Capítulo IX: Pasito a pasito

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Capítulo IX: Pasito a pasito

Cuando Mackenzie volvió a despertar, Alastair no estaba en la habitación. En su lugar, otro muchacho la observaba desde la esquina de la habitación. Tenía el pelo castaño claro y los ojos color miel y la miraban analizándola.

—¿Cuál es tu historia? —Mackenzie se sorprendió al oír la pregunta y entrecerró los ojos hacia él.

—¿Sueles preguntar eso a los desconocidos?

—Prefiero ahorrar la pequeña charla e ir directamente a las preguntas directas. —el muchacho se encogió de hombros.

—Pues no es de tu incumbencia mi historia.

—¿Y qué pinta MacLean en tu historia? —Mackenzie soltó una carcajada.

—De nuevo, no es de tu incumbencia.

Los ojos del chico brillaron con curiosidad y una leve sonrisa se pintó en su rostro.

—¿Vas a bajar a desayunar?

—No lo sé. —Mackenzie miró la puerta insegura, ¿quería enfrentarse a Alastair?

—¿Por qué lloraste en su hombro y ahora te da vergüenza?

Mackenzie le miró pasmada, ¿cómo sabía él eso?

—¿Cómo...

—O más bien sollozaste y babeaste su hombro. —El chico sonrió burlonamente y soltó una carcajada al ver como la chica se sonrojaba.

—No es el fin del mundo y te puedo asegurar que la comida de Agnes es de chuparse los dedos. —El chico se puso en pie y fue hacia la puerta, en el último paso se paró y miró a Mackenzie—Soy Trevor, por cierto.

Alastair vio llegar a Trevor que le sonrió con una gran sonrisa. El guerrero palmeó la espalda del futuro Laird MacDonnel ganándose una mirada fulminante, que poco pareció importarle.

Mackenzie apareció detrás. Miraban a Alastair con cautela, no quería que la tratase de diferente forma solamente por haberla visto llorar. Alastair sonrió y asintió. Mackenzie se sentó en la mesa en silencio y vocalizó un "gracias" a Alastair. La conversación silenciosa fue interrumpida por el gemido de Trevor al probar la comida.

—Bendita sea Agnes. —El guerrero comenzó a amontonar comida en su plato. El futuro Laird MacDonnel suspiró.

—Luego vomitarás.

—Pequeños pagos por los placeres de la vida, Kendrick.

Kendrick MacDonnel se giró hacia ellos ignorando al que parecía ser su  tormento personal.

—Nadie puede saber que os hemos visto, mucho menos que os hemos ayudado. Abrid la boca y estamos todos muertos.

—Dramático. —Trevor susurró sonriendo. Kendrick le ignoró de nuevo.

—Podéis descansar otra noche, después partid al alba. ¿A dónde os dirigís?

—Al Condado de White.

Si estuvo sorprendido no dio muestras de ello.

—No cojáis los caminos del este y procurad no estar mucho tiempo en los bosques.

Tras las indicaciones del Laird MacDonnel y agradecimientos, Alastair y Mackenzie se quedaron solos en aquella mesa del comedor, solos en la casa. Recuperaron fuerzas y se relajaron, pasaron el día de forma tranquila, como si esa fuera su vida normal, pero por la noche Alastair no pudo contener la pregunta que le llevaba rondando todo el día.

Sassenach | Highlanders IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora