- Por último unes los puntos y ya está. -trazó una línea recta- ¿quieres intentarlo tú con otro ejercicio?
- quizás luego.
- pero necesitas practicar.
- es que... me dieron ganas de ir al baño. -puso la primer excusa que se le ocurrió.
- ve, y cuando regreses seguimos con esto.
- ¿no podemos seguir otro día?
- Alba, tienes que presentarte el jueves, ¿sabes que día es hoy?
- sábado. Aún hay tiempo. -dijo como si le quedaran meses para prepararse.
- si no apruebas este examen tendrás que esperar al siguiente semestre, ¿quieres eso?
- no. -agachó la vista a sus manos.
- entonces concentrate. -su tono de voz era firme.
- bueno. -se le formó un puchero.
- perdón, no he querido sonar tan dura. -besó su mejilla con dulzura.
- no puedo resolverlo. -murmuró sin mirarla.
- ¿por qué?, si estás cansada podemos tomar algo y volver a intentarlo más tarde. -le colocó un mechón de pelo detrás de la oreja.
- no... no lo entendí. -confesó sintiéndose culpable.
- no te preocupes, cariño, dime cuál es la parte que no entiendes.
- desde aquí. -dio vuelta la hoja.
- ese es el principio.
- ya lo sé.
- ¿me estás queriendo decir que no has entendido absolutamente nada?
- perdón. -le tembló el labio.
- y me lo dices ahora, cuando ya llevamos -miró su reloj- dos horas y cuarto con el mismo tema.
- lo siento.
- vale. -se apretó el puente de la nariz, quería matarla.
- Nat, ¿a dónde vas?, no te enfades. -la morena se había levantado de su silla.
- voy a traer zumo y algo para comer.
- ¿guardo las cosas?
- de eso nada, aún no hemos terminado. -a los pocos minutos regreso con una bandeja cargada de todo lo que encontró en la cocina.
- ¿has preparado la merienda? -casi se cae a causa del asombro.
- sí, ¿qué tiene?
- ¿tú solita?, ¿sin ayuda de nadie?
- no encontré a Mercedes, y las otras chicas no vienen los sábados.
- ¡ah si! se me había olvidado, le di la tarde libre.
- ¿a quién?
- a Mercedes, es que su nieto más pequeño actuaba en el teatro.
- ¿y te ha pedido permiso a ti?
- si. Si te molesta le digo que la próxima vez lo hable contigo.
- no me molesta, solo me sorprende lo rápido que me ha reemplazado.
- ¿estás celosa?
- por supuesto que no.
- si lo estás.
- deja de decir tonterías, anda. -le sirvió un vaso de yogurt.
- ya no eres su consentida. -se mofó.
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Lux
Fanfiction¿quién te rompió, cariño? *No se autoriza la copia y/o adaptación de esta historia.