy acostumbrada, solo que hay veces que es peor que otros días.

- ¿como hoy?

- como hoy -asintió

- ¿y sabes a qué se debe? no es normal que te duela siempre, he observado como te masajeas la cabeza o cierras fuerte los ojos cuando piensas que nadie te está mirando. ¿has ido al médico?

- no. Yo creo que se debe a mis pocas horas de sueño -seguía dando cucharadas a su plato mientras hablaba.

- también he notado tus ojeras constantes, ¿sufres de insomnio?

- en realidad no. Soy yo la que intenta pasar la mayor parte del tiempo despierta.

- ¿es decir que pasas noches sin dormir a propósito? -su rostro mostraba confusión.

- algo así, sí.

- no lo entiendo, ¿con qué fin?

- con el fin de evitar lo que pasó esta madrugada -señaló el baño.

- ¿te refieres a como te encontré?

- sí. Lamento mucho que hayas tenido que verme en ese estado tan... penoso -bajó la mirada avergonzada.

- deja de preocuparte por eso, he visto a la Mari en peores situaciones, créeme -sonrió cómplice- ¿ya te había pasado antes?

- Sí, bueno, nunca había llegado a desmayarme. Eso es nuevo.

- pero ¿por qué? es decir, ¿cuál es el motivo? ¿estás enferma? -preguntó con preocupación.

- no que yo sepa -dejó el plato ya vacío en la mesa y se acomodó, ganando tiempo para encontrar las palabras correctas para expresarse-. Tengo pesadillas -resumió.

- ¿tus pesadillas te provocan eso? -abrió los ojos con asombro.

- a veces, cuando son reales.

- ¿reales?

- en algunas de mis pesadillas aparezco yo de niña, siendo feliz, jugando con mis padres y mi hermana, y de repente pasa algo malo y todo se vuelve oscuro. En otras alguien aparece y quiere llevarse a mi hija, me la quitan de los brazos. -dio algunos ejemplos-. Esas pesadillas no son reales. Cuando me despierto siento angustia y tristeza, pero abrazó a Luz y logró tranquilizarme porque sé que esas cosas nunca pasaron y me digo a mi misma que todo está bien.

- hay más, ¿cierto? -la ánimo a seguir.

- Sí -suspiró, ahora venía la parte difícil-. También están las que vienen en forma de recuerdos, momentos reales de mi vida en los que sufrí mucho -se le cayó una lágrima y la quitó con el dedo. Daría lo que fuera por poder borrarse la memoria.

- ¿esos recuerdos son los que te hacen daño? -se acercó a ella un poco más.

- cuando me despierto -tomó aire-. cuando me despierto de esas pesadillas me duele el pecho y me cuesta respirar.

- tienes crisis de ansiedad.

- así es.

- ¿hoy has sufrido una de esas crisis? -le acariciaba las mejillas y el pelo para que se mantenga relajada.