Al día siguiente.
- Ojalá alguien me trajera el desayuno a la cama. -comentó Natalia como quien no quiere la cosa.
- te lo traería si no fuera porque me tienes aquí atrapada.
- si te suelto, ¿cuánto tiempo crees que tardes en prepararlo y regresar?
- depende, ¿qué quieres desayunar?
- ¿puedo pedir lo que yo quiera?
- Natalia, no empieces que nos conocemos.
- a ver, si tú eres una malpensada no es mi problema.
- a mi no me pongas esa carita de inocente porque no cuela.
- iba a pedir un zumito de naranja.
- ella, saludable. -apretó su mejilla con orgullo.
- es que tengo sed. También quiero cereales.
- vale. -la miró sorprendida.
- pero los de chocolate, no los otros de avena que saben a cartón.
- ya me parecía.
- y yogurt de vainilla, para el cereal.
- está bien.
- y tostadas con aceite y aguacate, que no se te olvide.
- ¿es necesario que mezcles todo?
- sí es. Y eso que descarté los huevos revueltos, hoy es sábado de permitidos.
- hoy es viernes.
- ¿hoy es viernes? -se sentó de golpe.
- sí. -soltó una carcajada al ver su cara de confusión.
- Alba, no es divertido.
- es sábado, tonta. -le salían lágrimas de la risa.
- estás graciosilla ¿eh? -comenzó a atacarla con cosquillas.
- ¡Nat, no! -se retorcía en medio de chillidos- ¡que me hago pis... que me hago pis! -gritó.
- vale vale. -la rubia salió disparada con la mano en la entrepierna.
- Dios, por un segundo. -cogío una camiseta de Natalia y se la puso cuando salió del baño, no se sentía muy cómoda yendo de nudista.
- no iba a quedar muy sexy que te mearas en la cama.
- existe gente que tiene ese cliché.
- querrás decir fetiche.
- tú me entiendes.
- de todos modos, ¿a qué persona le puede gustar que le hagan pis? -puso una mueca de asco- Te lo estás inventando.
- te prometo que no me lo estoy inventando, lo escuché de mis compañeras de trabajo cuando estaba en la empresa y me quedé con la misma cara que tienes tú ahora.
- dime quienes son para despedirlas.
- mejor dame mi beso de buenos días. -puso morritos.
- no me he lavado los dientes. -avisó.
- me da igual. -se lanzó a su boca- ¿de qué te ríes? -preguntó cuando se separó.
- tu mano.
- perdón. -la quitó avergonzada.
- si no me molesta, puedes sobarme el culo las veces que quieras. -la miró divertida.
- vale. -volvió a colocarla donde la tenía.
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Lux
Fanfiction¿quién te rompió, cariño? *No se autoriza la copia y/o adaptación de esta historia.