- Albi, recuerda que hoy no podré quedarme a cenar luego de terapia. -dijo mientras tecleaba en el ordenador de su oficina.
- sí, ya me lo has dicho, y tampoco te voy a ver hasta el sábado. -sonó algo decaída.
- ¿me echarás de menos? -la miró con una sonrisa.
- sí. -puso un puchero.
- también yo. ¿me das un abrazo?
- chi. -se sentó sobre sus piernas, como ya se les había hecho costumbre.
- solo serán tres días, ya verás como se pasan super rápido.
- ¿y no puedes irte más tarde?
- no puedo, cariño.
- ¿y si te cocino macarrones con tomatico?
- suena tentador, pero no.
- con mucho queso de rallar. -utilizó su mejor arma.
- de verdad quisiera quedarme, pero uno de los arquitectos ya está allí esperándome para revisar unos documentos. Necesito llegar a tiempo ya que él tiene que viajar a primera hora por otros compromisos. -le explicó.
La realidad era que ya debería estar viajando, había retrasado su salida exclusivamente para que la rubia no tuviera que faltar a su cita con Sabela. Ya estaban en el mes de febrero, por lo cuál llevaba dos meses de tratamiento y recién comenzaban a notarse pequeños resultados, no quiso arriesgarse a que perdiera un día y eso le generara algún tipo de retroceso.
- Pero el sábado sí te quedarás, ¿cierto?
- el sábado seré toda tuya.
- vale. -se sonrojó.
Natalia iba a contestar pero el sonido del teléfono la interrumpió.
- diga.
- la señorita Muro ya está aquí. -le informó su secretaria.
- perfecto. Dígale que pase en dos minutos. -colgó.
- pareces una persona diferente cuando hablas en ese tono.
- ¿qué tono?
- con el que le hablas a todo el mundo, es frío, serio y muy imponente. A veces te escucho gritar y hasta me dan escalofríos.
- ¿te asusta? -preguntó apenada.
- no es eso...
- jamás seré así contigo, si es lo que te preocupa. -besó su mejilla con ternura.
- Es que prefiero esta versión tuya. -se puso de pie rápidamente cuando escuchó que golpearon la puerta.
- yo también prefiero esta versión mía. -le sonrió- Te veo en la tarde ¿sí?
- sí. -le dio un último abrazo corto y tomó sus cosas.
- Adelante. -anunció para la persona que esperaba del otro lado.
- buenos días. -saludó la pelirroja que acababa de entrar.
- buenos días, Alicia. Toma asiento, por favor.
- con permiso. -habló Alba antes de salir disparada de la oficina, preguntándose quien era esa mujer con aires de modelo y porque su presencia le incomodaba tanto.
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- Alba, ¿seguro que no hay nada más que quieras decirme? -preguntó Sabela por segunda vez.
- no, nada.
- te noto algo dispersa hoy.
- ¿Natalia tiene novia? -la pregunta salió de su boca sin pensarlo.
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Lux
Fanfiction¿quién te rompió, cariño? *No se autoriza la copia y/o adaptación de esta historia.