Capítulo VII: Estúpido Highlander

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Capítulo VII: Estúpido Highlander

En cuanto dejaron el castillo, Alastair supo que había sido una mala idea. El viento todavía rugía azotando los árboles del bosque. La inminente tormenta se acercaba, pero nada de lo que él dijese podía hacer que la cabezota razonase.

—Sassenach. ¡Para! —Mackenzie se giró hacia él. —No podemos seguir. Se nos va a caer un árbol encima.

—Tenemos que poner más distancia, no es seguro.

Alastair no sabía de qué hablaba la chica. No entendía de qué tenía tanto miedo.

 —Sassenach, lo que no es seguro es que sigamos. —Mackenzie negó con la cabeza y se dispuso a continuar, pero Alastair agarró su caballo impidiéndolo. —Por favor.

Sin darse cuenta Mackenzie se dejó llevar por Alastair. Acabaron los dos frente a una cueva. No era muy profunda y les protegería de la tormenta, aunque no estarían seguros en caso de ser atacados. Mackenzie hizo una mueca.

—¿De verdad? —Alastair suspiró y la empujo suavemente para que entrase.

—Mejor que quedarnos a la intemperie.

Hacía demasiado frío para salir y hacer una hoguera, así que se sentaron lo más cerca el uno del otro. Alastair haría la primera guardia. La chica podía ver la mueca en sus labios mirando hacia el oscuro bosque.

—¿por qué no te gusta el bosque?

—Deberías dormir.

—Highlander, te has empeñado en acompañarme. Lo mínimo que puedes hacer es darme conversación.

Alastair la miró. Estaba acurrucada a su lado, envuelta en pieles. Una tensa sonrisa estaba dibujada en su rostro. Estaba intentando aparentar que estaba bien, pero en el fondo estaba muerta de miedo. Alastair se acomodó y empezó la historia.

—Cuando éramos pequeños, Akira y yo queríamos explorar el bosque. Akira estaba convencido de que había un espíritu. Mi madre no nos dejaba ir solos y ninguno de los guerreros quería acompañar a dos niños a buscar un supuesto espíritu, así que nos escapamos. Fuimos de noche y nada más entrar en él nos arrepentimos. Era como si todo el bosque cobrase vida, como si todo a nuestro alrededor sonase aterrador.

Alastair hizo una pausa y acarició su propio brazo.

—Akira se asustó y salió corriendo, intenté seguirle, pero me perdí. Estuve toda la noche rondando sin poder encontrar ni a mi hermano ni a la salida. Todo estaba demasiado oscuro para orientarme.

—A la mañana siguiente conseguí arrastrarme de vuelta a la aldea. Estaba lleno de barro y con cortes en todos lados. Me desmayé y estuve una semana en la cama porque se infectaron las heridas.

Alastair levantó la manga de su camisa y Mackenzie pudo ver una amplia cicatriz por todo el brazo. La rubia la acarició suavemente con los dedos, sintiendo como Alastair se estremecía bajo su tacto.

—Al salir de la cama cuando me recuperé, estábamos enemistados con el clan Macdonnel. Akira no habló durante una semana. Nadie sabe que pasó exactamente, pero desde entonces el bosque no es mi lugar favorito.

—¿Y entonces por qué estás aquí?

Alastair miró a la chica con una sonrisa triste, alargó la mano para apartar un mechón de su cara y dejó una suave caricia en su mejilla.

—Deberías dormir.

Mackenzie comprendió que no iba a contestar a la pregunta y parte de ella no quería saber la respuesta. Se giró en las mantas, dándole la espalda.

Sassenach | Highlanders IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora