Natalia llegaba nuevamente a la empresa luego de dejar a Alba en el hotel. Necesitaba revisar las grabaciones para tener algo que le sirva de prueba, contaba con cámaras de seguridad en todos los pasillos y en los lugares donde ella frecuentaba, entre ellos la sala de juntas. Estaba encendiendo el ordenador cuando su teléfono sonó mostrando el nombre de María, había intentado comunicarse con ella anteriormente sin tener éxito.
- Mari, al fin.
- Natinat, estaba ocupada y no llevaba el móvil ¿estás bien? ¿sucedió algo? -no era habitual tener cuatro llamadas perdidas de su amiga.
- yo estoy bien, no te preocupes, ¿pero podrías pasarte por mi oficina un momento? es importante -pidió.
- ¿ahora?
- si puede ser, sí, yo estoy aquí.
- vale, voy de camino, llego en unos minutos.
- te lo agradezco.
- no es nada. Te cuelgo que estoy al volante -finalizó la llamada.
15 minutos después la rubia entraba cargando una bolsa.
- ¿qué traes ahí? -preguntó con curiosidad.
- churros -contestó dejándolos sobre el escritorio.
- te estoy amando muchísimo ahora mismo, no he comido nada en toda la tarde.
- tampoco yo -dijo mientras se dirigía a la máquina de café y servía dos tazas-. Ahora dime, ¿que sucede?, porque si me has pedido que venga es por algo.
- así es. Hoy ocurrió un acto de acoso y necesito que me digas como proceder, es la primera vez que sucede algo así dentro de mi empresa.
Si alguien conocía acerca de estos temas era María. Trabajaba como agente de una organización que se encargaba de investigar casos de pedofilia, prostitución y secuestro de mujeres. Eran contadas con los dedos de una mano las personas que conocían esa faceta suya, de cara al público era la dueña de los restaurantes y locales nocturnos que había heredado de sus padres una vez que estos se retiraron.
- lamentablemente estos hechos son más frecuentes de lo que crees, que sea la primera vez que tú lo sepas no quiere decir que sea la primera vez que ocurre. ¿la víctima ha denunciado?
- aún no -se masajeó la sien, el solo hecho pensar que podía haber más casos de acoso entre sus empleados le hacía doler la cabeza-. Estaba por ver las grabaciones cuando llegaste.
- las vemos juntas entonces.
- vale -buscó entre los archivos el vídeo de la sala de juntas en el horario aproximado en que los había encontrado. Pudieron ver a Reche entrando, cuando intentó marcharse y la tomó del brazo. Natalia quitó la vista de la pantalla cuando vio la mano de Méndez casi tocándole el pecho mientras le besaba el cuello y se bajaba la bragueta, cuando ella entró estaba tan enfocada en la rubia que no había notado ese detalle.
- con esto tenemos prueba más que suficiente. La víctima demuestra resistencia y deja en claro su negativa, incluso pide que la suelte en más de una ocasión.
- Mari, tú entiendes lo que habría pasado si yo no llegaba a entrar justo en ese momento, ¿cierto?
- es evidente.
- ¡la habría violado! -se levantó furiosa- La iba a puto violar.
- lo sé. Debe denunciar el caso por intento de violación, de ser posible hoy mismo.
- ¿puedo hacerlo yo misma? Alba se mostraba bastante afectada, quisiera dejarla al margen de todo esto.
- ¿Alba?
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Lux
أدب الهواة¿quién te rompió, cariño? *No se autoriza la copia y/o adaptación de esta historia.